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Vidas paralelas en las cárceles de la dictadura

Los padres de Gaspar Zarrías y Cándido Méndez sufrieron la justicia franquista

ANTONIO AVENDAÑO

El actual secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías Arévalo (Madrid, 1955), nació tres años después de que su padre, Gaspar Zarrías Jareño (Algeciras, 1918), saliera de la cárcel por segunda vez. Y aún habría una tercera. La primera vez que había dejado a sus espaldas las rejas franquistas fue en el año 1944, pero dos años más tarde sería nuevamente detenido por actividades subversivas. Zarrías Jareño lo había pasado mal, pero al menos podía contarlo. Quien, entre tantas decenas de miles, no podía contarlo era su propio padre, Gaspar Zarrías Moya, fusilado en Andújar en el desolado invierno de 1940.

El actual secretario de la Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez Rodríguez (Badajoz, 1952), nació siete años después de que su padre, Cándido Méndez Núñez (Barcarrota, Badajoz, 1910), fuera puesto en libertad vigilada tras haberle sido conmutada la pena de muerte a la que fue condenado inicialmente por la justicia de entonces, y después de haber pasado por un campo de concentración y varias cárceles. Aunque ni Cándido padre ni Cándido hijo nacieron en Jaén, toda su trayectoria política y sentimental ha estado vinculada a esta provincia, adonde el padre había sido destinado por su empresa de construcción.

Méndez padre y Zarrías padre no se dejaron doblegar por las condenas

Las vidas de los dos padres fueron vidas paralelas y, de algún modo, las vidas de los dos hijos también lo están siendo. Cándido padre y Gaspar padre, ambos ya fallecidos, tenían en común unas convicciones socialistas a prueba de cárceles y una determinación vital a prueba de sentencias. Lo pasaron mal, pero nunca se rindieron. La cárcel de la dictadura no pudo con los padres, del mismo modo que el olvido de la democracia no ha podido con sus hijos.

La presencia de estos últimos en el acto de la Universidad Complutense de desagravio al juez democrático Baltasar Garzón no puede leerse en clave únicamente ideológica, sino en también en clave vital: no en vano sus padres sufrieron la persecución de la justicia franquista y tuvieron la grandeza de perdonar a sus perseguidores, pese a cruzarse diariamente con no pocos de ellos por las plácidas calles del Jaén de los ochenta.

Zarrías conoció a su mujer en prisión cuando ella visitaba a su padre

Junto con el también fallecido Antonio Villargordo, Zarrías Jareño y Méndez Núñez fueron los padres fundadores del socialismo jienense, cuya acta fundacional redactaron a las puertas un cortijo a mediados de los setenta. Y son también uno de los referentes históricos imprescindibles de la izquierda andaluza. Méndez sería elegido concejal por el PSOE en la primera corporación democrática de la capital jienense y Zarrías sería senador electo por la misma provincia desde 1977 hasta 1993.

En el libro Crónica de un sueño. Memoria de la transición democrática en Jaén, el periodista Francisco Romacho rescata una anécdota esclarecedora del talante del padre del líder de UGT: 'Cándido Méndez Núñez dejó para el lapidario de la Transición una de las más hermosas paradojas de la recuperación de la democracia: Lo peor de las campañas electorales es lo sucias que me dejáis las calles. Había luchado como el que más por las libertades. Pero era el concejal de Limpieza'.

De él decía también el subdelegado del Gobierno en Jáen, y a su vez histórico militante socialista Fernando Calahorro, en un acto de homenaje a los primeros concejales democráticos estas sentidas palabras: '¡Que más quisiera yo que parecerme a la suela de los zapatos de Cándido Méndez Núñez'.

'En mi casa no hubo resentimiento', recuerda el número dos de Chaves

La historia de Zarrías padre está forjada también con los materiales de un heroísmo no exento de ribetes románticos. Zarrías conoció en la cárcel madrileña de Yeserías a la que sería su esposa cuando esta acudía a la prisión a visitar a su propio padre, encarcelado por motivos políticos. Zarrías hijo lo recordaba ayer así para Público: 'Mi madre iba a llevar la comida a su padre y alguien le habló de un chaval de Jaén también encarcelado y solo; allí se conocieron, se enamoraron y se casaron al salir mi padre'.

El suegro de Zarrías hijo también habría de pasar nada menos que 14 años en la cárcel. Había sido dirigente sindical de artes blancas, que es como llamaban entonces al sector de panaderos. 'En mi casa, mi padre y mi suegro discutían amigablemente porque, aunque los dos eran socialistas, mi padre era prietista y mi suegro era caballerista'.

Zarrías Jareño saldría por segunda vez de la cárcel en el 52, pero volvería a ella en el 59. Atrapado ayer en el aeropuerto de Bruselas, donde su vuelo fue suspendido a causa de las cenizas de un volcán islandés, su hijo rememoraba con emoción las lejanas visitas a la cárcel de Yeserías de la mano de su madre. ¿Fueron tiempos difíciles? 'Lo fueron, pero en mi casa nunca hubo resentimiento'.

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