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El Pentágono traslada a una prisión menos dura a la fuente de Wikileaks

El cabo Bradley Manning lleva 11 meses encarcelado en condiciones humillantes y de aislamiento absoluto

ISABEL PIQUER

Bradley Manning, el militar sospechoso de haber filtrado a la organización Wikileaks los miles de documentos que pusieron en apuros a la diplomacia estadounidense, ha sido trasladado a una prisión militar de máxima seguridad pero mejor equipada para largas detenciones, tras las durísimas críticas contra el Pentágono por las condiciones abusivas de su internamiento.

El cabo, de 23 años, lleva en detención preventiva casi 11 meses, desde que fuera arrestado en Irak en mayo del año pasado, y su abogado ha pedido que sea sometido a una evaluación para determinar si todavía tiene la 'capacidad mental' para afrontar un juicio. En un plazo breve, Manning pasará de la prisión militar de la base de los Marines en Quantico, Virginia, donde en principio sólo se alojan prisioneros de corta duración, a la cárcel de máxima seguridad, también militar, de Fort Leavenworth (Kansas), uno de los centros que ha servido de ejemplo para construir las instalaciones penitenciarias de Guantánamo.

'No voy a decir que las condiciones en Quantico no tengan nada que ver' con el cambio, reconoció Jen Johnson, abogado principal del Departamento de Defensa, al anunciar el traslado, 'pero la decisión no debe ser interpretada como una crítica' a la prisión donde estaba confinado. Las condiciones de detención de Manning, dijo Johnson, 'se ajustaron a los estándares legales y reglamentarios en todos los aspectos', pero, a juicio del Pentágono, las instalaciones en Kansas son las 'más apropiadas para su detención preventiva continuada'.

Johnson recordó que el pasado 9 de abril concluyó la fase de investigación del caso del exanalista de inteligencia militar que fue delatado por el hacker, Adrian Lamo, y que ha sido acusado de un total de 34 cargos, por los que podría ser condenado a cadena perpetua, aunque el Pentágono no ha conseguido relacionarlo directamente con Wikileaks.

Manning ha permanecido en aislamiento absoluto duran-te toda su estancia en prisióny, desde enero, en un régimenespecial destinado a los detenidos que pudieran automutilarse (prevention of injury watch). Está confinado 23 horas al día en una celda casi desprovista de mobiliario, sin objetos personales. Durante un tiempo se le obligó incluso a dormir desnudo, supuestamente para garantizar su seguridad y evitar que pudiera suicidarse con 'la goma de su calzoncillo', denunció su abogado, David E. Coombs, al describir el durísimo tratamiento que padecía su cliente.

Brian Manning, el padre del soldado, un exmilitar, también denunció la situación de su hijo. 'Es una persona que no ha sido juzgada ni condenada por nada y le están tratando de esta manera', dijo recientemente a la televisión estadounidense. Hace una semana, el relator especial de la ONU sobre casos de tortura, Juan Méndez, acusó a Washington de impedirle reu-nirse con Manning a solas para comprobar su estado.

Los abusos contra la fuente de Wikileaks hace tiempo que son objeto de polémica dentro del propio Gobierno. A mediados de marzo, el entonces portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, declaró en petit comité que las condiciones de detención del cabo le parecían 'ridículas, contraproducentes y estúpidas'. Sus declaraciones, que desveló una bloguera de la BBC, le costaron el puesto.

El propio Barack Obama tuvo que minimizar el impacto de la dimisión y de la disensión interna al asegurar ante los periodistas que el Pentágono le había garantizado que las condiciones de vida de Manning eran 'apropiadas' y 'se ajustan a nuestros principios básicos'. Sin entrar en detalles, el presidente estadounidense afirmó que sus carceleros estaban preocupados por 'la seguridad del militar'.

Las organizaciones pro derechos humanos han sido muy críticas con el Pentágono. La Asociación en Defensa de la Libertades Civiles (ACLU), calificó el trato de Manning de 'gratuitamente duro'. Amnistía Internacional aplaudió el traslado, pero anunció que no bajará la guardia. 'Quantico fue una violación de las normas internacionales en el caso de un prisionero preventivo', advirtió Susan Lee, directora en EEUU de la organización.

Al llegar a Fort Leaven-worth, Manning será sometido a un examen psiquiátrico. Seguirá en una celda individual pero si su estado lo permite, explicó la directora del centro, podrá tomar sus comidas con los otros prisioneros e incluso acceder a la biblioteca del centro.

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