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IU protesta en Madrid contra los recortes sociales

Se presenta como la única 'alternativa seria, profunda y de largo recorrido' para construir un 'Gobierno de izquierdas' que no se arrodille ante los mercados

 

JUANMA ROMERO

La política de ajustes de José Luis Rodríguez Zapatero ha dejado expedito el camino de la izquierda. O eso, al menos, ambiciona Izquierda Unida: erigirse como la única fuerza de referencia para todos los 'traicionados' por el Gobierno. Ayer reunió a pulso, sola, sin el báculo de los sindicatos, a miles de personas en una manifestación en Madrid, de Puerta de Toledo a Sol, convocada para protestar Contra los recortes, por las pensiones, el empleo y los derechos sociales, como indicaba su lema de cabecera. Y se encargó de vender una 'alternativa seria, profunda, de largo recorrido', que ayude a construir 'con quien quiera' un 'Gobierno de izquierdas que no se ponga nunca más de rodillas frente a los mercados', una 'democracia plena'. La arenga partió de un exultante coordinador federal, crecido por los repetidos gritos de '¡Presidente, presidente!' y '¡Esto no se aclara si no está Cayo Lara!'.

El líder tejió un discurso impregnado de las proclamas clásicas de la izquierda. De sus 'valores' intrínsecos como arma poderosa 'frente a tanta corrupción, tanto paro, tanta desafección'. Los 'valores de muchos que son de izquierdas y no lo saben, y hay que decírselo'. El coraje, como dijo en otro momento, de los 'comprometidos', los autores de las 'conquistas sociales, laborales, civiles', frente a los 'indiferentes y los oportunistas'. 'Llenemos ayuntamientos y parlamentos autonómicos con nuestros valores de siempre, que siguen vivos. Los valores de participación, transparencia, honestidad, solidaridad, justicia social, igualdad, compromiso colectivo, generosidad y solvencia', bramó, como anticipo de la próxima campaña electoral. El coordinador machacó la imagen de IU como una fuerza 'con una autoridad moral' incontestable.

Cayo Lara apela a pacifistas, verdes y 'traicionados' votantes del PSOE

La llamada al corazón, recurrente en los mítines de Lara, se condensó en una nueva apelación a los electores 'traicionados' del PSOE: 'No están huérfanos. Aquí está la izquierda. Si votaron a Zapatero los trabajadores, ha gobernado contra ellos y para los poderosos; si le votaron los ecologistas, apuesta con el PP por las centrales nucleares; si le votaron los pacifistas, al final nos ha llevado a la guerra. Ha faltado a todas sus palabras y ya no le queda ninguna. Y el que falta a su palabra, ya no le queda nada más'.

Quiere IU que el mensaje de la 'alternativa' penetre más allá del granero socialista. Lara se dirigió 'a los dudosos', a los que conciben hoy la vuelta de la derecha a la Moncloa como 'la solución'. No es el camino, les dijo. España no puede ir 'de Guatemala a Guatepeor'.

El coordinador subraya los valores inexpugnables de la izquierda

'El PP tiene la misma política de Zapatero, sólo que le daría una vuelta de tuerca más', ilustró el líder. El caso paradigmático es el Madrid de Esperanza Aguirre, a la que también citó el anfitrión del acto, Gregorio Gordo, coordinador regional y candidato quien, como otras veces, insistió en que la presidenta de la Comunidad –y con ella, todo el PP– se limita a 'corregir y aumentar' los recortes del PSOE.

IU volvió a exhibir sus propuestas de regeneración de una democracia hoy 'amputada y secuestrada', de creación de empleo y de penalización a los causantes de la crisis, banqueros y especuladores. Pero Lara se detuvo en tres iniciativas. Una: '¿Para cuándo una ley en la que podría ser delito despedir a los trabajadores en empresas con beneficios y en tiempos de crisis?'. Dos: 'nacionalizar' sectores estratégicos de la economía.

Y tres: 'Ya es hora de separar Iglesia y Estado'. Quedaba bien traído tras el arresto de cuatro jóvenes que irrumpieron en una capilla de la Complutense para hacer una performance teatral. 'Exhibieron el torso. Hicieron lo mismo que Jesucristo. ¿Por qué los detienen, por qué los persiguen? ¿Qué aconfesionalidad del Estado tenemos?'. Sol rugió. Lo había hecho cuando, minutos antes, el líder había canturreado el '¡No a la guerra!', la antigua bandera del conflicto de Irak de 2003 rescatada ahora por Libia.

IU vuelve al '¡No a la guerra!' de 2003 y grita el '¿Nucleares? No, gracias'

Fue de hecho con Libia con lo que Lara arrancó su intervención en el kilómetro cero de Madrid. 'Ayer fue Irak, hoy Libia. Ayer, fue con la mentira de las armas de destrucción masiva. Hoy hablan de humanidad. ¿No estaremos defendiendo otra gran mentira y lo que hay detrás es quién controla el petróleo, ayer el de Irak y hoy el de Libia?'.

A partir de ese prólogo, enjaretó de corrido las múltiples definiciones de IU articuladas a partir del sí y del no. 'No a los recortes sociales, no al paro y los desahucios, no a la reforma laboral, no al pensionazo, no al Pacto del Euro, no a la democracia amputada, no a la dictadura de los mercados, no a la corrupción, no al neoliberalismo, no al capitalismo, no a la guerra y no a las centrales nucleares'. Y sí, porque 'IU es la fuerza que construye', a 'recortar beneficios a las empresas responsables de la crisis, al empleo digno y con derechos, a la vivienda, a una pensión digna, a un pacto social europeo, a una democracia soberana y plena, a una intervención pública de la economía, a la honestidad, a forjar el socialismo del siglo XXI (porque el capitalismo es incompatible con la democracia), sí a la paz y sí a las energías renovables'. 

El mitin, corto –Lara se extendió poco más de 20 minutos– y bajo un sol más veraniego que primaveral, se escucharon gritos de '¡Zapatero, dimisión!', '¡PSOE y PP, la misma mierda es!', '¡Golfos!' (a Felipe González y José María Aznar!' y un repetido '¡Que se tiren!'. Lara lo había dejado a huevo: recordó que con la crisis de 1929, se veía a los banqueros y los altos ejecutivos suicidándose en Wall Street. Y en cambio ahora, 'no sólo ni uno se tira de los balcones, sino que se suben los sueldos y se blindan las pensiones'.


Los dirigentes de IU estaban eufóricos. La marcha superó los 15.000 asistentes de la primera manifestación de esta legislatura, el pasado 27 de junio. Según los cálculos (muy generosos) de la organización, se acercaron 20.000 personas. Ninguna administración ofreció datos.

A diferencia de otros actos de IU, no acudieron los líderes de CCOO y UGT. Y aunque Lara condenó la reforma de las pensiones, y varios manifestantes criticaron el pacto social firmado con Gobierno y patronal, no hubo reproche alguno a los sindicatos, en clara correspondencia con la intención de IU de cerrar heridas desde el primer día. Por eso el discurso del coordinador tampoco se centró en las jubilaciones.

El color lo pusieron las banderas republicanas, del PCE (muchas) y de IU y un grupo de batucada. Entre los gritos y las pancartas, “¡PSOE y PP, la misma cosa es!”, “¡Luché contra el PP, me estafó ZP!”, 'Salvar lo público, gestión pública', 'A mí menos; a banca y clero, más', 'Aquí está la izquierda de verdad', 'Violencia es cobrar 600 euros', '¡Reforma laboral para la Casa Real!', “Si quitáis derechos, os echo” o “¿Nucleares? No, gracias”. 

 

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