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Los obispos critican la cristianofobia del Gobierno

De esta forma responden a la nueva política de puentes tendidos promovida por Ramón Jáuregui

JESÚS BASTANTE

'Vivimos la cristianofobia del laicismo beligerante y la barata facilidad con la que la Iglesia es sometida a befa y mofa'. Con estas palabras, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, respondía ayer a la nueva política de puentes tendidos promovida por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y que parecía contar con el beneplácito tanto de la Santa Sede como del cardenal Antonio María Rouco Varela.

Un mes después de la visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona, se comprueba cómo, en realidad, los obispos prosiguen con su estrategia de enfrentamiento. Así, a las declaraciones de Sanz se unieron, entre otras, denuncias de los cardenales Antonio Cañizares y del propio Rouco, quien en la Vigilia de la Inmaculada volvió a arremeter contra el 'anticlericalismo y secularismo agresivo' que, en su opinión, se vive en nuestro país.

El más duro fue Sanz, quien se preguntó 'por qué hay patente de corso en esa exclusión del hecho religioso en general y del cristiano y eclesial en particular'. Para el arzobispo de Oviedo, 'los intolerantes imponen su censura' para desgastar 'la presencia cristiana' con 'posiciones políticas, culturales y mediáticas que tratan de atacar y destruir al cristianismo'.

Por su parte, Cañizares, quien presidió la festividad en la catedral de Valencia, invitó a los fieles a 'la confianza en el amor de Dios y en su victoria sobre el mal', ante las 'muchas dificultades, grandes y graves, en la Iglesia y en el mundo, también en España'. En su opinión, 'vivimos unos momentos en que no se sabe lo que es el mal o se piensa que apenas hace daño el hacerlo'.

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