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Zapatero responde al Papa que España es "aconfesional"

El presidente recuerda a Ratzinger en un breve encuentro que la Constitución 'garantiza la libertad de todos'. El portavoz del Vaticano dice ahora que el Papa 'no quiso ser polémico'

A. GONZÁLEZ/ J. BASTANTE

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se vio obligado ayer a recordar al Papa Benedicto XVI algo que algunos, como el propio Joseph Ratzinger, parecen estar olvidando: que España 'es un Estado aconfesional' que, si bien 'reconoce el peso' de la Iglesia católica, 'garantiza la libertad de todos', según informó ayer la Moncloa. El Ejecutivo salió así al paso, un día después, de las críticas del Papa, proferidas desde el mismo vuelo que le llevaba el sábado a Santiago, contra el 'anticlericalismo fuerte y agresivo' que a su juicio 'ha nacido en España'.

Por lo demás, el encuentro, que tuvo lugar apenas media hora antes de que el Papa volara de vuelta a Roma tras su visita de dos días a España, fue 'breve y cordial', y el mismo Rodríguez Zapatero habló con Ratzinger sobre la 'relación fluida' entre España y el Vaticano. Asimismo, como hizo el sábado el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, el jefe del Gobierno garantizó al Papa la colaboración del Ejecutivo para su próxima visita a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, en agosto de 2011.

'El Papa quiere encuentro y no choque', afirma Lombardi

Horas antes, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quiso restar importancia a las palabras del Papa y aseguró que Ratzinger 'no quiso ser polémico', ya que 'quiere encuentro y no choque'. 'En las intenciones del Papa hay que excluir la polémica; el pontífice sólo comentó el secularismo en Europa y en España, y recordó algunos momentos de la historia', agregó.

La entrevista, a la que asistieron también el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y el laico Alberto Gasbarri, director técnico de Radio Vaticano, fue distendido como corresponde a un encuentro protocolario que tenía como objetivo 'cumplimentar' al Papa, según indicaron a Público fuentes gubernamentales, que agregaron que Ratzinger ha estado en España en un viaje pastoral, y por tanto, no en calidad de jefe de Estado. Las mismas fuentes recordaron que la agenda política entre España y el Vaticano ya se abordó el pasado junio, cuando Rodríguez Zapatero se entrevistó durante 45 minutos con el Papa en Roma.

El Gobierno ofrece su colaboración para el próximo viaje papal

Pese a tratarse de un encuentro tan fugaz, celebrado justo antes de que los reyes despidieran al Papa, Rodríguez Zapatero y Ratzinger tuvieron también la oportunidad de hablar de la situación internacional. En este sentido, el presidente transmitió al Papa el 'transcendental momento' por el que atraviesa el orden económico internacional y abordó la próxima cumbre del G-20, que celebra la próxima semana en Seúl y que debatirá 'la necesidad de regular el sistema financiero internacional para conseguir un equilibrio más justo, poniendo la prioridad en los países más pobres de la tierra'.

Por otro lado, por la mañana, en el acto de dedicación de la Sagrada Familia y ante los reyes, el Papa dejó claro cuál es el mensaje que traía a España: 'La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar'. En el segundo y último día de su visita, Benedicto XVI concretó algo más las peculiaridades del 'laicismo agresivo' que en su opinión se vive en España, una situación muy distinta al parecer a la que se encontró en 1982 su antecesor Juan Pablo II, que reconoció entonces a sus íntimos que España era 'el país más católico' que había conocido.

Asimismo, Ratzinger cargó contra el aborto y el matrimonio gay y realizó un panegírico de la familia tradicional y la natalidad, que están por encima de 'cualquier desarrollo' científico o legislativo.

Sin citar la legislación española, el Papa afirmó que 'la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente'.

Benedicto XVI acabó su visita a España con el acto oficial de despedida en un hangar del aeropuerto de El Prat, tras su encuentro con Rodríguez Zapatero. Ante las autoridades eclesiásticas y políticas, como Zapatero y el president de la Generalitat, José Montilla, entre otros, el rey Juan Carlos expresó su 'agradecimiento' al pontífice por su visita, 'en nombre propio y del pueblo español', en una intervención que inició en catalán.

El jefe del Estado, que se despidió de Ratzinger con una reverencia, añadió: 'Nos habéis colmado de palabras de paz y solidaridad, llenas de esperanza en que es posible un mundo mejor'.

Ratzinger, que también pronunció parte de su discurso en catalán, empezó su adiós expresando su gratitud e insistió en la necesidad de que la fe católica 'alcance un nuevo vigor' en el continente europeo.

Tras estas palabras, y acompañado por los reyes, enfiló por una larga alfombra roja y subió al avión de Iberia que despegó en torno a las 19.30 horas con destino a Roma, informa Jordi Mumbrú. Cuando se retiraron los representantes políticos y eclesiásticos, algunos de los fieles católicos presentes en el aeropuerto barcelonés, en su mayoría jóvenes, abuchearon al presidente y le gritaron: '¡Zapatero, reza con nosotros!'.

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