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Losantos maniobra para evitar el juicio por calumnias a un policía del 11-M

Acusó en antena al comisario Ruiz de haber colaborado con los terroristas en la masacre

PEDRO ÁGUEDA

El locutor Federico Jiménez Losantos intenta evitar sentarse de nuevo en el banquillo de los acusados. En esta ocasión, el comisario jubilado Rodolfo Ruiz lo acusa de un delito de injurias y calumnias por implicarlo en la masacre del 11-M desde los micrófonos de la Cope. La vista estaba prevista inicialmente para el 23 de diciembre, pero el locutor alegó una repentina ciática. Ayer, su abogada solicitó el sobreseimiento por considerar prescrito el delito y el juez se vio obligado a retrasar de nuevo la fecha de la vista.

Ruiz era el comisario de Puente de Vallecas el 11-M. En esa comisaría apareció, entre pertenencias de las víctimas, una mochila que los terroristas colocaron en uno de los trenes y que nunca llegó a explotar por un fallo en su montaje. La tarjeta de móvil hallada en el interior condujo a la tienda de Jamal Zougam en Lavapiés y a las primeras detenciones. 'Bomba que no era bomba, porque su única función era llevar a la trama islamista', dijo en antena Losantos en 2007.

'Habéis sembrado de pruebas falsas el sumario, habéis colaborado con una masacre criminal, y lo pagaréis, vosotros, lo pagarás tú, Ruiz...', afirmó Jiménez Losantos en su programa del 26 de abril de 2006. En algo están de acuerdo Ruiz y su familia con la afirmación de Losantos de que iba 'a pagar'. La esposa del comisario se suicidó y la familia lo achaca a una insoportable presión mediática.

El locutor llegó a los juzgados de Lo Penal de Madrid en su vehículo acompañado de su abogada y el ingeniero de Telecomunicaciones y líder de los Peones Negros Luis del Pino, su gran apoyo en el desarrollo de las teorías de la conspiración sobre los atentados del 11-M y al que la defensa reclama como testigo en el juicio, al igual que con un periodista de El Mundo. El lujoso vehículo de Losantos permaneció durante su estancia en los Juzgados aparcado sin problemas en la zona de seguridad.

La tensión se respiraba en la cuarta planta de los juzgados. Rodeado de familiares y amigos de Ruiz -entre ellos la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Pilar Manjón-, Losantos se dirigió a la sala, donde el juez, sin presencia de público, iba a escuchar a las partes. En un momento dado se giró y espetó a la hija del comisario: 'Me acabas de llamar cobarde y asesino'. Esta lo negaba cuando terció el guardaespaldas particular de Losantos, que no dudó en encararse con la joven mientras otros familiares terciaban. A la salida, el locutor optó por abandonar la sala por la puerta de atrás para no volverse a encontrar con los familiares del comisario, siempre después de reclamar a su guardaespaldas y chófer.

Para evitar el banquillo, Jiménez Losantos ha recurrido a la sentencia del Tribunal Constitucional que absolvió a Los Albertos de estafa y falsedad documental. Según esa sentencia, no basta para interrumpir el plazo de prescripción del delito la presentación de una denuncia sino su admisión a trámite. Las injurias y caluminas prescriben al año, pero la acusación sostiene que Losantos incurrió también en un delito continuado de calumnias a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no prescribe hasta los tres años.

El fiscal pide para Losantos una multa de 5.400 euros, que la acusación eleva a 630.000 y dos años de cárcel. El comisario Ruiz fue ascendido a la Brigada Provincial de Información después del 11-M y cesado después por el ‘caso Bono'. El comisario Ruiz fue condenado por detención ilegal de dos militantes del PP y falsedad en documento público por la Audiencia Provincial de Madrid. El Tribunal Supremo anuló más tarde la sentencia en su integridad.

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