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Rajoy hace de la abstención el eje principal de su estrategia

El PP juega con esta posición para no hacerse 'corresponsable' de las políticas del Ejecutivo socialista. Algunos de sus cargos creen que no es propio de un partido que aspira a gobernar

MARÍA JESÚS GÜEMES

La diputada del PP Fátima Báñez alza la mano y, después, levanta los dedos para marcar el sentido de la votación. En función de los que eleve, sus compañeros de grupo deben apretar el botón correspondiente. Si es uno, pulsan el del sí. Si son dos, se inclinan por la abstención. Con tres, sólo queda la opción del no.

Últimamente, el Partido Popular ha repetido mucho un signo que se podría confundir fácilmente con el de la victoria. El gesto destacó mucho hace tan sólo unos días. Primero, frente al decreto de medidas urgentes para fomentar la inversión y la creación de empleo, del pasado 14 de diciembre. Los conservadores se decidieron por la abstención aunque algunas de las iniciativas, como la de los beneficios fiscales para las pymes, llevaban tiempo reclamándolas.

Desde el comité de dirección aseguran que no han lanzado 'ninguna consigna'

Tan sólo dos días después, la imagen se volvía a repetir. La bancada conservadora se comportó exactamente igual a la hora de decidir sobre la ampliación del estado de alarma hasta el 15 de enero. Su pronunciamiento se convirtió en un secreto hasta el último minuto. Muchos diputados del PP no supieron lo que iban a hacer hasta que se lo oyeron decir a su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría. Esta resumió la postura: 'El PP no se opondrá a esa decisión, pero no puede respaldarla de ningún modo'.

Así, una vez tras otra. Mariano Rajoy lleva tiempo poniéndose de perfil y ha hecho de la abstención buena parte de su forma de oposición en estos dos años de legislatura. El PP se abstuvo en la reforma del Código Penal por 'insuficiente'; en el primer gran acuerdo sobre política energética, para impedir la creación de 'nuevos impuestos'; en el fondo extraordinario para el empleo y la sostenibilidad local, conocido como Plan E, para 'no agravar la crisis', aunque luego sus alcaldes se apuntaron al carro; y en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, para no dejar en evidencia sus divisiones internas.

Y es que no todo ocurre en el Congreso. También se han dado capítulos sonados en otros foros. Como, por ejemplo, en diciembre de 2009, cuando el PP dio un portazo en toda regla en la IV Conferencia de Presidentes. Los líderes regionales conservadores rechazaron un documento para luchar contra el paro que, según el Gobierno, incorporaba el 80% de sus propuestas. Al someter el texto a votación, el resultado fueron 10 votos a favor y ocho abstenciones. Las de ellos. Zapatero se lo reprochó. A su juicio, el paso dado por el PP significaba algo así como decir 'yo no me mojo, me lavo las manos, ese no es mi problema'.

En el partido dicen que a los veteranos no les hace gracia esta conducta

Un miembro del comité de dirección defiende la estrategia de su partido y asegura que 'no obedece a ninguna consigna' establecida. Explica que analizan cada tema de forma independiente y que se decantan por lo que consideran oportuno. También reconocen que, muchas veces, la abstención resulta ser su mejor opción. 'Nos vale la pena porque es una forma discreta de no decir que sí y de dejar al Gobierno enfrentado a sus propias contradicciones', mantiene un diputado.

En el PP se decantarían más a menudo por un no rotundo pero no lo hacen. Sus adversarios políticos creen que es para no perjudicar su imagen y enfrentarse a la opinión pública. Desde la cúpula del PP explican que actúan así muchas veces para no 'perjudicar los intereses de la gente', pero también para no hacerse 'corresponsables de las políticas' del Ejecutivo socialista.

En el partido de Rajoy confiesan que a muchos de sus integrantes no les hace 'ni pizca de gracia' esta conducta. 'Sobre todo a los veteranos', hay quien apunta. Pero lo cierto es que también hay otros, que no lo son tanto, a los que también les desconcierta. No les parece una fórmula propia de un partido que aspira a gobernar. 'A mí, la verdad, no me gusta. La abstención como norma general me parece una mala posición. Parece que somos indefinidos', indica un parlamentario.

El PP calcula sus pasos en función del número de apoyos del Gobierno

Otro de sus compañeros recuerda que 'muchas veces' el desarrollo del debate te 'fuerza' a ello. Los conservadores mantienen todos los martes por la mañana una reunión informativa en el Congreso. Cualquier diputado se puede acercar hasta ella para saber qué opina su partido sobre la mayoría de los temas que se van a tratar en el Pleno pero, lo cierto, es que casi siempre acude poca gente.

Muchos de los que se pasaron por allí pensaron en su día que se votaría en contra de la ampliación del estado de alarma porque su partido la estaba criticando duramente. Pero no fue así. 'No nos atrevimos. Y, al final, es lo que nos retrata en los temas significativos', lamenta un dirigente conservador.

«Abstenerse,como norma general es mala posición», dice un diputado

Hay quien resalta que, a veces, su partido calcula sus pasos en función del número de apoyos con los que cuenta el Gobierno. 'Si está garantizado que no les hacemos falta, nos desmarcamos sin complejos', dice otro cargo del PP.

Pero, esto a veces, puede ser muy peligroso. Como cuando se produjo el tijeretazo del Gobierno en mayo. El resultado estuvo muy ajustado. Los socialistas sacaron adelante las medidas de ajuste del gasto y reducción del déficit público por un solo voto de diferencia: 169 frente a los 168 de la oposición en bloque y 13 abstenciones. Entre estas últimas, las de CiU, que se convirtieron en decisivas para que Zapatero pudiera respirar aliviado.

El Grupo Popular barajó la posibilidad de abstenerse. De hecho varios banqueros y empresarios llamaron a Rajoy para pedirle que, en esta ocasión, no se opusiera porque eran iniciativas duras aunque necesarias para España y se corría el riesgo de sufrir una reprobación de la Unión Europea o la voracidad de los especuladores. El PP confiaba en que los nacionalistas catalanes salvarían el proceso. Los medios de comunicación alabaron la conducta del portavoz de CiU, Duran i Lleida, y la contrastaron con la de Rajoy.

A pesar de las críticas, el líder del PP dijo que había hecho lo correcto. Rajoy siempre barre responsabilidades para afuera. 'Ya no valen las excusas ni culpar a los demás, el Gobierno lo es desde hace seis años y medio. Zapatero tiene los medios para gobernar y dispone de los apoyos suficientes en el Congreso para hacerlo. Siempre que lo ha deseado ha sacado adelante sus propuestas', subraya en sus mítines cada vez que le echan en cara que no contribuye a poner en marcha las reformas necesarias.

También dice que si el Ejecutivo propone 'cosas sensatas', su formación lo apoyará pero los casos, por inusuales, terminan convirtiéndose en noticia. De hecho él siempre explota el 'sí responsable' que el PP dio a los decretos-ley del Gobierno para apoyar el sistema financiero. Pero eso fue en 2008. A pesar de todo, algunos no pierden la esperanza de ver la foto de Zapatero y Rajoy para salir de la crisis. En su discurso de Nochebuena, el rey volvió a pedir 'unidad'. El PP se mostró favorable a trabajar 'codo con codo' pero no para ir 'de comparsa'. El siguiente paso se verá pronto: con la reforma de las pensiones.

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