La acusación de 'mentir', pese a su gravedad, se ha convertido en moneda de uso corriente en el Parlamento andaluz. Ayer el intercambio mutuo de acusaciones entre miembros del Gobierno regional y portavoces del PP se produjo a cuenta de una denuncia reiterada desde hace semanas por Javier Arenas, líder de los conservadores andaluces, según la cual el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, tiene una 'agenda oculta' de recortes para 2011 que aún no ha presentado en el Parlamento. Para ello se basa en un documento remitido por la Junta al Consejo de Política Fiscal y Financiera que hace una proyección de 2011.

Pero la paradoja residió esta vez en que la encargada de acusar ayer a Griñán de ocultar datos y de pedirle luz y taquígrafos fue Esperanza Oña, alcaldesa de Fuengirola (Málaga), municipio considerado por Transparencia Internacional en un reciente informe como el más opaco de los 110 mayores de España. '[Oña] ya acusó en su día a Gaspar Zarrías de colocar hermanos, ¡y Gaspar es hijo único!, algo por lo que no ha pedido perdón. Y ahora ponen a la campeona de la transparencia a hablar de agenda oculta. En casa del herrero, cuchillo de palo', subrayó José Caballos, portavoz del Grupo Socialista.

Esperanza Oña, uno de los principales rostros del PP andaluz, no está en absoluto conforme con la etiqueta de ayuntamiento menos transparente de España que se ha colocado a su municipio. La regidora, que ha admitido no haber facilitado datos a Transparencia Internacional, ha anunciado acciones legales contra la organización si no rectifica e incluso la ha descalificado públicamente: 'Es una empresa privada que sólo persigue el interés económico'.