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CiU se sitúa al borde de la mayoría absoluta

Obtendría 62 de los 135 escaños y un 39,3% de los votos. El PSC caería hasta su peor resultado histórico. Si la participación baja al 55%, CiU podría hacerse con el control total del Parlament

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La victoria de Convergència i Unió en las elecciones autonómicas catalanas del próximo 28 de noviembre parece ya inapelable. Los días del Tripartito llegan a su fin tras siete años en el poder. Así lo confirma el último Publiscopio. Artur Mas se convertirá, pues, en el nuevo president de la Generalitat. Lo conseguirá por el indiscutible ascenso de su federación, pero también por el retroceso del Partit del Socialistes (PSC), el hundimiento de Esquerra Republicana (ERC) y el toque de atención a Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA).

CiU obtendría un 39,3% de los votos, 7,8 puntos más que en los últimos comicios, los del 1 de noviembre de 2006. El empuje se traduce en 62 diputados de un total de 135, 14 más que hace cuatro años. Mas se queda a sólo seis parlamentarios de la mayoría absoluta. El candidato se ha afianzado ligeramente en los últimos meses, pues en la última encuesta, fechada en abril, se le auguraban entre 58 y 60 actas y un 38,8%.

La estimación de voto está realizada con un cálculo de participación en torno al 60%. Cuando más baje y más se aproxime al 56,04% de 2006, más favorecería a CiU que podría hacerse incluso con la mayoría absoluta y, en menor medida, al PP. Un 80,9% afirma que votará el 28-N 'con total seguridad'.

El sondeo, realizado entre el 15 y el 20 de noviembre a partir de 2.500 entrevistas, también confirma el resbalón del PSC, que se lleva el 22,2% de los sufragios. José Montilla se deja 4,6 puntos en su segunda cita con las urnas, una bajada algo mayor a la pronosticada en el Publiscopio de abril (28,2%). Así, los socialistas perderían cuatro de sus 37 diputados actuales. Esa cifra, la de 33 escaños, les igualaría al peor resultado de su historia, el de los primeros comicios, los de 1980.

La disputa por la tercera plaza sigue viva entre el PP y ERC. Los republicanos, según la encuesta, retendrían el puesto, pero por los pelos. Pasarían de 21 a 13 escaños, los mismos que los previstos en abril. La formación de Joan Puigcercós perdería más de un tercio de sus votantes, al caer del 14,1% al 9,1%.


Tras el castigo observado en abril en plena tensión por la sentencia del Estatut, que finalmente se conoció en junio, el PP ha ganado algo de fuerza. Del 7,2% de las papeletas y 10 escaños pronosticados en primavera, crece hasta los 12 diputados y un 8,5%. De todos modos, Alicia Sánchez-Camacho se estrenaría como candidata de los conservadores con una bajada, ya que cuatro años atrás su partido logró 14 actas.

De las fuerzas del Govern, la menos castigada es ICV-EUiA, que cae casi un 17%. Su 9,6% de 2006 mengua hasta el 8%, lo que le supone ceder dos de sus 12 escaños actuales.

El nuevo Parlament vería aumentado el peso de Ciutadans (C's) pasa de tres a cuatro escaños y asistiría a la entrada de un séptimo partido, Solidaritat per la Independència (SI), liderada por Joan Laporta. La otra fuerza independentista, Reagrupament la escisión de ERC de Joan Carretero, se quedaría fuera, igual que UPyD y la xenófoba Plataforma per Catalunya (PxC).

Los partidos del Tripartito sumarían 56 diputados, 14 menos que ahora y a 12 de la mayoría absoluta. La escasa confianza en el Govern se palpa en otro dato: sólo un 22,2% aprueba su gestión un 30,8% en abril, frente al 59,4% que lo suspende. Los más benevolentes son los electores del PSC, pues un 38% juzga positiva la gestión del Tripartito (un 39% la censura). Entre los más críticos se sitúan los fieles de CiU y PP . Y también los simpatizantes de ERC: apenas un 20% aplaude al Ejecutivo.

Además, un 45% cree que el PSC lo ha hecho peor que CiU en sus 23 años en el poder. Un 14,6% estima lo contrario.

CiU resulta victoriosa en la mayoría de parámetros del Publiscopio. Para empezar, es el partido más valorado. Los catalanes le asignan un 5,9. Le sigue el PSC, con un 4,7 e ICV, con un 4. Los peor parados son ERC (3,6) y el PP (2,7).

También Mas lidera la lista de valoración de los candidatos. Un 5,8 le adjudican los encuestados, tres décimas más que en abril. Por debajo quedan Montilla (4,7, frente al 5,1 de la primavera) y Joan Herrera, número uno de ICV-EUiA (4,5). La escala de calificaciones salta al 3,9 de Puigcercós, al 3,8 de Carretero, al 3,4 de Albert Rivera (Ciutadans), al 3,2 de Antonio Robles (UPyD) y al 3,1 de Camacho. Cierran el ranking Laporta (2,8) y Josep Anglada, de PxC (2,6).

El líder de CiU también vence a su homólogo del PSC en confianza. Un 27,1% confiesa sentir seguridad en el president, por otro 71,2% que recela de él. En cambio, la confianza hacia Mas sube al 40,7%, aunque siguen siendo más (un 55,7%) los que no se fían.

Por otro lado, la gestión de Montilla es bien vista por el 24,2%. Otro 32,6% la suspende. La labor del presidente de CiU concita más aprobados (41,4%) que críticas (15,2%).

Las buenas cartas del número uno de la federación se muestran asimismo en las preferencias: hasta un 43,9% de los catalanes quiere que sea president en sus terceras elecciones, frente al 21,3% que opta por el líder del PSC. Además, hoy el 69,7% da por hecho que Mas ganará, cuando siete meses atrás lo creía el 43,4%.

CiU es el partido con el que se identifica el 23,8% de los catalanes. Un 19,7% se dice cercano al PSC, bastantes menos que en primavera (25,2%).

Mas parte con una gran fortaleza: el 79% de los que votaron a CiU en las generales de 2008 confiará en él el 28-N. El PSC tiene más fugas: el 31% de los que eligieron a Zapatero apostará por Montilla, pero otro 20% prefiere la lista de Convergència.

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