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Los accidentes de famosos impactan

Nadie duda de la repercusión mediática pero, mientras que las víctimas creen en la función didáctica de estos sucesos, algunos expertos lo ponen en duda

ANNA FLOTATS

'Un hombre ha muerto y otro ha resultado herido grave en un accidente de tráfico en el kilómetro 28 de la carretera A-8002, en el municipio sevillano de Castilblanco de los Arroyos'. Esta noticia podría haber aparecido escrita así en muchos periódicos el pasado 29 de mayo. Probablemente, hubiera pasado desapercibida por la mayoría de lectores y, de hecho, seguro que muchos diarios ni siquiera la hubieran incluido en sus páginas. Es lo que suele suceder cuando los nombres de los muertos y los heridos en accidentes de tráfico sólo son conocidos por los familiares y amigos de las víctimas. A ojos de la sociedad, esas personas se convierten en números. En las cifras que, semana tras semana, engrosan la lista de vidas perdidas en las carreteras.

Ese 29 de mayo, sin embargo, no se habló de ningún otro accidente más que del de Castilblanco de los Arroyos. No hubo números. Sólo un nombre. El del extorero y ganadero José Ortega Cano, que ahora, tres semanas después del siniestro, permanece ingresado con pronóstico 'estable dentro de la gravedad' después de haber sido operado en repetidas ocasiones.

El Mercedes-XR de Ortega Cano chocó frontalmente contra otro coche cuando el extorero, que supuestamente conducía a más velocidad de la permitida y se había salido de la carretera, intentó recolocar su vehículo en la vía dando un volantazo. El conductor del otro turismo se llamaba Carlos Parra. Tenía 48 años y murió en el acto.

El caso saltó de los periódicos a los telediarios. Y los programas de telebasura hicieron el resto. Carnaza perfecta para los periodistas del corazón, los debates sobre el estado de salud del exmarido de Rocío Jurado ocuparon horas y horas de tertulias, intencionadamente intercalados con juicios paralelos sobre el accidente, cuyas causas todavía investiga la Guardia Civil.

¿Qué efectos tiene visibilizar de esta manera un accidente de tráfico? ¿Ayuda a concienciar a la sociedad de la importancia de la seguridad vial?

Algunos creen que un siniestro mediático como este es más rentable que todo el dinero que invierte la Dirección General de Tráfico (DGT) en campañas de sensibilización. Otros, en cambio, aseguran que tanta exposición no sirve absolutamente de nada.

'Agradecemos a los medios de comunicación su preocupación por el tema, aunque no deja de sorprender que [un accidente] sólo sea noticia cuando la persona es famosa, sin embargo ¿cuántas víctimas anónimas e inocentes fallecen cada día en el tráfico y no merecen la atención de los medios de comunicación?'. La Asociación de Víctimas STOP Accidentes planteaba el debate en un comunicado que mandó recientemente a los medios de comunicación.

Ana Novella, presidenta del colectivo, reivindica que la cobertura de los siniestros tendrían que ser siempre así. 'Las familias deben hablar para contar su experiencia y los periódicos tienen que publicar fotografías de los coches destrozados', señala. Aun así, Novella advierte de que los programas de televisión deberían abordar el tema de manera 'más seria y menos morbosa'.

Otro colectivo de víctimas, Aesleme (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular) también denuncia la 'frivolidad' en la que 'suelen caer' los medios audiovisuales cuando cubren este tipo de sucesos. 'El caso de Ortega Cano es uno de los muchos accidentes que suceden todos los días, sólo que una de sus víctimas es una persona conocida, lo que no quita que su familia se merezca respeto', explica Mar Cogollos, presidenta de este colectivo.

Crítica con las especulaciones y los juicios paralelos que están haciendo del caso algunos medios de comunicación, Cogollos reconoce que estos programas logran que 'la gente interiorice el peligro que entraña conducir un coche'. 'Ven la relación directa entre la causa [en este caso la conducción a una velocidad superior a la permitida] y el efecto inmediato: dos familias destrozadas', apunta la presidenta de Aesleme.

La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA) coincide en la importancia de dar a conocer 'los dramas humanos de las familias', aunque nunca 'desde un punto de vista amarillo', advierte el presidente del colectivo, Francisco Canes. Esta asociación está convencida de la 'trascendencia social' que puede tener un siniestro mediático. 'Hay que aprovechar la oportunidad [de que un accidente sea noticia] para lanzar nuestro mensaje y concienciar a la sociedad', explica Canes. Si una de las víctimas del siniestro es conocida, los espectadores piensan: 'Si le ha pasado a él, me puede pasara mí', asegura Canes, quien añade que las asociaciones de víctimas tienen 'pocos recursos' para lanzar sus campañas, por lo que un caso así les permite 'llegar a muchísima gente y generar un debate sobre algo que sucede todos los fines de semana, pero que pasa desapercibido'.

