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IU tacha la reforma electoral de "fraude democrático"

PSOE, PP, CiU y PNV se niegan a incrementar la proporcionalidad de la ley

MARÍA JESÚS GÜEMES

'Las multas estaban en pesetas', comentó ayer Jordi Xuclà, de CiU, dando cuenta de cómo estaba la Ley Electoral de 1985 y explicando por qué hacía falta actualizarla.

Era un anécdota de los 72 artículos que se han modificado. Algunos de gran calado. Como, por ejemplo, que a partir de las elecciones de 2011 los residentes en el extranjero podrán votar también en urna, que el tope de las donaciones de particulares a partidos sea de 10.000 euros o que, desde ahora, se pueda impedir que las mociones de censura estén apoyadas por tránsfugas.

Sin embargo, la reforma de la Ley Electoral, que arranca ahora en el Congreso con el apoyo de PP, PSOE, CiU y PNV, no ha atendido a la petición de Izquierda Unida, que exigía un sistema más proporcional y más justo que trasladase de forma más fiel al Congreso el porcentaje de apoyo popular de cada partido. Por eso mismo, ayer, su portavoz, Gaspar Llamazares, anunció que su formación se opondrá a ella y que, ya para empezar, piensa vetar hoy, en la Junta de Portavoces, 'su tramitación exprés'.

Llamazares denunció que es una reforma 'Frankenstein, monstruosa, hecha de retales', 'un fraude democrático como un templo', 'una burla a los ciudadanos y al Consejo de Estado', 'un puro maquillaje', 'un robo electoral', 'un atraco a los grupos minoritarios'. El diputado de IU dijo que su partido se reserva emprender todo tipo de acciones, desde movilizaciones a la vía judicial.

Poco antes de su intervención, el socialista José María Benegas había explicado que en la subcomisión, que lleva dos años trabajando en este asunto, sólo se impuso una limitación: no tocar la Constitución. Y las reclamaciones de IU, dijo, se salen del marco establecido. Por tanto, Benegas rechazó 'sus quejas' y mantuvo que, en un contexto de crisis, no es adecuado, como pide IU, elevar a 400 el número de escaños.

José Antonio Bermúdez de Castro, del PP, afirmó que se había 'hecho un buen trabajo' con la reforma y que lo que no se puede pretender es hacer 'una ley a la carta'. Los partidos que avalan la reforma sumaron en 2008 el 88% de los votos de los ciudadanos.

Ambos recordaron a IU que, con este sistema, ellos han pasado de los 21 escaños de la etapa de Julio Anguita a los dos que tienen ahora. Por eso pidieron a la organización federal que analice las razones que la han llevado 'a perder apoyo popular'.

'Es un argumento de mal pagador', indicó Llamazares quien resaltó que, aunque en todo este tiempo IU 'no ha llegado a perder el 20% de los votos, ha perdido el 80% de sus escaños'.

También recordó que la Asamblea madrileña se había incrementado en 30 escaños y ninguno de los dos grandes partidos había dicho que eso fuera un 'dispendio'.

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