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Rajoy llama a los votantes a desterrar el miedo a la derecha

Dice que lo que hay que temer son 'gobiernos incompetentes'. No logra llenar en Zaragoza

MARÍA JESÚS GÜEMES

Si algo quiere desterrar Mariano Rajoy de esta convocatoria electoral es el fantasma de la derecha pura y dura. El líder del PP da por hecho que cuenta con la fidelidad de sus votantes y su discurso va dirigido hacia el resto del electorado. Sobre todo hacia aquellos socialistas desencantados que aún están pensando qué van a hacer. Por eso trata de protagonizar una campaña bastante plana.

Pero por si acaso el mensaje de José Luis Rodríguez Zapatero llega a calar, Rajoy trata de desmontarlo. El jefe de la oposición lamentó ayer que el PSOE vuelva 'a lo de siempre'. 'Nunca han tenido mucha imaginación pero, en este caso, es palmaria', apuntó.

Rajoy se quejó de que el PSOE recurra 'otra vez a la derecha y el miedo'. 'Aquí la gente a lo único que le tiene miedo es al paro, a la pérdida de poder adquisitivo y a los recortes sociales', dijo. Y concluyó: 'Solo cabe tener miedo de los gobiernos incompetentes y de quienes los apoyan con sus votos y sus discursos políticos'. Su partido, explicó, no agitará otra cosa que 'la ilusión y la esperanza en el futuro'.

Además del 'cambio'. Todas sus intervenciones se estructuran en torno a este término. Una idea que suena más en clave nacional que en el ámbito autonómico y municipal y que habrá que ver cómo transforma cuando llegue a lugares donde gobierna el PP.

'Nadie nos garantiza que no haya más recortes', advierte el líder del PP

El jefe de la oposición arremetió duramente contra Zapatero. Dijo que en España hay 'muchos problemas' y uno de ellos es el jefe del Ejecutivo, al ser 'el origen' de la mayoría. Sin referirse a él por su nombre, para minusvalorarlo, Rajoy dijo que ahora 'hay dudas y desconfianza en el futuro' y la Unión Europea 'nos tiene que imponer, que es una vergüenza, deberes'.

'Han hecho mucho daño a los españoles. No merecen la confianza de nadie', resaltó, mientras insistía en que es imposible 'confiar en alguien que ha engañado tanto y tanto'. Por eso consideró que 'hay que ser un hincha furibundo o tener una generosidad ilimitada para votar al PSOE'.

Por la mañana, Rajoy acudió a la Plaza de Toros de Zaragoza, donde estuvo acompañado por cerca de 10.000 personas. A pesar de la cifra, el PP pinchó. Hasta ahora los conservadores presumían de haber llenado 'a rebosar' todos los escenarios a los que acudían frente al PSOE. Pero ayer, aunque había mucha gente, el coso taurino tenía capacidad para unas 2.000 personas más. Se veían varias calvas y lonas que cubrían los espacios vacíos.

Desde la formación regional se aseguraba que nunca habían completado el aforo y que, en todo caso, era un éxito. La candidata autonómica del PP, Luisa Fernanda Rudi, que tendrá que estar pendiente de lo que haga el Partido Aragonés para gobernar, porque las encuestas hablan de empate, presumió de ello. 'Cuando hemos llenado La Misericordia hemos ganado las elecciones', pronosticó mientras pedía 'juego limpio'. Rajoy la secundó. El líder del PP esgrimió una información económica publicada en El Heraldo de Aragón para avivar los ánimos. Pero no dijo nada de El Periódico de Aragón, diario que ha denunciado que el PP les vetó una entrevista con Rudi, colaboración informativa y publicidad electoral.

Los conservadores cortejan a los votantes socialistas 'ofendidos'

A pesar de no llenar el aforo, el público estaba muy entregado. Los asistentes habían estado bailando al ritmo del cantante David Civera. Y, por eso, cuando Rajoy les invitó a participar, no sólo corearon la dimisión de Zapatero, sino que además se pusieron en pie para aplaudirle. Al despedirse de ellos, Rajoy lanzó una advertencia: 'Nadie nos garantiza que no vayan a hacer más recortes'.

Después, por la tarde, estuvo en Santander, en el mitin que tenía que haber celebrado el día que se fue a Murcia. Y, por tanto, no fue a la marcha de las víctimas del terrorismo. En Cantabria volvió a apuntar hacia el PSOE. Hacia el regional, porque 'se ha liquidado como alternativa' al 'faltarle al respeto a sus electores' dándole el gobierno al regionalista Miguel Ángel Revilla. Y hacia el nacional, al destacar que Zapatero ha pasado de 'lo injusto a lo ofensivo' y 'no ha estado a altura' de lo que le pedían sus bases. Él quiere acogerlas en el seno de su partido. Y les abre las puertas.

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