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La inmersión saca un notable

Los resultados académicos avalan un modelo basado en el catalán como lengua vehicular en la enseñanza

JAUME CLOTET

La sentencia del Tribunal Supremo (TS) que ha dado la razón a tres familias que querían que sus hijos estudiaran en castellano ha situado el modelo de inmersión lingüística de Catalunya en el punto de mira. El sistema educativo catalán se fundamenta sobre este modelo, que ha permitido que la inmensa mayoría de ciudadanos sean bilingües.

Cabe recordar que la inmersión comenzó su andadura en 1979, cuando un 24% de la población no entendía el catalán y un 61% de los habitantes de la provincia de Barcelona habían nacido fuera de Catalunya. La situación no era fácil y se imponían medidas de choque. Quebec la provincia canadiense donde la lengua oficial es el francés aplicaba un modelo similar que daba un buen resultado y Jordi Pujol descartó la doble línea escolar en función de la opción lingüística.

Todos los habitantes de Catalunya entienden el español y el 95%, el catalán

Treinta años después de empezar a aplicar el modelo, más del 95% de la población catalana entiende perfectamente el catalán y la totalidad de los habitantes entienden el castellano. Por ello, la inmersión lingüística ha demostrado ser una herramienta eficaz en el proceso de normalización, y a su vez no ha significado ningún retroceso del castellano. El sistema ha contado siempre con el apoyo incondicional de la comunidad educativa, que destaca que el modelo no sólo es eficiente, sino que ha sido objeto de reconocimiento internacional.

Según el último informe PISA, los alumnos catalanes demuestran tener un rendimiento por encima de la media española. Teniendo en cuenta que la mayoría de comunidades autónomas sólo disponen de una lengua oficial, queda probado que ni el aprendizaje de dos lenguas ni el hecho de aplicar la inmersión lingüística supone ningún obstáculo al analizar los resultados académicos.

El rendimiento escolar está por encima de la media de España

Así, los datos del informe PISA indican que Catalunya obtiene 498 puntos en comprensión lectora, por delante de los 491 de la media de la OCDE y bastante por encima de los 481 de la media del resto de España. El hecho de que el catalán sea la lengua vehicular tampoco causa problemas. En competencia matemática, los alumnos catalanes obtienen 495 puntos, mientras que la media española queda en 483. Esta tendencia se mantiene en el ámbito de la competencia científica, donde Catalunya obtiene 497 puntos y España, 488.

Además del informe PISA, todos los datos confirman que el sistema educativo catalán no tiene carencias. Las pruebas realizadas por el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo, dependiente del Ministerio de Educación, demuestran que los alumnos catalanes saben tanto o más castellano que sus compañeros del resto de España. Por ejemplo, las evaluaciones de 2003 para estudiantes de primaria dieron un empate en conocimientos de castellano. Por ello, la Conselleria de Educació asegura que 'los resultados son iguales estadísticamente y se demuestra que los estudiantes de Catalunya y los del resto del Estado tienen los mismos niveles de castellano'.

El nivel de castellano es igual entre alumnos catalanes y del resto del Estado

Ante este hecho, la mayor parte de la clase política catalana tiene claro que no habrá ninguna modificación ni ningún golpe de timón en política educativa. Sólo el PP y Ciudadanos han instado al nuevo presidente de la Generalitat, Artur Mas, a aplicar las instrucciones del TS y abrir la vía de la inmersión lingüística en castellano. El diputado y líder de Ciudadanos, Albert Rivera, llegó a amenazar al nuevo presidente con medidas judiciales, avisando de que el incumplimiento de sentencias de tribunales 'es un delito previsto en nuestro Código Penal'.

Para dos personas que fueron ponentes de la Ley de Educación de Catalunya (LEC), aprobada durante la última legislatura, la ecosocialista Dolors Camats y la nacionalista Meritxell Ruiz, la inmersión lingüística queda 'blindada' por esta nueva ley y la sentencia no debería tener ningún impacto en su aplicación. Ambas políticas, tan opuestas en otras cuestiones, comparten la idea de que el modelo ha demostrado ser idóneo en la integración de los recién llegados y que no debe ser modificado.

La mayoría de los partidos quiere evitar cambios en la política lingüística

Los responsables en temas de enseñanza de Convergència i Unió defienden sin fisuras el modelo de inmersión lingüística. Irene Rigau, que con toda probabilidad ocupará la Conselleria de Educació, acusó al Tribunal Supremo de intentar ir más allá de lo que le corresponde. Rigau piensa que las sentencias podrían haber reclamado la inconstitucionalidad del modelo y no lo han hecho, por lo que considera que la lengua y el modelo lingüístico no han quedado afectados.

En términos similares se expresaba la ex consellera de Educació del último ejecutivo de Jordi Pujol, Carme-Laura Gil. 'No toleraremos dijo que otros dispongan sobre nuestra lengua, no toleraremos ni por un instante que la lengua catalana no sea la lengua de la escuela, de la Administración, de nuestros medios de comunicación, que no sea la lengua preeminente de Catalunya'. La ex consellera cree que la sentencia del Estatut lleva el país a abrir 'el camino de la independencia' porque 'la lengua es el sustrato de nuestra identidad '.

Aunque generalmente son combativos con las administraciones, buena parte de los estudiantes catalanes están de acuerdo con el modelo de inmersión. En este sentido, la coordinadora de organización de la Asociación de Estudiantes Progresistas, Lara Saiz, valora la inmersión como una pieza fundamental del carácter integrador del sistema educativo. 'Los recién llegados aprenden la lengua catalana como el resto y eso evita que sean ciudadanos de segunda', asegura.

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