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Zapatero aplaza la cita con Gómez para cerrar la crisis

La filtración de que iba a producirse el encuentro y el riesgo de que el líder del PSM se negara a ceder el paso a Trinidad Jiménez como candidata explican la decisión. Ambos se reunirán, pero en secreto

ALICIA GUTIÉRREZ

El presidente del Gobierno dio hoy un portazo aplazando sin fecha la cita que tenía prevista por la mañana con el líder del PSM, Tomás Gómez.

Como causas fundamentales de la anulación se manejan dos en la cúpula socialista: el estruendo desatado al filtrarse que Zapatero se vería hoy con Gómez en la Moncloa y el riesgo cierto de que el dirigente madrileño se enrocase en su decisión de ser candidato en las autonómicas en lugar de ceder el paso sin primarias a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez.Ese previsible enroque, máxime planteado ante el presidente y retransmitido de inmediato a los medios, se perfilaba como el peor escenario para resolver sin estragos la crisis del PSOE madrileño.

Respecto a la posición de Gómez, las versiones difieren: hoy, tras la frustrada reunión, fuentes del PSM reiteraron que su líder mantiene intacta la decisión de no retirar su candidatura: “Seguimos igual”, dijo un dirigente próximo a Gómez.

Fuentes de la ejecutiva federal aseguran, en cambio, que la organización madrileña había enviado en los últimos días mensajes en el sentido de que cabía una salida pacífica. Y que fue el viernes cuando se constató que Gómez no pensaba plegarse a la petición de Zapatero. Ante esa perspectiva, el presidente ha optado por cortar el nudo gordiano: la reunión queda aplazada sine die porque Zapatero quiere controlar los tiempos, propiciar un clima de menor enconamiento y evitar que la solicitud a Gómez para que abandone la carrera electoral acabe asemejándose a un auto de fe público organizado desde la sede socialista de Ferraz. Y quiere, también, conjurar el peligro de que pueda interpretarse que actúa arrastrado: por las circunstancias o por algún sector del partido.

El líder socialista ya ha dado muestras repetidas de que las filtraciones sobre sus planes tienen el efecto de abortar tales planes. El paradigma es lo ocurrido en julio, cuando se dispararon las especulaciones sobre una inmediata remodelación del Gobierno que no ha llegado a fraguar. Según las fuentes consultadas, Zapatero no dejará pasar muchos días antes de recibir a Gómez, esta vez sin filtraciones, o así al menos lo espera.

En medio de la borrasca, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, hizo hoy un llamamiento al sosiego interno. Y pidió “respeto” para Tomás Gómez, cuya labor al frente del PSM definió como “magnífica”. En tres años, dijo Pajín en declaraciones a RNE, Gómez “ha logrado cohesionar al partido y movilizar un nuevo proyecto”. La número tres del PSOE reclamó también respeto para los militantes, que en “última instancia, cuando llegue el momento”, deberán expresar su opinión. Tras una semana en que seguidores y detractores de Gómez han escrutado con lupa los adjetivos que dedicó Zapatero a Gómez (“valoración buena”) y a Trinidad Jiménez (“valoración buena, buenísima”), la número tres del PSOE pone ahora el acento en el concepto de respeto.

El discurso de Pajín denota que la dirección socialista es consciente de que el frágil equilibrio entre el PSM y la cúpula federal puede hacerse añicos si Gómez y su equipo consideran que el plan consiste en derribarlo a cualquier precio y de cualquier modo. “Lo mejor para Madrid y España –afirmó Pajín en ese contexto– es que hagamos una reflexión de forma serena y discreta, y mirando todas las posibilidades, respetando profundamente a la Federación Socialista Madrileña y al PSM, que ha hecho un gran trabajo estos tres años”.

Los afines al secretario general del PSM minusvaloran las encuestas internas que señalan a Trinidad Jiménez como mejor valorada que Tomás Gómez. De hecho, aseguran que ni conocen esos sondeos, por mucho que el propio presidente del partido, Manuel Chaves, certificó el jueves su existencia.

Y certificó también que esos sondeos otorgan ventaja a la ministra de Sanidad para enfrentarse a un peso pesado como Esperanza Aguirre. Aun así, Gómez y su equipo no quieren ni oír hablar del asunto: “Hay quien confunde democracia con sondeocracia”, ejemplificaba el jueves un notable del PSM. Al bloque en favor de Gómez se sumó hoy Álvaro Cuesta, diputado y miembro de la ejecutiva federal. Tras alabar al líder del PSM, Cuesta lanzó una metáfora: “Los mirlos blancos, cuando pierden, tienen la tentación de levantar el vuelo”.

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