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El Gobierno salva por un voto su plan de ajuste

El PSOE defiende solo el decreto, aprobado por la abstención de CiU, CC y UPN. Rajoy resume su postura: 'Simple y claramente, no'

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

Pírrica, pero victoria. Un solo voto de diferencia salvó al Gobierno de caer al abismo, arrastrado por una economía que se habría precipitado por el mismo desfiladero en caso de derrota. Convergència i Unió abrió la espita del oxígeno y permitió respirar a José Luis Rodríguez Zapatero.

El Congreso convalidó finalmente el paquete de medidas de ajuste aprobado por el Gobierno con el único respaldo de los 169 escaños del PSOE y el rechazo de la oposición en bloque: 168 votos en contra y 13 abstenciones. CiU, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro canalizaron su desafecto hacia la abstención, salvando al Ejecutivo de la hecatombe y espantando la voracidad de los especuladores.

CiU pide elecciones si el PSOE 'no saca adelante' los Presupuestos

El resto de grupos PP, PNV y la izquierda minoritaria dieron la espalda al ajuste contra el déficit en un duelo de vértigo que hizo necesarios a los 350 diputados en la Cámara y que a punto estuvo de trocarse en tragedia griega para el Ejecutivo si un despiste involuntario de la ministra de Sanidad la hubiera dejado fuera de la votación, en el pasillo, compuesta y sin voto, cuando el presidente del Congreso ordenó cerrar las puertas del hemiciclo para dictar sentencia. Llegó, en el segundo aviso de Bono a los ujieres para impedir el paso a los diputados rezagados, pero a tiempo. Tal era la ajustadísima correlación de fuerzas, resuelta finalmente por un voto de diferencia gracias a la abstención de CiU.

Europa y el sumo sacerdote de los mercados vigilaban. Su amenaza se diluyó cuando el portavoz del Grupo Catalán ocupó la tribuna convertido en juez. 'Todo el mundo sabe qué pasaría si el Gobierno no tuviera capacidad de aprobar este decreto ley: los mercados reflejarían una caída importante de la bolsa y los mercados castigarían todavía más nuestra deuda', se justificó JosepAntoni Duran i Lleida.

'Reducción del déficit, sí, pero no así', replica Rajoy a Elena Salgado

'La obligación de este diputado es intentar que España no caiga todavía en un pozo más profundo', insistió, encendiendo los aplausos de su grupo... y también de un PSOE que respiró aliviado. Su intervención, demoledora, redujo a Rajoy a una anécdota.

Duran optó por la abstención, pero no se abstuvo de sentenciar al Ejecutivo: 'Su etapa está finiquitada', espetó a Zapatero, a quien pronosticó sólo algunos meses de gracia al dibujarle el itinerario de salida: 'Haga los deberes que le imponen, deshaga lo que ha hecho mal y, cuando lleguen los Presupuestos y no pueda sacarlos adelante, convoque elecciones', concluyó para procurar al Gobierno su victoria más amarga.

Defendiendo la obligación del ajuste, la vicepresidenta segunda acababa de exhortar a la Cámara a 'facilitar' la adopción de unas medidas 'dolorosas e inevitables'. 'El Gobierno sabe del gran esfuerzo que está pidiendo a la sociedad argumentó Elena Salgado para garantizar que las próximas generaciones sigan disfrutando del Estado del bienestar construido entre todos'.

En un debate polarizado como pocos, la responsable económica del Ejecutivo se limitó a hacer inventario de las circunstancias que han colocado a España en el ojo del huracán que acecha al euro. No era necesario más. Nadie se movió un milímetro de su guión.

Así, el PP confirió al debate un halo de expectación equiparable a una moción de censura. Mariano Rajoy subió a la tribuna y con sus primeras palabras clavó su bandera de intenciones: 'Señor presidente, señorías, simple y claramente, no'. Este adverbio resumió el programa político que desplegaría a continuación. 'Reducción del déficit, sí, pero no así, haciéndolo recaer sobre las capas más indefensas de nuestra sociedad'. '¿De verdad no había 1.500 millones en el presupuesto de donde recortar antes que recortárselo a los pensionistas? Los hay'. ¿Dónde? Rajoy no lo dijo.

El líder del PP dio la espalda al decreto y concluyó su intervención acariciando las consecuencias que habría deparado al Gobierno una derrota, con las urnas en el horizonte: 'Este decreto simboliza el fracaso de su política disparó contra Zapatero. El PP no va a contribuir a que el principal problema de la economía española, usted, siga ahí', sentado en el escaño del presidente, cuya defensa corrió a cargo del portavoz socialista, libre del corsé institucional de Salgado.

José Antonio Alonso sustanció la réplica en una frase: 'La oposición tenía la oportunidad histórica de ser una alternativa fiable y seria, pero la acaba de desperdiciar Rajoy haciendo un ejercicio de irresponsabilidad antieuropea que le incapacita para ser la alternativa de Gobierno nunca jamás'.

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