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Voto e ideología

Que los electores del PSOE estén indecisos o quieran abstenerse no obedece a su despolitización

 

JOSÉ LUIS DE ZÁRRAGA

Están cambiando las posiciones ideológicas de los españoles correlativamente al cambio en las tendencias de voto? ¿La crisis del voto socialista se explica por un desplazamiento del electorado hacia la derecha o por el abandono de posiciones de izquierdas? ¿Qué relación existe en España hoy entre posición ideológica y voto?

Un indicador muy sintético de posición político-ideológica es la autoubicación de la gente en el eje izquierda-derecha. En todos los Publiscopios se incluye una pregunta en la que se dice a los entrevistados que, cuando se habla de política, la gente suele definir su posición con las palabras izquierda y derecha y se les pide que se clasifiquen como 'una persona de izquierdas o como una persona de derechas'.

La escala izquierda-derecha de los ciudadanos apenas se ha movido desde 2007

En la respuesta se admiten también los posicionamientos de centro, ni de izquierdas ni de derechas y apolítico. Como esta clasificación se ha aplicado, de forma idéntica, a todas las muestras de los Publiscopios desde septiembre de 2007, resulta muy interesante observar cómo han evolucionado las posiciones político-ideológicas en estos tres años y medio, es decir, desde antes de comenzar la crisis hasta la actualidad.

En este periodo se ha producido un cambio radical en las intenciones de voto de los españoles. Las intenciones de voto al PSOE han bajado aproximadamente 14 puntos (de 30,4% en los Publiscopios del último trimestre de 2007 a 16,2% en el de esta semana) y las del PP han subido tres puntos (de 23,8% a 26,8%).

Este movimiento masivo de la intención de voto podría deberse a un cambio correlativo en las posiciones político-ideológicas de la población, que quizás como reacción a las privaciones sufridas con la crisis económica habría ido abandonando las posiciones de izquierdas, para hacerse más conservadora y situarse más en la derecha. Esa sería también una buena razón para recomendar al PSOE que se corriese a posiciones más hacia el centro, o sea, a su derecha, donde algunos analistas dicen que están ahora los votos.

Las circunstancias de la crisis han llevado a la gente a posicionarse en una mayor proporción

Pero los datos de los Publiscopios no abonan ni la explicación ni la recomendación, sino que las contradicen. Las posiciones izquierda-derecha de los ciudadanos apenas se han movido en estos tres años y medio. En el último trimestre de 2007, un 37,5% de los entrevistados se declaraba de izquierdas. En el último trimestre de 2010, un 39,6% y aún unas décimas más en la muestra de esta semana (40,2%). En estos tres años y medio la proporción de personas que se declaran de izquierdas ha fluctuado dentro de ese estrecho margen de dos o tres puntos como máximo, y en todo caso la pequeña variación que se ha producido ha sido de incremento. Tampoco han variado más, y lo han hecho en el mismo sentido, las proporciones de quienes se declaran de derechas (de 15,1% en 2007 a 17,9% esta semana) y de centro (de 18,1% a 18,9%).

La variación más significativa en la ubicación de los ciudadanos entre izquierda y derecha no está, de hecho, en su clasificación en una u otra de esas posiciones, sino en la aplicación misma de ese criterio clasificatorio. Mientras en los Publiscopios de septiembre de 2007 en unas circunstancias políticas relativamente tranquilas un 20,2% de los entrevistados se declaraban apolíticos o no sabían o no querían definirse con el criterio que se les proponía en la encuesta, esa proporción ha bajado continuamente durante estos años hasta ser sólo del 8,9% esta semana.

Evolución paradójica desde la perspectiva de la tesis de una progresiva despolitización de la gente. Más bien parece que deberíamos encontrar o bien que cada vez menos ciudadanos se posicionan ideológicamente entre la izquierda y la derecha como pediría la presunta despolitización o bien, para explicar el progreso relativo del PP y el hundimiento del PSOE, que cada vez más ciudadanos se sitúan en la derecha y menos en la izquierda. Pero no sucede ni lo uno ni lo otro.

Al contrario, lo que prueban estas encuestas es que la gente se posiciona en términos político-ideológicos hoy bastante más que hace cuatro años. La tesis de la despolitización confunde las cosas: una cosa es el fuerte rechazo de las políticas de los partidos que se disputan el Gobierno y de las alternativas políticas que ofrecen que parece haber crecido mucho en estos años y otra, la despolitización en el sentido de abandono de posiciones ideológicas respecto a la cosa pública.

Puede decirse, al contrario, que la gente está ahora más politizada, que las circunstancias de la crisis les han llevado en mayor proporción a posicionarse, y por eso y no por su despolitización, se han ido moviendo a tendencias de voto contrarias al Gobierno, a una indecisión de claro significado político, o a una abstención de rechazo también motivada políticamente.

El que los votantes del PSOE estén indecisos o dispuestos a abstenerse no se explica por su despolitización. El problema del Gobierno socialista no radica en que los electores potenciales estén dejando de situarse en la izquierda, sea declarándose apolíticos, sea corriendo su posición a la derecha.

No hay que confundir rechazo o desánimo con despolitización. Al contrario, los que rechazan con más fuerza o se desaniman más no son aquellos que no se sienten concernidos por la política, sino quienes la consideran desde perspectivas ideológicas que les afectan subjetivamente. Hoy, como antes, el desencanto es un problema político.

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