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José Blanco: "Daré voz a la política que nos exigen los ciudadanos"

'Sin circunloquios, con el respeto a la verdad como método, austero'. Así quiere el nuevo portavoz del Gobierno, José Blanco, desempeñar sus funciones

C. MARTÍN / P. ÁGUEDA

'Sin circunloquios, con el respeto a la verdad como método, austero'... Así quiere el nuevo portavoz del Gobierno, José Blanco, desempeñar sus funciones, según explicó ayer en su 'toma de posesión informal'. Suena un poco a Movimiento 15-M. Más aún si se tiene en cuenta que Blanco quiere distanciarse del enfrentamiento porque 'no nos hace avanzar' y mira con recelo la crispación.

'Me esforzaré par dar voz a la política que nos exigen los ciudadanos', subrayó, comprometiéndose a ser claro. En la abarrotada sala de la Moncloa, donde cada viernes se da cuenta de los acuerdos del Consejo de Ministros, el encargado de ejercer de maestro de ceremonias fue Alfredo Pérez Rubalcaba. Este describió a Blanco como una 'persona cercana', 'fiable' y que está 'todo el día para dar información'. Cualidades que le servirán para ser 'un excelente portavoz', señaló antes de cederle el protagonismo. En las primeras filas seguían atentos el acto la directora del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, acompañada del coordinador de campaña Antonio Hernando, y el diputado Pedro Sánchez.

Blanco se centro en los agradecimientos. A los medios, a los amigos, pero sobre todo al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. 'Mi gratitud no puede expresarse en adjetivos apuntó sólo se puede demostrar con hechos y capacidad de trabajo'.

Muchos de los asistentes al acto tomaron rápidamente camino al Paseo de La Castellana, a la sede del Ministerio del Interior, donde Rubalcaba cedió la cartera a Antonio Camacho. 'Es nueva porque nunca la he utilizado. Pesa muchísimo', advirtió el ahora candidato socialista a su sucesor. De él dijo que es 'inteligente, riguroso, reposado, muy trabajador y tiene sensibilidad humana y social. Por eso será un gran ministro'.

Rubalcaba dio las gracias a todos los que componen la gigantesca maquinaria del Ministerio. Fue entonces cuando dejó un gesto quizá inédito en el exvicepresidente. Se le quebró la voz cuando se refirió a los empleados que han hecho que su esposa, Pilar, y él mismo pudieran 'vivir mejor' en las dependencias destinadas a los titulares del departamento y que, como otros antes, Rubalcaba aceptó ocupar a regañadientes, sólo por motivos de seguridad.

Escuchaban a Rubalcaba su antecesora en la portavocía, María Teresa Fernández de la Vega, que no fue a la Moncloa y que se mostró muy cariñosa con Camacho al término del acto. El nuevo ministro aseguró que 'nada va a cambiar' en Interior. Con la filosofía de si las cosas van bien para qué cambiar, Camacho destacó los avances en materia anterrorista

Varios ministros, con la vicepresidenta Elena Salgado a la cabeza, ayudaban a llenar el Salón Laos, a los que se sumaron destacados miembros de la judicatura. 

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