No era el protagonista de la manifestación 'masiva' del domingo en Madrid. Ni mucho menos. Pero quiso ir después de su mitin en Valencia, 'como uno más'. Y fue. Ayer lo contaba Cayo Lara subido al bus de campaña de los periodistas, apenas media hora después en rueda de prensa en Plasencia y ya por la tarde en un mitin en petit comité, ante 200 personas en el hotel Ágora de Cáceres. Le llamó la atención que la población mostrara su indignación, que orquestara una pitada 'monumental' ante la sede del Santander y del Ministerio de Economía, que los jóvenes gritaran 'que no se resignan a ser una generación perdida', que los ciudadanos quieran 'dignidad', que reivindicaran una 'democracia real en España'.

Lara trajo una imagen aún fresca: 'Nos hicieron gracia las revoluciones del norte de África. A algunos no les hace tanta gracia cuando esas manifestaciones se producen en este país. Pero algo se está moviendo'. El coordinador previno contra los intentos de 'criminalización' de los 'indignados', porque 'la inmensa mayoría' clamaba por 'la democracia real, el poder del pueblo'. Acababa de llegar a la médula, porque hoy 'el Parlamento no representa a toda la población española', que se mostró contraria a la guerra de Libia, a la reforma laboral y de las pensiones, a la prórroga de las nucleares...

Lara compara Democracia Real Ya con las revueltas en el norte de África

Pero para IU, la protesta se dirigía contra el 'bipartidismo indecente' de PP y PSOE, los 'responsables de la crisis' y los culpables de cerrar el paso a una Ley Electoral más justa.

La condena a la entente PP-PSOE encajaba con Extremadura. Allí IU puede volver a la Asamblea después de cuatro años e incluso ser la llave de gobierno. Pero, como refrendaron Lara y el propio candidato a la Junta, Pedro Escobar, la federación no será ni 'ariete' de los conservadores contra el presidente Guillermo Fernández Vara, ni 'muleta ni colchón' del PSOE para evitar su 'batacazo'. IU no se ve 'ni de lejos' en un Ejecutivo del PSOE. Su objetivo es 'parar a la derecha del PP y parar las políticas de derechas, las haga quien las haga', mostrar que la democracia 'no es un cuento chino'.

Lara no olvidó a Dominique Strauss-Kahn, antes considerado 'un dios' y ahora un 'miserable'. El FMI es 'un arma de violación masiva de los países y de los derechos sociales y laborales', autor de un 'genocidio económico'. Luego avanzó su sentencia: 'Habría que sentar en el banquillo' a DSK y 'a otros' que, como él, provocaron la crisis.