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Roma aceptará el plan de París para limitar Schengen

La crisis migratoria, tema estrella de la cumbre francoitaliana

D. DEL PINO / A. PÉREZ

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, darán esta mañana los últimos retoques a la carta conjunta que ambos países planean presentar a la UE en materia de inmigración y que incluirá la propuesta de París para endurecer algunos artículos del Tratado de Schengen en lo que respecta a la movilidad de extracomunitarios en situaciones especiales, como la vivida tras la llegada de cerca de 25.000 inmigrantes(la mayoría tunecinos) a la isla de Lampedusa hasta el pasado 5 de abril (a partir de esa fecha, los llegados han sido repatriados).

Un acuerdo que se presenta como la última oportunidad para Il Cavaliere de salir airoso de una crisis migratoria con la que la diplomacia italiana y el propio Gobierno se han visto desbordados e incapaces de gestionar. Y cuyo último recurso, el de dar permisos temporales a los tunecinos para que pasaran a Francia, ha provocado un duro enfrentamiento institucional entre ambos países y ha alargado el drama de los inmigrantes que cruzaron el Mediterráneo huyendo de las revueltas en su país,y que ahora se encuentran atrapados en la fronterafrancesa.

Las relaciones con la ultraderecha y las elecciones marcan el encuentro

Berlusconi aceptará, por tanto, las exigencias de París para endurecer Schengen sin que quede claro en qué puede beneficiar a Roma el cierre de fronteras en este tipo de situaciones, visto el caos de las últimas semanas. Pero Italia celebra elecciones municipales en mayo y el enfrentamiento abierto con la UE, es una jugada que puede dar muchos puntos a Il Cavaliere de cara a su principal socio en el Gobierno, la xenófoba Liga Norte.

La misiva incluirá también una llamada para que Bruselas se comprometa a una reacción más solidaria con lospaíses que sufren una mayor carga migratoria.

Las críticas llovían ayer en Francia contra el presidente francés, Nicolas Sarkozy, por su intención de poner en tela de juicio el Tratado de Schengen. Nadie duda de que el revuelo organizado por el presidente no es más que un señuelo, pero hasta en las altas instancias de la Administración apareció un temor: que el exceso de guiños populistas de Sarkozy acabe favoreciendo a los ultras delFrente Nacional.

Ambos quieren que Bruselas se comprometa a ser más 'solidario'

La declaración más sonada de ayer fue la de Dominique Paillé, presidente de la Oficina Francesa de Inmigración e Integración (OFII). El que fuera brazo derecho de Sarkozy, ahora responsable de la autoridad administrativa de inmigración, subrayó que 'no aplaude' las intenciones del Gobierno galo de suspender la aplicación de Schengen. 'Sería dar una muy mala señal sobre el futuro de la construcción europea', y 'daría más garra a todos los que piden la abolición de Schengen, sobre todo la extrema derecha', explicó Paillé.

Entre las asociaciones que trabajan con los inmigrantes, las reacciones eran aún más pronunciadas. José Lagarce, uno de los expertos de la organización Cimade, que interviene en los centros de retención de extranjeros, destacó que la actitud de la Policía francesa con los tunecinos está siendo 'ridícula, inhumana y estúpida'.

Por su parte, el director general de la organización Francia Tierra de Asilo, Pierre Henry, aseguró que tras la decisión del Ejecutivo de Sarkozy, en realidad se esconde 'una estrategia de comunicación del Elíseo'. Henry subrayó que tras la polémica subyace la idea de 'dar la imagen de una Francia poderosa a un año de las elecciones presidenciales'.

'Europa supo hacer frente a la llegada de 100.000 refugiados durante la crisis de los Balcanes. Hoy, hay 25.000 personas llegando a Europa, y tenemos medios para afrontar su llegada. El único problema es el ascenso de las ideas de ultraderecha',destacó Henry, para quien Sarkozy está intentando 'succionar las temáticas' del partido ultra francés, el Frente Nacional.

El origen

La polémica surgió hace 15 días, cuando un grupo de 60 tunecinos pretendían pasar desde Italia a Francia por tren. El Gobierno galo interrumpió por unas horas la circulación ferroviaria, lo que hizo montar en cólera al Gobierno de Berlusconi.

Los inmigrantes

Hasta el 5 de abril han llegado a Lampedusa unos 22.000 inmigrantes, que son los que se han quedado en Italia e intentan continuar hacia otros lugares de Europa. Frontex, en su momento, alertó de que había
medio millón de inmigrantes de las revueltas árabes dispuestos a dar el salto a Europa. 

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