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Cultura asume los toros y reabre el debate sobre su prohibición

Los antitaurinos critican la decisión mientras que los aficionados al capote creen que ayudará a promocionarlo

SERGIO ALONSO

Los toros son Cultura. Esta 'vieja reivindicación' del mundo taurino ya es una realidad y el sector celebró, pañuelo en mano, la decisión del Gobierno de trasladar las competencias en materia de tauromaquia del Ministerio del Interior al de Cultura. Mientras, los grupos antitaurinos recibían la noticia con decepción y calificaron de 'lamentable' la decisión, al entender que supone 'una vuelta a la Edad Media'.

El Consejo de Ministros aprobó el real decreto en el que se recogía esta asunción de funciones por parte del departamento dirigido por Ángeles González-Sinde y el reconocimiento de la práctica de los toros como 'disciplina artística y producto nacional' al que se le debe, a partir ahora, 'fomento y protección'. Además, este cambio implica que Cultura estará al cargo de los estudios, estadísticas y análisis sobre la materia, así como del registro de profesionales del sector. El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, fue el responsable de hacer oficial la noticia que, pese a quedar eclipsada por su anuncio del adelanto de las elecciones generales, despertó de nuevo la polémica.El último de los cambios aprobados es el traslado al Ministerio de Cultura del secretariado de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos que, según uno de sus principales valedores, Pedro Plasencia, 'lleva muerto y sin celebrar reuniones nueve años'. 'Se puede decir que no existía de facto, pero ahora va a tener una oportunidad para volver a funcionar', sentenció.

El pasado 29 de julio de 2010, hace justo un año, el Parlament de Catalunya prohibió las corridas de toros por 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones. De este modo, tras meses de debate, la Cámara catalana refrendaba la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la plataforma Prou!, avalada por 180.000 ciudadanos que hacían esta petición histórica. Sin embargo, este hecho, considerado como uno de los grandes logros de los grupos antitaurinos, se ha visto ensombrecido por el último paso dado por el Gobierno de Zapatero.

El concejal en Barcelona de ERC Jordi Portabella, en declaraciones a este diario, señaló que el traslado de competencias al Ministerio de Cultura podía entenderse como 'una decisión oportunista', aunque aseguró que 'cada vez hay más gente que se manifiesta en contra de la tortura de los toros'. También lamentó que, después de tantos siglos en los que este espectáculo ha estado apartado de la cultura, 'parece que se vuelve de nuevo a otra época'.Portabella añadió que la decisión final del Gobierno 'viene motivada por los planes de distintos ayuntamientos que siguen los pasos de Catalunya', ya que la mayor parte de las competencias respecto al sector de los toros dependen de las comunidades autónomas. En cualquier caso, adelantó que este decreto no va a cambiar las cosas al tratarse de una 'protección artificial'. En su opinión, sólo supondrá el traslado de documentos entre ministerios.

En cambio, Miguel Cid Cebrián, presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria, valoró el paso dado por el Ejecutivo y recalcó que atiende a 'una vieja reivindicación del mundo taurino'. En esta misma línea, el PP 'celebró' la decisión e insistió en que era algo que desde el partido llevaban reclamando desde hace tiempo, con la presentación, incluso, de una proposición no de ley, según recordaron fuentes del grupo parlamentario en el Congreso.La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el portavoz del grupo en el Senado, Pío García-Escudero, y el vicesecretario de política autonómica, Javier Arenas, ya se reunieron el pasado mes de octubre con representantes del mundo taurino en un encuentro donde se fraguó un recurso de inconstitucionalidad contra la ley catalana que prohibió las corridas y que se presentó finalmente ante el Senado una semana después.

El presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria también advirtió de que la 'previsible' llegada del PP al poder en las próximas elecciones generales del 20 de noviembre podría ir acompañada de una declaración de este festejo como Bien de Interés Cultural, algo que, según su opinión, 'fortalecería la fiesta de forma que no se podría atentar contra ella y, por ejemplo, se evitarían situaciones como la prohibición que tuvo lugar en Catalunya'. De todas formas, reconoció que esta nueva medida aplicada por el Gobierno 'no va a afectar' al cierre de las plazas catalanas previsto para el 1 de enero de 2012. Finalmente, Cid Cebrián se mostró esperanzado porque, 'al menos', este cambio 'podría provocar un paso hacia la verdadera promoción y difusión de este tipo de eventos en la televisión pública'.

Algo que choca con el Manual de Estilo de Radio Televisión Española (RTVE) presentado el pasado mes de diciembre por el entonces presidente de la corporación, Alberto Oliart, ante la Comisión de Control de RTVE y que incluía los toros en la sección 'violencia con animales' dentro del apartado 'cuestiones sensibles', vetando las corridas en la televisión pública.

Concretamente, el manual apuntaba que RTVE no emitirá corridas de toros 'por su horario', que generalmente coincidente con el espacio de especial protección para la infancia. El mismo argumento que la corporación lleva defendiendo en los últimos años para no emitir este tipo de eventos.No obstante, el texto añadía que 'RTVE no es indiferente a la relevancia que tiene el mundo de la tauromaquia ni a su influencia en muchos aspectos socioculturales', por lo que apoyaba reflejar la 'actualidad' del mundo taurino 'en la programación' de televisión y radio, aunque no se emitan las corridas.

La Unión de Toreros, por su parte, se mostró 'satisfecha', ya que las diversas reuniones que mantuvieron con la ministra de Cultura y el ministro del Interior, los pasados 30 de septiembre y 13 de octubre respectivamente, han resultado fructíferas en su opinión.

En estos encuentros participaron, entre otros, los diestros Enrique Ponce, el Juli, Cayetano Rivera Ordóñez, el Cid y Alejandro Talavante, quienes firmaron una de sus mejores faenas al conseguir en aquel momento una promesa del entonces ministro Rubalcaba para llevar a cabo esta medida 'a corto plazo'.

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