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El nuevo obispo de Bilbao, investigado por el 'caso Cajasur'

Rouco consuma con su nombramiento el giro involucionista en la Iglesia vasca

JESÚS BASTANTE

Roma dio el paso definitivo para cambiar el rumbo de la Iglesia vasca con la confirmación vaticana del nombramiento de Mario Iceta como obispo titular de la diócesis de Bilbao, en sustitución del moderado Ricardo Blázquez. La elección de Iceta que desde febrero de 2008 ya era auxiliar en Vizcaya se une al último nombramiento de José Ignacio Munilla para San Sebastián y demuestra la intención de Roma de elegir para Euskadi prelados de perfil ultratradicional e involucionista. Y, como no podía ser de otra manera, alejados de cualquier connotación nacionalista.

Al igual que Munilla, Mario Iceta Gavicagogeascoa es vasco de nacimiento (Gernika, 1965) y, como el obispo de San Sebastián, se preparó para el sacerdocio fuera de Euskadi. Iceta estudiaba Medicina con el Opus Dei en Navarraes doctor en Cirugía cuando sintió la vocación. Tras unos años en Pamplona, se trasladó a Córdoba, donde se ordenó sacerdote, llegando a ser vicario general de la mano de otro de los protegidos de Rouco Varela, Juan José Asenjo. Como tal, formó parte del consejo de administración de la intervenida Cajasur, siendo actualmente uno de los religiosos expedientados por el Banco de España por su actuación al frente de la entidad. Iceta se enfrenta a una multa de hasta 150.000 euros y una inhabilitación para ejercer cargos relacionados con el mundo de la empresa.

Como médico, Mario Iceta forma parte de la subcomisión de familia y vida de la Conferencia Episcopal. Fuentes episcopales atribuyen al neuvo prelado los últimos pronunciamientos de la Iglesia española en contra de la reforma de la Ley del Aborto y las campañas a favor de la vida.

Todo el mundo daba por hecho lo que ya es una realidad: Rouco se ha salido con la suya. Ha logrado llevar hasta el final sus movimientos para presionar al más alto nivel ante la Santa Sede para introducir en la Iglesia vasca obispos de su total confianza que cambien el tradicional estilo democrático y participativo del clero de Euskadi por otro más jerárquico y autoritario. De nada han servido los pronunciamientos de importantes sectores del clero vasco, incluso los viajes a Roma del ex obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte.

Su nombramiento como obispo auxiliar de Bilbao ya provocó muchas suspicacias

Su nombramiento como obispo auxiliar de Bilbao ya provocó muchas suspicacias. Aunque su carácter no es tan explosivo como el de Munilla y conoce a todos los sacerdotes de la diócesis, buena parte del clero vasco mostró su preocupación por lo que parecía un plan para erradicar el estilo promovido por prelados tan carismáticos como José María Setién y Juan María Uriarte.

Un nutrido grupo de fieles y sacerdotes escribieron a la Nunciatura en España solicitando poder participar en el proceso de sucesión de Blázquez, sin que desde Roma se les hiciera el menor caso. Los temores se vieron confirmados con la designación de Munilla en San Sebastián en contra del criterio del 70% del clero y, ahora, con la confirmación de Iceta en Bilbao.

De la vieja guardia, sólo continúa el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, quien siempre ha evitado protagonismo en la Iglesia vasca y que pronto cumplirá 75 años, edad a la que habrá de presentar obligatoriamente su renuncia. En la cercana diócesis de Pamplona, el obispo es el anterior arzobispo castrense, también de marcado carácter conservador.

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