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Una banda debilitada por el acoso policial

G. M.

Resulta delicado analizar con total certeza las razones por las que ETA no ha cometido un atentado mortal y premeditado desde julio de 2009, cuando acabó con la vida de dos guardias civiles en Mallorca, así como qué le ha llevado ahora a anunciar este cese de 'acciones armadas'.

Desde 2008, han caído seis presuntos jefes de ETA

Los más esperanzados en la evolución de la izquierda abertzale apuntan que la banda se ha mantenido más o menos en silencio debido, sobre todo, a cómo concluyó el debate entre sus bases con la apuesta por las vías políticas. También destacan la influencia en clave positiva de la declaración de Bruselas de personalidades internacionales. En el otro extremo, sin embargo, las Fuerzas de Seguridad del Estado tienen claro que si ETA no ha actuado durante todos estos meses, es simplemente porque no ha podido de pura debilidad.

Lo cierto es que este año comenzó con malos presagios entre las fuerzas de la lucha antiterrorista. El 28 de diciembre, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciaba que ETA preparaba 'un secuestro de una persona relevante' o un gran atentado ante el inicio de la presidencia española en la UE. Y el 30 de diciembre, la Secretaría de Estado de Seguridad declaraba ya el nivel 2 de alerta antiterrorista en España.

La hipótesis de que ETA planeaba cometer un gran atentado tomó cuerpo a los pocos días, el 9 de enero, con la detención en Zamora de una furgoneta con abundante material para construir explosivos que la banda quería introducir en Portugal. Los activistas Garikoitz García e Iratxe Yáñez fueron arrestados. Después, apareció la base que la banda tenía ya en Obidos (Portugal). En un chalé de esa localidad lusa, ETA había logrado ya dejar 300 kilos de explosivos listos para preparar un coche bomba.

Este año comenzó con el hallazgo en Portugal de una base de explosivos

Otro episodio que las Fuerzas de Seguridad recuerdan para ilustrar que ETA no ha actuado, simplemente, porque no podía correspondee a la detención en Guipúzcoa, en febrero, de Ibai Beobide, acusado de tener la misión de organizar dos comandos en ese territorio. Días después, cayeron en Port Bou Faustino Marcos, quien presuntamente iba a crear en Girona una fábrica de bombas, y en Francia el entonces presunto jefe militar de la banda, Ibon Gogeaskoetxea. Las Fuerzas de Seguridad están convencidas de que todas estas acciones policiales han agudizado el debilitamiento de ETA, pero destacan entre todas ellas el arresto en mayo en Baiona (País Vasco francés) de la cúpula militar con la detención de Mikel Karrera Sarobe Ata y su mano derecha, Arkaitz Agirregabiria.

Su caída dio aún más fuerza a la idea de que las jefaturas de ETA duran cada vez menos por la presión policial. Desde 2008, las fuerzas de seguridad francesas y españolas han detenido a seis presuntos jefes de la banda.

Sin embargo, las acciones de las fuerzas antiterroristas no suscitan siempre interpretaciones favorables. Entre los partidos nacionalistas, existe la creencia de que la cúpula de ETA arrestada en Baiona no estaba, precisamente, preparando nuevos atentados, sino que se había reunido allí para barajar la posibilidad de un alto el fuego. Más allá de versiones e interpretaciones, la tregua ya está aquí.

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