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Zapatero pide votar al PSOE por "la dignidad de todos"

Se indigna con el discurso del PP, al que 'sólo le ha faltado decir que los inmigrantes apestan'

GONZALO LÓPEZ ALBA

Reventar la plaza de toros de Zaragoza era ayer, como la víspera en Valencia, casi la única preocupación de los dirigentes del PSOE y más aún tras el pinchazo sufrido por Rajoy. Pero también Zapatero sufrió un revolcón. Si en León y en Inca (Mallorca) lo que se vio fueron calvas, el de ayer fue un pinchazo en toda regla, con no más de tres cuartos de entrada y el agravante de producirse en el territorio del secretario de Organización y todavía presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. Puesto que las fotos demuestran que, a pesar de todo, hubo más gente que el día anterior en el mitin del PP, el PSOE dio como cifra oficial de asistencia 10.000 personas, las mismas que dijeron haber reunido los conservadores.

En el sprint final de la campaña, la vida política española gira en torno a las plazas de toros y a las encuestas publicadas, que sitúan a los socialistas al borde del abismo electoral. La clave del desenlace sigue estando, según el PSOE, en los indecisos. Pero aunque el discurso oficial dice que se acelera el flujo de votos hacia el PSOE, el 20% parece inamovible. Eso si es que no ha crecido, porque Iglesias llegó a decir el lunes de la semana pasada que ya se había recortado hasta el 14% y ayer volvió a hablar del 20%.

Afirma que la Ley de la Dependencia 'justifica una legislatura'

Si el mitin de Valencia, donde Zapatero logró colgar el cartel de no hay entradas, fue al decir de Iglesias 'una demostración clara de una mayor movilización de nuestro electorado', el pinchazo de ayer viene pone en tela de juicio este análisis. La izquierda enfadada no parece encontrar ni 'ganas' ni 'razones'las dos grandes palancas de movilización para votar al PSOE.

En el paso por el cabo de Hornos que representa el ecuador de la campaña, los errores no forzados del PP, que lo alinean entre los partidos más derechistas de Europa, siguen siendo la principal baza del PSOE. Y sus dirigentes han vuelto a incurrir en ellos con su insistencia en el discurso xenófobo sobre los inmigrantes y en las insidias sobre lo que representa la legalización de Bildu.

El PSOE también pinchó en Zaragoza, aunque menos que el PP

Zapatero orilló las segundas, pero entró de lleno en el primero, ante el que endureció su crítica. 'Sólo les ha faltado decir de los inmigrantes que apestan. Es indignante en un partido democrático', clamó antes de concluir que, ni en la cabeza ni en el corazón del PP, hay 'ninguna consideración humanitaria y respeto a los derechos humanos'. Por el contrario, según destacó, el PSOE 'defiende la dignidad de todos los ciudadanos' y, para preservar este valor básico, reclamó ayer el voto con especial énfasis.

Ignorando a Rajoy, de quien dijo que es 'ni fú ni fá', tampoco pasó por alto que Aznar le compare con Hugo Chávez y Fidel Castro: 'Después de lo que dijo sobre Gadafi, la opinión de Aznar sobre cualquier líder no vale nada, nada'.

El presidente del Gobierno centró su discurso en ofrecer argumentos a 'la mayoría progresista', a la que apeló de nuevo, poniéndola ante 'la responsabilidad' de impedir con su voto que se dé 'ninguna oportunidad a esa derecha tan derechista que hay en este país'.

Así, advirtió de que el PP 'nunca piensa, porque le importa muy poco, en la gente que tiene problemas y necesidades reales', como tampoco le preocuparon quienes estuvieron 'olvidados y marginados' hasta que su Gobierno les reconoció derechos.

'Sólo la ley de ayuda a la dependencia justifica una legislatura y un mandato político', proclamó haciéndose eco del comentario que un beneficiario le hizo en Valencia. El reconocimiento de este derecho ya ha permitido obtener una prestación a 700.000 personas, pero 'donde gobierna el PP, se ha reconocido a la mitad', según destacó. Lo mismodijo ocurre con otras políticas sociales: 'El PP no da valor a las becas, al salario mínimo interprofesional... Con Aznar y con Rajoy no se financió ni una sola plaza de educación infantil'. Y no sólo eso: 'No se atreven a decirlo en público, pero en privado defienden el copago y lo aplicarán si ganan'.

Agregó que, como ha demostrado con su gestión, menos prosperidad económica 'no tiene que significar más injusticia social' sino al contrario, porque las situaciones de crisis son las que hacen 'más importantes que nunca la solidaridad y las políticas sociales'.

Zapatero, que ya se había anticipado el sábado a la gran tormenta de las encuestas intentando insuflar ánimo a los suyos con la idea de que aún 'hay partido', insistió ayer en que 'la remontada' es posible si se 'suda la camiseta'. Sin llegar a decir que están mal hechas, los socialistas niegan valor de ley a esos pronósticos y subrayan que todos reflejan que el resultado final se juega en horquillas muy apretadas.

Así, por ejemplo, en Aragón, la nueva candidata, Eva Almunia, mantenía ayer que el día 23 tendrá 'opciones de gobernar' y recordaba que en esta comunidad, donde el Parlamento es pentapartito, 'ganar no significa gobernar' la llave la tiene el PAR, en la actualidad socio del PSOE.

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