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Los ultras españoles asesoran a la Iglesia argentina contra los gays

El debate en el Senado sobre el matrimonio homosexual divide al país en la calle

ANA DELICADO

La aprobación del matrimonio homosexual en Argentina, que ayer se debatió en el Senado, ha provocado una auténtica convulsión en la sociedad del país. Al cierre de esta edición, los senadores permanecían inmersos en un tenso y ajustado debate. El jefe de los senadores oficialistas, Miguel Ángel Pichetto, confiaba en que el proyecto que pretende modificar el Código Civil para incluir este tipo de enlaces sería finalmente aprobado.

Mientras eso ocurría en la cámara parlamentaria, fuera, en la calle, las manifestaciones a favor y en contra del matrimonio gay se sucedían. La Iglesia asumió su cuota de protagonismo e intentó reunir fuerzas. En su ayuda acudieron desde España el presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, y el responsable de la organización ultracatólica Hazte Oír, Ignacio Arsuaga.

Invitados como asesores para diseñar estrategias y hacer más efectivo el mensaje de la Iglesia a la sociedad argentina, Blanco tuvo un papel estelar como consejero en la manifestación convocada el pasado martes. A la marcha, cuyo lema era Los chicos tenemos derecho a mamá y papá. Matrimonio entre varón y mujer, acudieron decenas de miles de personas.

'El Gobierno está apoyando el proyecto de matrimonio para todas y todos', sostuvo a su vez María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (FALGTB). 'Aunque han dado libertad de conciencia a sus senadores, calculamos que votarán a favor la mitad de los parlamentarios de la coalición oficialista Frente para la Victoria (FPV)', señaló Rachid.

Uno de los primeros en lanzar su grito de angustia por el matrimonio gay fue el cardenal primado de Argentina, el arzobispo Jorge Bergoglio. El prelado alertó, en una carta dada a conocer la semana pasada, contra 'la pretensión destructiva al plan de Dios' que implica el proyecto legislativo. 'Miremos a San José, a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento', apuntó en la misiva. 'Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios', concluyó Bergoglio.

No contento con esto, el arzobispo de la provincia de Córdoba, Carlos Núñez, suspendió en el ejercicio sacerdotal a un párroco favorable al matrimonio homosexual. El cura sancionado, Nicolás Alessio, se rebeló y anunció que el próximo domingo oficiará su misa. 'Esta Iglesia está más preocupada por quién se mete en la cama de los argentinos que por la mesa de los pobres', lamentó a la revista argentina Perfil.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, cargó con dureza contra la Iglesia y declaró que su comportamiento parece 'de la época de las Cruzadas' y 'remite a los tiempos de la Inquisición'.

Argentina ha celebrado, hasta ahora, nueve matrimonios entre personas del mismo sexo. No ha prosperado, en cambio, ninguna de las anulaciones que en los últimos meses impulsaron algunos jueces contra las primeras bodas gays. La Justicia ha denegado a cuatro parejas la posibilidad de casarse, mientras que otras 60 ya han pedido turno en el Registro Civil para contraer matrimonio. En cualquier caso, la Corte Suprema podría aportar pronto su granito de arena, dado que se espera que en breve declare la inconstitucionalidad de los artículos del Código Civil que hasta ahora sólo reconocían el matrimonio entre 'hombre y mujer'. 

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