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Los senadores hacen pellas el primer día de trabajo tras el 22-M

De los 26 miembros de la Comisión de Interior de la Cámara Alta convocados a una comparecencia parlamentaria sólo acuden diez

Ó.L.F.

Cinco de la tarde. Sala Concepción Arenal del edificio del Senado en Madrid. A falta de unos minutos para que se inicie la comparecencia de la secretaría general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, para que informe sobre su actuación ante el elevado número de presos que sufren problemas psiquiátricos, ninguno de las 26 señorías que forman parte de la Comisión de Interior está aún en sus puestos.

La máxima responsable de las prisiones españolas llega puntual acompañada de tres miembros de su equipo y se asoma sin atreverse a entrar en un primer momento ante la falta de quienes deben preguntarla sobre los reclusos con problemas psiquiátricos.

Instantes después llegan las primeras señorías. Una, dos, tres... hasta siete ocupan sus puestos cuando Gallizo comienza a hablar. De ellos, algunos no terminarán la sesión, de sólo hora y cuarto de duración. Otros tres se incorporaran con ella ya empezada, entre ellos quien debería presidir la sesión, el socialista Luis Ángel Lago, que lo hace cuando Gallizo ya ha terminado su exposición inicial. Otro senador, en este caso del PP, se marchará cinco minutos después de haber llegado.

La primera sesión de trabajo en el Senado tras el 22-M sólo consiguió congregar a diez de los 26 senadores convocados a la misma, según pudo comprobar un periodista de Público.es que asistió a la sesión. Cinco de ellos pertenecían al Grupo Socialista, que era quien había pedido la comparecencia de la responsable de prisiones. Los otros cinco, del Grupo Popular. Aún así, a ambos grupos les faltaban varios representantes: cuatro al PSOE y siete al PP, entre ellos la líder del partido en Catalunya, Alicia Sánchez Camacho. De los otros cuatro grupos parlamentarios que tienen representantes en este órgano de la Cámara Alta (Mixto, CiU, PNV y Entesa) no acudió ninguno de sus representantes. Y ello a pesar de que ayer la Cámara Alta no tenía ninguna otra actividad que pudiera obligar a sus señorías a repartirse.

Cuando termina la comparecencia, los colaboradores de Mercedes Gallizo se vuelven a llevar gran parte de las copias de documentación en CD que pretendían entregar a sus señorías para ilustrarles sobre los avances penitenciarios en la atención a reclusos con problemas psiquiátricos. Dieciséis de sus destinatarios estaban de pellas.

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