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El PP catalán ya desborda a Le Pen

Los conservadores lanzan un juego que invita a liquidar inmigrantes ilegales y luego lo retiran

PERE RUSIÑOL

El PP catalán incendió ayer la campaña electoral con una iniciativa que podría dejar al ultra Jean Marie Le Pen casi como un moderado: colgó en su página web oficial un videojuego, impulsado por Nuevas Generaciones, en el que se invita a liquidar físicamente a los inmigrantes ilegales.

El juego, que luego fue retirado, tiene una apariencia amable, incluso lúdica, y está protagonizado por Alicia Croft, avatar de la candidata conservadora a la presidencia de la Generalitat, que vuela a lomos de una gaviota. Formalmente, todo es exquisito: se trata, aclaraba la nota de prensa, de 'lanzar ideas con el objetivo de resolver problemas y transformarlos en soluciones'.

El partido culpa a la empresa que diseñó el juego e ICV exige ceses

Estas 'ideas', que en el juego se lanzan físicamente, tienen forma de bombillas, pero es muy fácil confundirlas por bombas. Y se disparan a velocidad de ráfaga de metralleta sobre todos los 'problemas' que van surgiendo en el skyline de Barcelona, desde el nacionalismo hasta los impuestos. Y también sobre los inmigrantes ilegales, que caen en paracaídas: ¡Ra-ta-ta-ta-ta! Si les das, se convierten en llamas. '¡Plop!'. Liquidados.

¿Cómo ha podido llegar precisamente Alicia Sánchez-Camacho, que se granjeó en Catalunya una imagen progre madre soltera y con ribetes socialdemócratas a avalar un video-juego como este?

La versión oficial es que nunca lo hizo: un portavoz del PP subrayó que la orden de la candidata era exponer conceptos en positivo y 'dar ideas que aporten luz'. De ahí lo de la bombilla. Y que nunca debían aparecer, añaden las mismas fuentes, inmigrantes ilegales, sino que el encargo era que aparecieran las mafias de la inmigración.

Los conservadores compiten con varias formaciones ultras en auge

El mismo portavoz aseguró que Sánchez-Camacho no había visto la versión final que se colgó en su propia página web y responsabilizó a la empresa que elaboró el videojuego de los eventuales desatinos cometidos. Pasadas las 19.00 horas, el servidor de la web de campaña del PP, que albergaba el juego Rescate, se colgó. Y a las 21.00, ya era imposible encontrarlo.

La agresividad del videojuego provocó una reacción inmediata de ICV-EUiA, el partido más beligerante ante el coqueteo xenófobo del PP, al que ya ha llevado a la fiscalía por sus iniciativas en Badalona, epicentro del discurso popular más duro. Su candidato, Joan Herrera, consideró que el videojuego supone 'apología de la violencia y frivolización de la vida humana'.

ICV-EUiA exigirá el cese del responsable de Nuevas Generaciones que lanzó el vídeo. Y Herrera insinuó que si el cese no se produce 'en horas', acudirá a la fiscalía.

En la nota oficial de prensa divulgada por el PP se citaban varios de los objetivos a combatir, aunque eludía citar a los inmigrantes. Pero incluso si realmente la líder del partido no le dio el visto bueno algo realmente extraño durante una campaña electoral, en que toda iniciativa se controla al milímetro por el equipo del candidato, el videojuego es sólo un salto cualitativo más en una línea rotunda decidida por la formación, que ha señalado la inmigración como elemento central de la campaña.

La decisión de agitar el 'problema' de la inmigración no ha sido improvisada. El PP está acostumbrado a controlar en exclusiva todo el espacio electoral que va del centro hasta la extrema derecha, y ante la fidelidad de voto hacia este partido en el sector más ultra del electorado -el 90% de este segmento vota al PP, según el CIS- puede afrontar las campañas con una cierta pátina centrista.

El 28-N, en cambio, le sitúa en una situación anómala. No sólo compite, como es tradicional en Catalunya, con una opción de centro-derecha mucho más fuerte (CiU), sino que han salido varias opciones populistas de derecha e incluso xenófobas que albergan esperanzas de entrar en el Parlament o al menos de conquistar un buen saco de votos: la Plataforma per Catalunya, del ultra Josep Anglada, que aspira a importar aquí el éxito de las plataformas islamófobas y antiinmigración de países como Francia, Holanda y Austria; y Alternativa de Gobierno, encabezada por la ex diputada del PP Montserrat Nebrera.

Por si fuera poco, también en el segmento más españolista, que el PP dominaba casi en régimen de monopolio, le han salido competidores importantes: Ciudadanos, que las encuestas apuntan al alza, y Unión Progreso y Democracia, de Rosa Díez.

Y todo esto en un momento crucial para las aspiraciones de Mariano Rajoy de llegar a la Moncloa, que no puede permitirse ahora un retroceso en Catalunya. Si el PP se estanca o retrocede, el partido de la Moncloa estará abierto. Y quién sabe si el de la candidatura del PP.

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