Un monstruo tecnológico llamado MareNostrum, en su día el cuarto ordenador más potente del mundo, hoy ya el 87º, ocupa la capilla de la Torre Girona. Ese fue el lugar escogido por Mariano Rajoy para su último acto público en Barcelona para apoyar a la candidata del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho. En ese marco, entre bóvedas y coloridos mosaicos, el líder conservador lanzó un mensaje de modernidad: 'Si una prioridad tiene que tener España, esa es la investigación'.

Pero, a pesar de esas palabras, la línea que ha elegido el PP ante la cita electoral del 28-N es otra. Al margen del omnipresente tema de la crisis económica que centra los programas de todas las formaciones, el partido de Rajoy se ha especializado en los temas de inmigración y delincuencia, una versión muy particular del tradicional I+D.

'Buscan respuestas primarias y llegar a los afectados por la crisis', dice Remiu

Conscientes de los problemas que suscita la cuestión en los partidos progresistas, el duro discurso del partido en Catalunya ha contado con el plácet de Génova y se ha ido dosificando semana tras semana para tener el mayor impacto posible. El proceso se explica en parte con las encuestas.

Según el barómetro de octubre del CIS, la inmigración supone la cuarta preocupación de los españoles (14%), seguida de la inseguridad ciudadana (7,3%). En Catalunya, ocurre lo mismo. 'Los partidos tienen muy en cuenta, muchísimo, las encuestas', explica el sociólogo Alberto Penadés, que recuerda que ese interés aumenta en periodo electoral.

La formación quiere evitar la aparición de otra fuerza a su derecha

Pero los mismos sondeos muestran que la educación, la sanidad o las pensiones interesan tanto o más que la gestión de la inmigración o la delincuencia. La elección del PP por esas realidades y por vincularlas viene justificada por su intención de penetrar en feudos tradicionales de la izquierda. Así lo explica Jordi Muñoz, profesor de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona: 'Confían en entrar en el área metropolitana de Barcelona y en zonas obreras'.

Para este especialista, 'el PP ha alcanzado su techo en Catalunya con su discurso tradicional', por lo que busca ahora 'nuevos horizontes'. Muñoz añade que otra razón que explica el inflamado discurso de los conservadores en esta cuestión es su necesidad de evitar que aparezcan otras fuerzas más a su derecha. 'Para ellos es clave y eso les obliga a representar todos los papeles de la función: el de la democracia cristiana, el del populismo e incluso el de un partido xenófobo'.

Este politólogo duda de que este discurso bajo investigación de la fiscalía pueda llegar a volverse contra el PP, en primer lugar porque el partido segmenta sus mensajes en función de cada público y porque 'la gente que lo vota en Sarrià-Sant Gervasi [zona alta de Barcelona] lo hace por otros motivos'.

Para Josep Maria Remiu, profesor de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona, la inmigración es la fórmula del PP para atraer a los afectados por el desempleo: 'Este mensaje sencillo activa respuestas primarias y llega a los más afectados por la crisis'. Estas personas, añade, 'descargan la frustración por su situación con el voto a una formación que les da respuestas sencillas'. Remiu añade que el PP se blinda así contra la ultra Plataforma per Catalunya, del mismo modo que con su discurso lingüístico lo hace contra Ciudadanos.

Efectivamente, tras la visita al MareNostrum, Sánchez-Camacho ha lanzado dos mensajes: el primero, para alertar de que Zapatero prepara un reglamento que será 'un coladero de inmigrantes ilegales' y, el segundo, para acusar a Tripartito y CiU de abocar a los niños a aprender sólo el catalán. Ni rastro de investigación y desarrollo, la 'prioridad' de Rajoy.

El propio presidente del PP pronunció unas palabras proféticas ante el supercomputador: 'Hay algo muy importante en la vida: para que las cosas salgan bien, alguien tiene que creer en ellas'.