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Aborto: ley moderna con procedimiento antiguo

La interrupción con fármacos arrasa en la UE mientras que España opta por el quirófano

V. PI / O. CARBALLAR

Hace justo un año, España se convirtió en uno de los países del mundo con una Ley del Aborto más avanzada. Las españolas pueden abortar durante las primeras 14 semanas de gestación sin tener que dar explicaciones. No obstante, el cambio no se ha reflejado en los procedimientos para aplicar la norma. En países como Francia, Gran Bretaña y Portugal, alrededor del 40% de los abortos se practican de forma farmacológica. En España, sin embargo, la píldora abortiva (RU 486) es responsable de sólo el 4% de las interrupciones. ¿Por qué España se sitúa a la cola en esta técnica?

'Las españolas dejan el aborto en manos de los médicos porque es más seguro, más cómodo, más discreto y en una hora se acabó'. Así explica Eva Rodríguez, directora de la Clínica El Sur de Sevilla, la preferencia de las españolas por la opción quirúrgica frente a la farmacológica.

El 4% de abortos en España son con pastilla, frente al 40% francés

Rodríguez asegura que 'el aborto en Francia está montado en consultas con pocos medios, donde no hay posibilidad de sedación. Si se complica la intervención, tienen que ir al hospital, por eso el uso del farmacológico es mayor'.

El presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para Interrupción Voluntaria del Embarazo (Acai), Santiago Barambio, añade a los argumentos en contra del aborto farmacológico que este comporta 'contracciones que duelen, sangrado abundante... Y afecta a la vida cotidiana y la confidencialidad'. Barambio defiende la intervención instrumental, en el quirófano, que consiste en un legrado, es decir, se aspira el embrión con la placenta y todos los líquidos que lo envuelven. La intervención dura unos 20 minutos y se requiere anestesia, local o general.

Los profesionales mantienen posturas enfrentadas sobre las técnicas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) avala el aborto farmacológico con la píldora RU 486, cuyo uso fue autorizado en España en el año 2000. Este método consiste en la ingesta de la píldora (efectiva en las nueve primeras semanas de gestación), que interrumpe el embarazo. 36 horas después, se administra misoprostol, un principio activo que causa la expulsión del embrión. La mujer sangrará, como regla general, 24 horas después.

El presidente de la Sociedad Española de Contracepción (Sec), Ezequiel Pérez Campos, defiende que el aborto farmacológico evita el pasar por una anestesia 'que siempre comporta un riesgo', asegura. Además, recuerda que muchas mujeres temen meterse en un quirófano. 'Los médicos tenemos una capacidad de persuasión muy elevada. Con una información aséptica, explicando las ventajas e inconvenientes de cada método, las mujeres escogerían el farmacológico', se muestra convencido.

Sin embargo, un estudio elaborado por Eva Rodríguez en su clínica, con una muestra de 300 mujeres, concluye que, siendo informadas de ambos métodos con objetividad, sólo el 3% eligió el farmacológico.

Por su parte, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Planificación Familiar, Isabel Serrano, considera que la Ley del Aborto en vigor hará aumentar el número de interrupciones con fármacos. 'Ahora las mujeres tienen más información y más facilidad para ir al médico de cabecera, eso hace que la interrupción sea más temprana y se facilite la ingesta de la píldora RU 486', augura. Hasta finales de 2011, el Ministerio de Sanidad no hará públicos los datos de abortos de 2010.

Serrano considera que la extensión del aborto farmacológico 'es una puerta a que los centros públicos los practiquen'. La ley ha convertido el aborto en derecho, pero no ha evitado que el 97% de las intervenciones se hagan en centros concertados, aunque el pago lo asuman, tarde o temprano, las consejerías de Sanidad. En Catalunya las mujeres deben avanzar el pago.

Precisamente, Catalunya ha impulsado un programa piloto para extender el aborto con fármacos. La Generalitat ha acreditado a cinco centros de atención sexual públicos para que suministren la píldora RU 486.

Las mujeres van al médico de cabecera, que las informa y las remite a uno de estos centros. Allí les atiende un ginecólogo, que les da el fármaco. Las mujeres vuelven a la consulta del especialista una vez se ha producido el sangrado, explica la directora del área de Atención Sexual y Reproductiva de Barcelona, Cristina Martínez. Según asegura, la experiencia ha hecho aumentar las interrupciones por esta vía. Desde marzo pasado, cuando arrancó el plan, se han realizado unas 200 intervenciones de este tipo. Además, explica que esta técnica les sale más barata, ya que se realiza en centros públicos, que a diferencia de los concertados no obtienen ningún beneficio.

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