¿Y de qué ha servido el Estatut, al fin y al cabo? La pregunta retórica de los catalanes encontró ayer respuesta en el Parlament, donde el president de la Generalitat planteó el cambio de la Constitución para recuperar lo que el TC ha anulado.

'Si España quiere dar una solución al secular problema catalán, debe estar dispuesta a cambiar', avisó José Montilla. Su remedio pasa porque Catalunya vea reconocida su condición de nación: 'Cuando se den las circunstancias, habrá que recuperar y ampliar esta garantía, probablemente por medio de una reforma de la Constitución que reconozca explícitamente nuestra realidad nacional'.

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Montilla volvió a lamentar la 'intencionalidad política que destila la sentencia' y advirtió de que 'en el escenario actual' pierden todos los partidos catalanes, 'pero quien más pierde es España porque es más pobre moralmente'.

El encaje de Catalunya en España protagonizó el debate en el hemiciclo y sirvió para comprobar que también Artur Mas está dispuesto a romper con décadas de autonomismo de CiU. 'Este proceso ha abierto los ojos a muchos catalanes, a gente que aún podía pensar que el Estado español pueda aceptar una visión nacional de Catalunya', proclamó.

Mas manifestó que España quiere una Catalunya 'quietecita, colaboradora, productiva, culturalmente folclórica, domesticada, sin perfil y sin personalidad'. Y, como corolario, sacó una conclusión clara: 'España no quiere ser cambiada. Y son más y tienen más poder, debemos entenderlo y forjar nuestro propio camino de futuro independientemente de si a España eso le gusta más o menos'.

Quien compareció satisfecho fue el presidente de ERC, Joan Puigcercós, encantado en su papel de profeta certero. 'Este país necesita un Estado propio, porque nos han dicho bien claro que en la Constitución no cabe Catalunya', afirmó. Puigcercós recordó, además, que 'un 60% de los catalanes no ha votado la Constitución' y que 'Catalunya ya existía antes' de la Carta Magna.

Con una sonrisa indisimulada, constató que la cuestión ya no es 'Tripartito sí o no' sino 'autonomismo o independencia'. ERC sabe que, antes de las elecciones, a la crisis se le ha unido un debate en el que se mueve mejor.