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"Mi marido manipulaba directamente el amianto"

Varias viudas exigen más pensión por la exposición de sus maridos al asbesto

JOSEP VILARDELL

Han tenido que pasar 23 años desde que el marido de Caridad Carrillo muriese de cáncer de lengua para que un juez haya reconocido que la causa de esta enfermedad fue la inhalación de amianto durante sus 32 años de trabajo en la fábrica de fibrocemento Rocalla SA de Castelldefels (Barcelona), comprada hace unos años por Uralita.

De hecho, ni sus propios empleados conocían las consecuencias del mineral que manipulaban hasta que ya fue tarde: en 2007, los abogados de la cooperativa Col·lectiu Ronda organizaron una asamblea informativa sobre el amianto y a partir de entonces ex trabajadores y familiares empezaron a reclamar en los tribunales. 'Nadie sabía que la gente estaba enferma a causa del amianto', asegura Marta Barrera, abogada del Col·lectiu Ronda.

Los tribunales han empezado a dar la razón a las viudas de los trabajadores fallecidos y ayer mismo el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya dictaminó aumentar en más de un 50% la pensión de una mujer, Gloria Caballero, cuyo marido, también trabajador de Rocalla como el de Caridad, murió de cáncer de laringe. La sentencia, que ratifica una anterior, aprecia un 'nexo causal' entre la muerte y la exposición al amianto.

Se trata de un caso similar al del marido de Caridad, cuya viuda explica que 'manipulaba directamente' el asbesto mientras la empresa apenas tomaba precauciones. Caridad afirma que los empleados de Rocalla, 'si pillaban guantes era de rebote, no llevaban mascarillas y almorzaban encima del amianto'. En febrero de 1986 diagnosticaron cáncer de lengua a su marido, que murió por esta patología en marzo de 1987.

Cuando Caridad explicó el caso al Col·lectiu Ronda, que representa a cerca de 200 ex empleados de Rocalla, se encontraron con la dificultad agregada de que este tipo de cáncer no forma parte del cuadro de enfermedades asociadas a la exposición al amianto. Y esto es lo que argumentó la Seguridad Social en enero de 2009 para denegar la pensión de viudedad por enfermedad profesional. Finalmente, los juzgados de Barcelona decretaron en septiembre de forma pionera en España que la causa de este cáncer había sido el amianto.

Pero en el caso de Caridad, la lucha sigue, porque Uralita decidió recurrir la sentencia y el Col·lectiu Ronda le reclamará a la empresa que contribuya a otra mejora de la pensión y a una indemnización por daños y perjuicios.

 

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