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Bella Iniciativa para Recuperar la Fe en la Política

ANTONIO AVENDAÑO

Yo tengo morro, tú tienes morro, él tiene morro, nosotros tenemos morro, vosotros tenéis morro, ellos tienen morro. El PP andaluz viene conjugando estos días el verbo tenermorro con un desahogo ante el que hay que descubrirse. Javier Arenas reiteró ayer mismo su propuesta de que gobierne la lista más votada y la justificó con el piadoso argumento de que eso ayudaría a la gente a recuperar fe en la política.

Casi a la vez que Arenas exponía su iniciativa regeneracionista, la consejera de Presidencia, Mar Moreno, desvelaba lo que los estrategas del PP seguro que ya sabían, pero no les importaba demasiado saberlo: que en el propio pueblo de Arenas, en Olvera, el PP sumó sus votos a los de Izquierda Unida para que no gobernara el PSOE pese a ser la lista más votada. Y lo hizo, cómo no, legítimamente. Lo que ya no es tan legítimo es proponer que todo el mundo cumpla una cosa que tú mismo estás incumpliendo no en montañas ni en desiertos lejanos, sino en tu propia casa. Es como si un cura recomendara a sus fieles ayunar todos los viernes de Cuaresma mientras él mismo se zampa ese mismo día todo lo que pilla y además lo hace a la vista de todo el mundo: si se pusiera las botas en secreto sería un cura hipócrita; si se las pone públicamente entonces es un cura con morro.

La Bella Iniciativa del PP para Recuperar la Fe en la Política es ejemplar porque arroja un esclarecedor retrato de la derecha y de su talento para llegar mucho más allá que los demás partidos en la conjugación del verbo tenermorro. Otros prometen cosas que saben que no podrán cumplir, pero sólo el PP promete cumplir en el futuro cosas que podría cumplir en el presente, pero no lo hace. ¿Que es pecado hacer eso? Vale, pues que sea pecado: busca uno un cura amigo, se confiesa y luego celebra con él la absolución zampándose un chuletón de Ávila.

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