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La visita de Mariano Rajoy dispara el optimismo del PP

Camps agradece a los simpatizantes la asistencia al mitin, 'centro de alegría y optimismo'

BELÉN TOLEDO

'Excepcional, emocionante y maravilloso'. Así definió ayer Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, el mitin central del partido en la plaza de toros de la ciudad, el pasado martes. La presencia del líder nacional del partido consagró el optimismo dentro del partido. Si durante toda la campaña ya sonreían las encuestas, las balsámicas muestras de apoyo de Rajoy sacaron la espinita de la escasez de apoyos nacionales en la campaña electoral de los conservadores.

El apoyo sin fisuras de Rajoy agrandó todavía más la figura de Camps ante sus compañeros de partido. El poder interno del presidente valenciano no tiene contestación, al menos mientras su situación judicial está imputado en el caso Gürtel no se agrave. Los aplausos en el mitin de anoche en L'Alcora cuando hizo su entrada en el acto pusieron en pie a los asistentes y provocaron el emocionado recibimiento de Alberto Fabra: 'Aprovecho para felicitarte, ayer supiste hacernos ver que somos un gran partido'. El alcalde de Castellón parecía estar pidiendo perdón por haber figurado en las quinielas de sucesión cuando, en la pasada primavera, la cúpula nacional del partido dejó en el airela proclamación de Camps como candidato.

El presidente se dio un baño de blaverismo' en una visita a Lo Rat Penat

Francisco Camps se sumó a la satisfacción que otros muchos compañeros de partido habían mostrado durante todo el día en relación con el acto del martes. La plaza de toros, dijo, se convirtió en 'el centro de la alegría y el optimismo'. Contagiado de ese espíritu, el candidato mostró seguridad en una gran victoria, todavía más que en los días anteriores: 'Lo dicen las encuestas, lo dice la ilusión que hay en esta sociedad'.

Acto seguido, el presidente volvió a su guión diario, al argumento estrella casi el único de su campaña electoral: la necesidad de votar al PP para que José Luis Rodríguez Zapatero 'se vaya'. En esa línea, tanto Alberto Fabra como Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, insistieron en interpretar las protestas de los jóvenes en la calle de los últimos días como un movimiento 'antizapatero'.

Y si la jornada del candidato Camps terminó bien, lo cierto es que había comenzado todavía mejor. Camps dedicó la mañana a sumergirse en la reivindicación de la identidad valenciana, que es, aunque seguido de cerca por el victimismo frente a Zapatero, el tema que mejor domina y que más entusiasma a su electorado. Si el martes Rajoy ofició su beatificación electoral, podría decirse que ayer el presidente subió a los cielos del blaverismo. El presidente y candidato a la reelección acudió a inaugurar la nueva sede de Lo Rat Penat, uno de los últimos reductos del secesionismo lingüístico, y allí recibió la pleitesía de su junta directiva. 'Tú has sido el padre de esta ilusión de ser valenciano', se arrancó el presidente, Enric Esteve. 'Esta casa es un ejemplo de que tus palabras se convierten en hechos', le agradeció.

El TSJ estudia hoy la presunta financiación ilegal de los conservadores

Efectivamente, Esteve tiene razones para el agradecimiento: la Generalitat ha pagado, íntegramente, los 1.196.000 euros que cuesta el céntrico palacio en el que se aloja la institución cultural. Y ha subvencionado la rehabilitación del edificio por un importe de casi 270.000 euros. La inversión contrasta con la saña con la que la Generalitat persigue a las asociaciones culturales que defienden otra concepción de lo valenciano, progresista y defensora de la unidad del idioma catalán, como es el caso de Acció Cultural del País Valencià, al borde de la quiebra por las multas que le impone el Consell.

Así, no es de extrañar que los gobernantes del PP estuvieran plenamente cómodos en el acto y pudieran dedicarse a lanzar soflamas identitarias. 'Seguid manteniendo esta llama de lo valenciano', pidió Alfonso Rus, presidente de la Diputación, para completar su discurso con una puntilla anticatalanista: 'Aquí solo mandan los valencianos, no quien venga de no sé dónde, que yo ya sé de dónde vienen y vosotros también'.

El triunfalismo de Francisco Camps tiene, sin embargo, un posible nubarrón. Hoy comienzan las deliberaciones de la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia en torno a la presunta financiación ilegal de su partido. Los magistrados han de decidir si aceptan investigar a varios altos cargos del Consell, después de que el TSJ de Madrid hallara indicios de delito y decidiera remitir el caso a su tribunal homólogo en Valencia por tratarse de políticos aforados.

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