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La cuarta sinfonía de Pep

El Barça vuelve a levantar la Copa de Europa en Wembley, con una exhibición y tres goles para recordar de Pedro, Messi y Villa. El United, rendido a la superioridad de un equipo que no necesita ayudas para ser lo que es: el mejor

KIKE MARÍN

Sin las urgencias del 92 y con la convicción de ser y sentirse el mejor, el Barça regresó a Wembley con el futbolista que entonces dirigía el equipo de corto reconvertido en su entrenador. La cuarta Copa Europa del Barça es, además, la tercera de Guardiola, que acapara diez títulos de trece posibles.

En Londres anoche sonó la cuarta sinfonía del Pep Team, representante de un estilo al que el técnico catalán ha sido fiel y que tanto le está permitiendo ganar al frente de su Barça. Esta temporada, con la aportación aún más estelar de Messi, elegido mejor jugador del partido por aparecer de nuevo cuando más se le necesitaba. El We love football ('Nosotros amamos el fútbol') del mosaico formado por la afición culé fue un mensaje a maleantes y a lo que estaba por llegar. Una declaración de amor que el Barça renueva en cada partido. Su compromiso con el juego y no sólo con el resultado. Su apuesta por el toque, por el pase. Y el pase en el fútbol es lo que la palabra a la conversación. Los azulgrana volvieron a hablar sin necesidad de gritar y convencieron a cualquiera que le guste el fútbol. Ferguson, su rival de ayer, fue el primero.

Que Barça y United se encontraran en la final después de haber marcado (303) y recibido (158) exactamente los mismos goles en la historia de Champions hablaba de lo igualado de la situación. Con tres Copas de Europa cada uno, la cita londinense rompió también ese empate a orejonas.

Ferguson alineó de inicio a Chicharito, la revelación de la Premier, cuya ausencia se hubiera interpretado como una medida de precaución. De la presencia del mexicano en el once del United dependía la disposición de otras piezas. En el once de Guardiola sorprendió la suplencia de Puyol, lo que provocó que Mascherano y Abidal compartieran titularidad. El capitán, que salió unos minutos, cedió al francés el honor de recibir y levantar la copa. Su gesto le engrandece y sirve para valorar también el nivel humano de la plantilla campeona de Europa.

El Manchester United entró en el partido mejor o, al menos, con más intención. Subido de revoluciones y con el único objetivo de impedir que el Barça creara superioridades en el centro del campo. Mordiendo la salida del balón, el equipo inglés obligó a los azulgrana a jugar los primeros minutos como no saben. Un saque en largo de Valdés y el típico pase a la olla les delataron. Además, un par de arrancadas de Rooney inquietaron a Valdés, que a punto estuvo de llevarse un susto al no entenderse con Piqué.

'Hay que tener la pelota hasta decir basta', pidió Pep, pero a su equipo le costó hacerse con ella. Hasta que lo logró y empezó otro partido. Entre medias, el húngaro Kassai
se tragó un penalti de Evra, que evitó con el brazo un sombrero de Pedro dentro del área. Precisamente fue el canario quien tuvo la primera ocasión a pase lateral de Xavi. Al mismo ritmo que el  Barça carburaba, el United reculaba. Villa, en dos oportunidades, anunció lo que era inevitable. El gol del Barça llegó antes de la media hora, cuando Xavi ejerció de Xavi y vio el desmarque que le tiró Pedro.

La magistral apertura del catalán no la desperdició el canario, que batió a Van der Sar. Si antes del gol de Pedro el Barça dominaba, a partir de ese momento el United pareció noqueado. El Barça se gustaba y su porcentaje de posesión empezó a ser insultante (66%). Sin embargo, cuando los ángeles azulgrana más dominaban, bastó un simple robo tras un saque de banda para que los diablos rojos trenzaran una rápida jugada en la que contaron con la complicidad del árbitro, que no vio el claro fuera de juego de Giggs, asistente de Rooney.

El arranque de la segunda parte no fue como el del inicio del partido, sino una prolongación del final de la primera. Con Xavi de capitán general, omnipresente y marcando los tiempos. Iniesta regaló la gloria a Alves, pero el brasileño se topó con el larguirucho Van der Sar. Además, la gloria estaba reservada para Messi. El primer gol del argentino en territorio británico fue el más oportuno e importante. Con 12, igualó la marca de Van Nistelrooy. En total, 53 goles en 53 partidos este año. Casi nada.

Otra vez con el marcador reflejando la realidad, el Barça no se cansó de exhibir su fútbol y poner en su lugar a quienes tanto y con tan malas artes lo han querido ensuciar. Van der Sar se despidió del fútbol con una gran estirada a tiro de Xavi, ya que nada pudo hacer ante el balón que Villa le colocó por la misma escuadra.

Qué mejor manera de celebrar la cuarta Copa de Europa y homenajear al pionero Dream Team que con un rondito en Wembley, donde todo empezó y parece que no ha hecho más que empezar.

Barcelona: Valdés; Alves (Puyol, m. 88), Mascherano, Piqué, Abidal; Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro (Afellay, m. 90), Messi y Villa (Keita, m. 86).

Manchester United: Van Der Sar; Fabio (Nasri, m. 69), Ferdinand, Vidic, Evra; Valencia, Carrick (Scholes, m. 77), Giggs, Park; Rooney y Chicharito.

Goles: 1-0. M. 27. Pedro recibe de Xavi y marca con la derecha por el palo corto de Van der Sar. 1-1. M. 34. Giggs, en fuera de juego, asiste a Rooney, que marca desde dentro del área. 2-1. M. 54. Messi sorprende a Van der Sar desde fuera del área con un tiro raso. 3-1. M. 69. Villa, de tiro colocado por la escuadra.

Árbitro: Kassai (Hungría). Amarilla a Alves, Carrick, Valencia y Valdés.

Wembley: 90.000 espectadores.

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