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Zapatero acelera su retirada y anuncia elecciones el 20-N

El presidente alega su voluntad de proporcionar 'certidumbre'. La elección de la efeméride de la muerte de Franco facilitará a Rubalcaba pedir el voto útil de la izquierda por temor a 'la derecha más re

GONZALO LÓPEZ ALBA

El mismo argumento que hasta hace pocas semanas esgrimía como razón mayor para apurar la legislatura hasta marzo de 2012 fue alegado ayer por José Luis Rodríguez Zapatero, para anunciar la convocatoria anticipada de las elecciones generales para el 20 de noviembre. 'Si he decidido anunciar hoy un calendario concreto es para proyectar certidumbre política y económica sobre los próximos meses', argumentó en rueda de prensa tras la última reunión del Gabinete, antes de que los ministros se vayan también de vacaciones, hasta el 19 de agosto.

Aunque el adelanto de los comicios a noviembre era una opción firme desde hace meses, por ser la preferida en el equipo del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se había instalado la idea de que la decisión no se anunciaría hasta septiembre, que será cuando se publique el decreto de la convocatoria oficial el día 27.

El adelanto electoral satisface los deseos del candidato del PSOE

Así, por más que el presidente se esforzara en hacer creer que todo lo tenía diseñado en su pizarra desde hacía tiempo, todos los indicios apuntan a que en la precipitación del anuncio han influido, de manera determinante, el revulsivo que el equipo deRubalcaba ha visto en último barómetro del CIS; la confluencia en este mes de varios indicadores económicos 'positivos y alentadores', en cuyo detalle se explayó Zapatero y que previsiblemente volverán a empeorar en el otoño, y la conclusión de que la inestabilidad financiera se va a mantener durante mucho tiempo.

De hecho, durante el debate sobre la última cumbre del Eurogrupo, celebrado el miércoles en el pleno del Congreso, Zapatero deslizó en su discurso una pista del anticipo: 'No podemos dijo esperar que la estabilidad (financiera), tras tantos meses de turbulencias, se recupere de un día para otro. Llevará tiempo'.

La tesis de que, dada la magnitud del desgaste acumulado por Zapatero, el tiempo no podía más que contribuir a restaurar su imagen, se ha visto arrumbada ante la previsión casi certeza de que los especuladores volverán a la carga en el otoño, con fuerzas renovadas. También había perdido fuelle el argumento de que el otoño es necesario para las reformas, porque de entre las más importantes sólo falta la de los horarios comerciales, que exige el acuerdo de las Comunidades Autónomas y cuenta con la oposición de la Generalitat de Catalunya. Y, por contra, había cundido cierto temor a que Rubalcaba, a quien el mismo Zapatero ha catalogado de sprinter, se desfondara en una carrera de ocho meses, en la que ha hecho una salida propia del velocista que fue en su juventud .

Arrecia la presión sobre Griñán para adelantar también en Andalucía

El presidente, que acorta así los plazos para su retirada definitiva, sostuvo como razón de fondo, además de la citada alusión a 'la certidumbre', la conclusión de que el Gobierno que preside 'ha cubierto en buena medida los objetivos que se fijó para la segunda parte de la legislatura'. 'Se han sentado las bases para la recuperación económica y los fundamentos para un cambio del modelo', subrayó.

La elección del día 20 de noviembre la justificó en su deseo de que el nuevo Gobierno 'se haga ya cargo de todo' en enero de 2012, en especial de todo lo referido a la situación económica ya que, entre otras cosas, una de las consecuencias directas del adelanto será la prórroga de los Presupuestos actuales. 'Para mí, es una fecha más', dijo Zapatero, a pesar de ser la del aniversario de la muerte del dictador Franco, una efeméride que los socialistas podrán utilizar en campaña para pedir el voto útil de la izquierda agitando el temor a 'la vuelta de la derecha más reaccionaria', si bien ayer se negó que esta fuera la razón de fondo.

La investidura del nuevo presidente se celebraría a mitad de diciembre

Posponer la convocatoria al 27 de noviembre, como se había planeado inicialmente, podría haber retrasado la toma de posesión del nuevo Ejecutivo al meterse de por medio las fiestas navideñas, según la explicación oficial. Esta previsión no se sustenta en plazos establecidos en 2004, las elecciones se celebraron el 14 de marzo y Zapatero fue investido el 17 de abril; pero en 1996 Aznar había sido elegido el 3 de marzo y no resultó investido hasta el 4 de mayo.El cálculo responde, según fuentes gubernamentales, a 'la media' del tiempo transcurrido entre las elecciones y la investidura del presidente en todas las convocatorias democráticas. Con la proyección de esa media, la previsión es que el debate de investidura podría tener lugar en la tercera semana de diciembre, que comienza el día 12. Como alternativa para convocar las elecciones se barajó el 13 de noviembre, pero se descartó porque el puente de Todos los Santos habría 'arruinado' la primera semana de campaña.

Zapatero no despejó ayer la incógnita sobre si, como ha ocurrido siempre salvo en 1994 con las elecciones generales se harán coincidir las autonómicas en Andalucía. José Antonio Griñán se mantuvo firme en su decisión de agotar la legislatura hasta marzo, durante la entrevista que celebró el lunes con Rubalcaba, pero en el equipo del candidato se confía en que aún reconsidere su posición. 'Es una locura celebrar tres procesos electorales en diez meses', alegan. El argumento para doblegar el compromiso de Griñán es doble: el 'cansancio' de los votantes y la pauta histórica que dispara el apoyo al partido ganador de las elecciones generales durante los meses inmediatamente siguientes.

Griñán es una de las personas a las que Zapatero consultó antes de hacer el anuncio, según confirmó el propio presidente. Otro fue Rubalcaba, con el que 'venía hablando desde hace días' sobre la fecha. Y la relación incluye también al presidente del PNV, Íñigo Urkullu, que le ha apuntalado en el Congreso durante los últimos meses.

El anuncio 'alivia' al jefe del Ejecutivo de la presión interna y externa

Aunque ya Público adelantó a comienzos de junio que el Gobierno barajaba adelantar las elecciones a noviembre, no fue hasta el pasado fin de semana, tras la última cumbre del Eurogrupo, cuando el presidente empezó la última fase de consultas que le condujo a hacer el anuncio ayer, en vez de esperar a septiembre. A los más cercanos se lo fue comunicando esta semana de manera individual. Zapatero, que deja así pista libre a su sucesor, no pudo ocultar ayer la sensación de alivio que siente después de 'dos años de presión casi insoportable' interna y externa, según fuentes próximas.

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