Desde el punto de vista psicológico, en cambio, los beneficios de un accidente de tráfico no parecen tan claros. Elisa Alabern, psicóloga que colabora con STOP Accidentes, explica que ante un estímulo como este, hay dos posibles reacciones. 'Las personas especialmente sensibles pueden sentir empatía con las víctimas y reflexionar sobre cómo les afectaría a ellos sufrir un accidente o que lo sufriera alguien cercano. Luego está otro grupo, el mayoritario, al que le da absolutamente igual el siniestro de un personaje famoso'.

El accidente mediático nos puede afectar más o menos, pero Alabern asegura que como herramienta de concienciación para prevenir futuros accidentes 'no sirve de nada'. Sobre todo, a quienes el accidente del famoso les resulte indiferente. 'Estas personas no reflexionarán sobre sus hábitos al volante y las que empatizaron con el suceso ya son prudentes en la carretera', explica Alabern.

Otro factor a tener en cuenta es cómo viven los familiares de las víctimas del siniestro los días posteriores al accidente. 'Por muy famosos que sean, son personas, no pantomimas, y es imprescindible que conozcan las noticias antes que los medios', insiste Alabern. Francisco Canes, presidente de la asociación de víctimas DIA, critica en ese sentido el tratamiento partidista de los medios: 'Se pone el objetivo sobre el extorero y no sobre la víctima'. La familia de Carlos Parra denunció a Ortega Cano ante el Juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, pero no ha participado en ningún programa de televisión. Los abogados piden al juez que se informe sobre la cadena de custodia que ha tenido, desde su extracción, la muestra de sangre tomada al exmatador de toros y que se conserva en el centro hospitalario donde continúa ingresado. La familia de Ortega Cano asegura que, según el atestado, el extorero no superaba la tasa de alcoholemia en el momento del accidente.

Precisamente las familias son las segundas víctimas del siniestro. Alabern alerta de que el tratamiento mediático puede 'dificultar su evolución psicológica, porque se encuentran en una situación muy vulnerable y de absoluta indefensión '.

Pero hay un tercer grupo de personas a las que influye seguir en directo las consecuencias de un siniestro. 'Las víctimas o familiares de víctimas de un accidente de tráfico reviven una experiencia traumática y eso no les genera ningún bien', explica Alabern, que aboga por la pedagogía, y no por el sensacionalismo, a la hora de concienciar a la sociedad sobre la seguridad vial: 'La primera vía te da información para reflexionar, la segunda sólo te desbarata las emociones'.

Lady Di: Duelo en Reino Unido

Las fotografías de la princesa Diana de Gales montada en el Mercedes Benz momentos antes de su accidente en París dieron la vuelta al mundo el verano de 1997. Lo mismo pasó con las imágenes del coche destrozado, después de chocar contra la pared de un túnel en el centro de la ciudad. Con Lady Di, murió su novio, el millonario egipcio Dodi Al Fayed. También falleció en el siniestro el conductor del vehículo, que estaba siendo perseguido por una jauría de paparazzis. Los medios de comunicación británicos especularon sobre un posible asesinato.

Farruquito: Sin carné

Farruquito atropelló al joven Benjamín Olalla el 30 de septiembre de 2003 en Sevilla. El bailaor de flamenco, que conducía sin carné, se saltó un semáforo en rojo circulando a 80 kilómetros por hora en una calle limitada a 40 km/h, Tras el accidente, Farruquito no se detuvo para auxiliar a la víctima y se dio a la fuga. Fue condenado a tres años de cárcel, pero sólo estuvo 14 meses en prisión.

La hija de Toni Cantó: Un kamikaze

Carlota, la hija mayor de los actores Toni Cantó y Eva Cobo, murió en la madrugada del pasado 29 de enero tras impactar su coche con el de un conductor kamikaze ebrio en Cabrera del Mar (Barcelona). A causa del mismo accidente en que falleció esta chica de 18 años, también perdió la vida su acompañante y pareja sentimental, Javier A. G, de 20 años, sobrino de Xavier Trias, actual alcalde de Barcelona. 

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