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"Espero que de verdad se garantice la vivienda por ley"

Familias sin recursos para acceder al mercado libre exponen sus ilusiones y desconfianzas ante el anteproyecto de ley presentado por el Gobierno vasco y cuestionado por todos los partidos

GUILLERMO MALAINA

'Espero que se garantice de verdad en la nueva Ley vasca de Vivienda el derecho a una casa'. Urretxa Susilla Hernández tiene 33 años, vive en Sestao (Vizcaya) y, como miles de personas que en Euskadi carecen de recursos para acceder a la compra de una casa en el mercado libre, ha recibido con una mezcla de ilusión y prudencia la regulación que plantea el Gobierno vasco.

El anteproyecto de la nueva Ley de Vivienda del Ejecutivo vasco ha suscitado la última semana todo tipo de reacciones sin dejar indiferente a nadie: ni a propietarios ya de una VPO, ni a aspirantes a serlo algún día, ni a los partidos. Con distintos matices, PNV, PP, Aralar, EA, EB y UPyD han criticado el texto desde un principio.

El PP, socio preferente de López, es el más crítico con esta iniciativa

El articulado recoge medidas inéditas en Euskadi y en buena parte del Estado, como la expropiación de viviendas protegidas a quienes ganen el doble del máximo permitido durante tres años (el límite oscila entre 70.000 y 120.000 euros anuales), el establecimiento del 'derecho subjetivo' por ley a una vivienda para las personas con menos recursos, la imposición de un canon sobre pisos privados deshabitados más de dos años, así como la posibilidad de que la Administración pueda obligar a sus propietarios a alquilarlos.

Urretxa Susilla espera, como otras 90.000 personas inscritas en el servicio vasco de vivienda (Etxebide), que la fortuna le sonría algún día con la adjudicación en venta o alquiler de un piso de protección pública. A sus 33 años vive con su novio en una casa alquilada por la que pagan 750 euros al mes en Sestao, un municipio fértil en los años de la industrialización, con los Altos Hornos de Vizcaya y el astillero de La Naval, y que, hoy por hoy, presenta la tasa de paro más alta de Euskadi (20%) y tiene 2.600 vecinos parados.

Urretxa Susilla, diplomada en Educación Social por la Universidad de Deusto, tuvo suerte hace dos meses, cuando recibió un contrato temporal del Ayuntamiento de Sestao para desarrollar un plan de intervención sociocultural.

El Gobierno vasco está convencido de que los partidos negociarán el texto

'Llevo trabajando diez años en distintos sitios y siempre con contratos temporales. Creo que mi novio y yo podríamos tener una casa si saliera aprobada la nueva ley. Andaríamos ahí, ahí, en el límite, según nuestros ingresos. Depende de épocas', dice, en alusión al articulado inicial.

El anteproyecto plantea que la Administración garantice una vivienda en alquiler a las unidades familiares de dos miembros cuyos ingresos no superen los 12.000 euros al año. El límite de solicitantes individuales sería 9.000. 'Y para las familias de tres miembros creo que deberían subir el límite de 15.000 a 20.000 euros o así', agrega Urretxa.

La entrada en vigor de esta ley, sin embargo, aún tendrá que esperar e, incluso, es muy posible que buena parte de las medidas planteadas no fructifiquen en última instancia. Nunca sería antes de 2012. El PP, socio preferente del Gobierno de Patxi López, ya le ha advertido de que no cuente con él para sacarla adelante. De mantener los conservadores esa posición, el Ejecutivo vasco se verá obligado a buscar el apoyo del PNV, cuya primera respuesta al borrador fue crítica, aunque no se cierra a negociar. El PNV ha avanzado que la idea del Ejecutivo 'no aborda el problema de fondo, que es garantizar una vivienda a precio asequible a todos los ciudadanos'. Le afea así su discurso sobre el 'derecho subjetivo' a una casa, cuando 'deja fuera a la gran mayoría de los demandantes de vivienda en Etxebide'.

Euskadi impondrá un canon para los pisos deshabitados más de dos años

La respuesta de Ezker Batua marca de IU en Euskadi es similar. Según sus cálculos, el derecho subjetivo a la vivienda de este anteproyecto 'deja fuera' a más de 50.000 personas inscritas en Etxebide: 'No se plantea un verdadero derecho ciudadano de acceso a la vivienda, sino una medida asistencial para personas en riesgo de exclusión'. Aralar, por su parte, cuestiona que el Ejecutivo no apuesta claramente por el alquiler ['dice que sólo el 40% será de alquiler'], y apuesta por un canon para las viviendas vacías así como su 'arrendamiento forzoso'.

El Departamento vasco de Vivienda interpreta estas respuestas como muestra de 'voluntad' de los partidos para negociar. Además, ha abierto una vía de participación ciudadana para recoger nuevas aportaciones, como las de JoséAntonio Mosquera, de 33 años, separado, padre de una hija y que, en la actualidad, ha vuelto a casa de sus padres. Este hombre duda de que algún día pueda beneficiarse de esa ley: 'Según las estimaciones básicas sí podría, pero la realidad final será que no'. Cuenta que si llega a ganar 12.000 euros al año como técnico de informática es 'todo un milagro': 'Me contratan por tres meses, me mandan un mes al paro y vuelvo a trabajar tres meses. Así llevo cuatro años'.

Así, su escepticismo sobre el sistema es total. 'El Inem lo puede ver, pero no le sale de las narices. La Administración sólo ve esas cosas cuando voy a pedir ayudas para vivir', dice, sin confianza en la nueva Ley vasca de Vivienda. En su caso, además, se da la circunstancia de que cuando murió su padre, su madre decidió poner a su nombre también una casa que tienen en Galicia, de donde emigraron sus padres hace 40 años. 'O sea, que soy propietario de una casa cuando realmente no lo soy', se queja.

Para José Antonio, los beneficiados de la ley serían los inmigrantes recién llegados. 'Tengo amigos inmigrantes. Vienen sin nada, sin pasado. ¡A qué puedo acceder yo!', se lamenta, con un ingreso anual inferior a 12.000 euros.

José Antonio Mosquera, técnico informático

José Antonio Mosquera, de 33 años y natural de Sestao, es padre de una hija, está separado y apenas gana 12.000 euros al año. 'La realidad social no se plasma en las leyes. Yo estoy separado y, por desgracia, he tenido que volver a casa de mis padres'.

Urretxa susilla, educadora social

Urretxa Susilla, de 33 años y natural de Sestao, vive con su novio en un piso de alquiler por el que pagan 750 euros al mes. 'Pagamos 750 euros por el alquiler. Es mucho dinero para nuestra economía. Espero que la nueva ley salga adelante'

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