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Sólo el PSOE avala la reforma laboral

La izquierda minoritaria advierte contra un endurecimiento del decreto. CiU pide mayor flexibilidad y vincular salario y productividad. El socialista Antonio Gutiérrez se abstiene

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

Con más recelos que apoyos 168 votos a favor, ocho en contra y 173 abstenciones, el Gobierno sacó adelante su reforma laboral con el único respaldo del PSOE menguado por la abstención de uno de sus diputados, el ex secretario general de CCOO Antonio Gutiérrez en un debate en el que la izquierda minoritaria plantó cara al decreto del Ejecutivo y el PP escondió cualquier alternativa.

Una abstención generalizada permitió al Gobierno aprobar la reválida de la reforma, que inicia ahora una tramitación exprés en la Cámara con la que el Ejecutivo pretende lograr el aval definitivo del Congreso antes de septiembre.

Zapatero defiende a Antonio Gutiérrez: 'Respeto mucho su opinión'

PP, Convergència i Unió, PNV, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y UPyD facilitaron que el decreto aprobara su primer examen. IU, ICV, ERC, el BNG y Nafarroa Bai votaron en contra de la reforma entre serias advertencias sobre la posibilidad de que la negociación política del texto acabe endureciendo su contenido. La izquierda más crítica con el decreto alertó contra la tentación del PSOE de ceder a las exigencias de la derecha para conquistar apoyos.

El portavoz republicano, Joan Ridao, enunció este temor al cerrar su intervención: 'Es una muy mala reforma y tememos que aún pueda endurecerse más si el Gobierno se ve empujado a nuevas rebajas y recortes por la presión de la derecha y la patronal'.

Los recelos de ERC estaban dirigidos a los escaños de CiU y el PP. Sólo el grupo catalán enunció ayer un primer boceto que resume cuál será la esencia de sus enmiendas, con modificaciones relacionadas con la flexibilidad interna de las empresas, la formación para la ocupación o dos elementos que preocupan especialmente a los sindicatos: reforzar la vinculación entre salarios y competitividad y la lucha contra el absentismo injustificado.

El PP denuncia que es 'la reforma del despido, no del empleo'

Con estos contenidos, entre muchos otros, arrancará la negociación de la reforma en los próximos días. El PSOE confía que sea el momento en el que todos los grupos pongan boca arriba sus exigencias, especialmente el PP. El portavoz parlamentario socialista cargó ayer con dureza contra el silencio que exhibió el partido conservador a la hora de plantear una alternativa a la reforma del Gobierno.

'No han puesto ni una sola propuesta encima de la mesa', denunció José Antonio Alonso. 'Los trabajadores y los ciudadanos le importan un bledo al PP. Ni saben, ni pueden, ni quieren articular otra respuesta que la demagogia', replicó el responsable del Grupo Socialista a la portavoz conservadora, Soraya Sáenz de Santamaría.

El silencio del grupo conservador es cualquier cosa menos un olvido, según el PSOE. 'Las propuestas que el PP oculta siguen la línea de las que llevó a cabo en el año 2002', advirtió Alonso en referencia al fallido decretazo que derivó en la huelga general del 20 de junio de 2002, cuyo contenido sustanció el socialista con dos epígrafes: 'Suprimir derechos y abaratar el despido'.

El PP denunció 'una reforma aislada, parcial, confusa y mal orientada'. Es 'la reforma del despido y no la del empleo', criticó Sáenz de Santamaría. 'Defendemos que es necesaria una reforma, pero no esta', defendió la portavoz conservadora sin plantear a cambio un contenido alternativo.

El Congreso convalidó finalmente la reforma gracias a sus votos y la abstención de los principales grupos de la oposición, a la que se sumó un diputado del grupo socialista, el ex secretario general de CCOO Antonio Gutiérrez, que rompió la disciplina de voto. Gutiérrez se negó a avalar el decreto movido por una 'discrepancia puntual muy importante' ante una reforma en la que 'a alguien se le ha ido la mano'.

No era la primera vez que el diputado rompía la disciplina. En 2005 se abstuvo en la votación de un decreto del Gobierno que restituyó patrimonio incautado a UGT.

'Respeto mucho su opinión', se limitó a señalar en los pasillos del Senado José Luis Rodríguez Zapatero. 'La opinión es libre, pero la lealtad al grupo que le ha acogido es obligada', señaló poco antes de la votación el portavoz socialista en una jornada que arrancó con algunas voces críticas en la reunión semanal del grupo socialista. Varios diputados reclamaron al PSOE más pedagogía para explicar la reforma y que abra el diálogo a fuerzas como ERC o el PNV en lugar de CiU o el PP para evitar cualquier endurecimiento de la reforma. Precisamente ayer, poco antes de que los republicanos hicieran valer su voto en contra, Zapatero se reunió en el Congreso con el portavoz de Esquerra para invitarle a cambiar su voto y sumarse a las abstenciones que hicieron posible la convalidación de la reforma.

168 votos a favor

El PSOE se quedó solo en defensa de la reforma. La abstención de uno de sus diputados, Antonio Gutiérrez, mermó la fuerza del Grupo Socialista. 

8 votos en contra

La izquierda minoritaria -ERC, IU, ICV, BNG y Na Bai- sumó ocho votos de contestación al decreto convalidado gracias a la abstención mayoritaria.  

173 abstenciones

El PP se sumó finalmente a una abstención anunciada antes por PNV, CiU, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y UPyD.  

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