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Madrid también paga el billete a casa a los desalojados rumanos

El consistorio ofrece la vuelta a inmigrantes a los que antes ha tirado la chabola

SUSANA HIDALGO

El pago del billete de vuelta a casa a los inmigrantes a los que previamente se ha desalojado parece ser una práctica habitual por parte de las administraciones españolas. La semana pasada trascendió que el ayuntamiento granadino de Motril (PP) había pagado el billete de vuelta a Rumanía a 15 rumanos que previamente habían sido echados de un campamento, pero no es el único. El Ayuntamiento de Madrid, del PP, también actúa de la misma forma.

Voluntarios y abogados que trabajan en exclusión social en Madrid denunciaron ayer a este diario que el consistorio de la capital, también del PP, había ofrecido billetes de vuelta a Rumanía tras un desalojo reciente. 'El pasado 4 de noviembre, el ayuntamiento desalojó a una veintena de gitanos rumanos de un campamento de la zona de Las Tablas y el Samur Social, al atenderles, les entregó un escrito donde les decía que podían elegir entre una noche de alojamiento o el billete de vuelta a Rumanía', denunció a Público Patricia Fernández Vicens, abogada de la Coordinadora de Barrios y que estuvo prestando asistencia jurídica a los desalojados.

El ayuntamiento: 'Se hace siempre y no es discriminatorio'

El Ayuntamiento de Madrid confirmó la acción y señaló que la compra de billetes de retorno forma parte de 'las intervenciones de emergencia'. 'A los desalojados se les ofrece o un alojamiento temporal hasta que se les incluya dentro de la red de asistencia o, si lo prefieren, un billete de vuelta a casa. Pero no les damos el dinero. Se les compra el billete y se les acompaña hasta la estación', afirmó un portavoz municipal, que quiso dejar claro que la misma actuación se hace con los rumanos 'o con el que viene de Barcelona, de Toledo o de Francia'.

'Se hace desde siempre y lo hacen todos los ayuntamientos porque para eso hay destinados unos fondos. No es nada concreto con los gitanos rumanos', señaló dicho portavoz.

Sin embargo, las ONG denuncian que tras las intervenciones de ayuntamientos como el de Motril o el de Madrid lo que subyace en realidad es 'una expulsión encubierta'.

La misma práctica ha tenido lugar en otras ciudades como Motril

'Se habla de retorno voluntario, de que cogen el billete porque quieren. Pero claro, si te acaban de tirar tu chabola, no te dan opciones, no te ayudan a que tus hijos acudan a clase, no tienes nada... Pues a lo mejor sí que coges el ticket de vuelta', denunció Paco Pascual, voluntario de la parroquia de Santo Santo Domingo de la Cañada. 'Aquí son mucho más sádicos que Sarkozy. Él al menos les da dinero para irse. Aquí les dejan que se pudran en la calle o esperan a que, cansados de pudrirse, decidan marcharse', agregó Pascual.

La misma versión la corrobora Javier Baeza, sacerdote de la parroquia San Carlos Borromeo, que denuncia que las redadas policiales y el acoso a los chabolistas son habituales en sitios como El Gallinero, un paraje donde viven 600 personas y que ayer celebró una fiesta para los 400 niños que viven allí.

De hecho, la fiesta de ayer era también un grito de denuncia, informa Paula Díaz. 'Pedimos una taza de wáter y una pila donde puedan lavarse los dientes y que asfalten el poblado para que el barro no estropee los zapatos que les damos en la parroquia', continuó Pascual. María José García, antropóloga de la Fundación Imaginario Social, solicita, también, 'estrategias nuevas adaptadas a su cultura'. 'Que se creen becas para que los jóvenes con cargas familiares puedan estudiar', concluyó.

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