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25 años a la izquierda

Izquierda Unida nació hace un cuarto de siglo como reacción a la derechización del PSOE y al hundimiento del PCE

JUANMA ROMERO

Los motores que cambian el pulso de la historia a veces se repiten. Uno movió la máquina el 27 de abril de 1986: “El desvanecimiento del proyecto de cambio, como consecuencia de la actitud centrista del Gobierno del PSOE en lo económico y su derechización en todo lo referente a la política exterior y de defensa, plantea a todas las fuerzas progresistas de España la necesidad de buscar las bases de convergencia [...] con vistas a la formación de una plataforma electoral conjunta de cara a las elecciones legislativas del 22 de junio de 1986”.

Aquellas palabras tienen 25 años y se cumplieron hoy miércoles. Forman parte de la historia, del acuerdo político suscrito por siete fuerzas políticas y varios independientes que supuso la fundación de Izquierda Unida sobre los rescoldos aún humeantes de la humillante derrota del Partido Comunista de España (PCE) en octubre de 1982. Más de dos décadas después, los herederos de aquellos pioneros de IU izan la misma bandera: la demanda de un “proyecto alternativo desde la izquierda” frente al viraje “a la derecha” de los socialistas.

Siete partidos y dirigentes sin carné firmaron el acuerdo de la fundación

El nacimiento de la nueva coalición, ese domingo 27 de abril, se firmó en el despacho de la abogada Cristina Almeida, en la calle del Españoleto de Madrid. Acudieron dirigentes con carné –PCE, Partido de Acción Socialista (Pasoc), PSUC, Izquierda Republicana, Federación Progresista, Partido Humanista y Partido Carlista–. Otros, sin él. Todos, para construir un “proyecto estratégico”, que iría más allá de un “planteamiento coyuntural”. Tendría vocación de supervivencia.

1986 no fue el punto de arranque. Parir IU costó años de tensiones, rupturas, purgas y acercamientos a partir de un potente detonante: el derrumbe de 1982, cuando los 23 diputados y el 10,8% de los votos de 1979 se contrajeron a sólo cuatro escaños y un escuálido 4,02% de los sufragios. El secretario general, Santiago Carrillo, preparó la maleta. Dimitió y nombró a su delfín, Gerardo Iglesias. Pero la crisis en la casa comunista ya era total.

El movimiento anti-OTAN insufló ánimos y aceleró la convergencia

La guerra se vivió en varios frentes. Por un lado, contra los prosoviéticos, cuya denuncia se centraba en la supuesta laxitud ideológica del PCE. El sector se marchó a comienzos de 1984, cuando Ignacio Gallego fundó el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). La otra batalla implicaba a los carrillistas y su oposición a la política de convergencia impulsada por Iglesias desde ese año, convencido del “agotamiento del discurso tradicional” de la izquierda. El enfrentamiento acabó en la expulsión de los fieles al exlíder del PCE y en la creación de una formación propia, el Partido de los Trabajadores de España-Unión Comunista (PTE-UC).

Cuajó otro factor clave: el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. La plataforma antiatlantista contribuyó a estrechar los lazos del PCE con otras fuerzas de izquierdas y movimientos sociales. El buen dato de la consulta de marzo de 1986 –un 40,3% se opuso a la continuidad en la Alianza, casi siete millones de españoles– aceleró las esperanzas de cambio, la ilusión por la creación de una marca que aglutinase todo el descontento con el PSOE. Como decía entonces Iglesias, “había que dar un paso más”. Se hizo. Se tejió en apenas dos meses. Y se llamó IU.

No hay que echar la culpa a las estrecheces económicas, ni a un mínimo asomo de discrepancia. Ha sido la previsión de fuertes lluvias en Madrid la que llevó hoy miércoles a IU a posponer la fiesta por su 25º aniversario. Para este sábado, la cúpula federal había organizado en los céntricos jardines de las Vistillas, al aire libre, un debate del futuro de la izquierda, una comida popular, actuaciones de artistas como Leo Bassi o cantantes como Ismael Serrano o los Chikos del Maíz, un mitin de Cayo Lara y la proyección de un vídeo antológico de IU. La celebración se hará, probablemente, el 20 de mayo, cierre de campaña. Sí podría mantenerse el 30 de abril un diálogo de Lara y otros dirigentes con afectados por la crisis, al estilo de Tengo una pregunta para usted, el popular programa de TVE.

 

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