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El 15-M intentará detener los derribos de Puerta de Hierro

Los indignados se encontrarán allí con un grupo del movimiento que lleva dos semanas apoyando a la comunidad del poblado

THAÏS MUÑOZ

Los indignados pasarán la noche con el poblado de Puerta de Hierro para tratar de impedir el derribo de viviendas que temen que se produzca mañana a primera hora. Después de que a finales de julio la representante de la comunidad gitana solicitase su ayuda en una asamblea, más de cuarenta miembros de las marchas del movimiento 15-M trasladaron su acampada al poblado, pero ha sido este fin de semana cuando los indignados han hecho suya la causa de las más de 300 personas que viven en Puerta de Hierro.

El pasado jueves, la asamblea de desahucios y vivienda inter-barrios y pueblos organizó la convocatoria que poco a poco ha ido validando el resto del movimiento. A las 20.00 horas, los indignados se encontrarán en Moncloa para dirigirse a Puerta de Hierro, donde la familia gitana y los indignados acampados les recibirán con una cena popular que se seguirá de una asamblea y diversas actividades nocturnas. 

Allí se encontrarán unas viviendas que poco recuerdan a las típicas chabolas de paredes de madera y suelos de cemento. Las 13 viviendas que todavía quedan en pie acogen ahora a algunas de las familias que ya se han quedado sin hogar, mientras otras viven en furgonetas y camiones. Son menos los que se han decidido a abandonar la comunidad desde que se iniciaron las demoliciones en julio de 2010. Los que se niegan a hacerlo, aseguran no tener adonde ir y denuncian que sólo han ofrecido el realojo a 13 de las 54 familias. 

También podrán ver cómo los escombros de los edificios demolidos han terminado por convertir el recinto en un foco de infección e insalubridad. Contra ello están trabajando los indignados que llevan más de dos semanas conviviendo con la comunidad gitana. Divididos en diferentes grupos de tareas, ocupan todo el tiempo que pueden en retirar los escombros de los que no se ha ocupado el ayuntamiento, a pesar de haber legitimado los derribos en el hecho de que el asentamiento suponga 'un foco de marginalidad que no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad'.

Con los escombros que han podido reutilizar, han construido una zona de juegos para los niños y un espacio para celebrar asambleas. También han habilitado una cocina y un punto de atención sanitaria, donde los indignados que han estudiado enfermería y fisioterapia atienden a todo aquel que lo necesite. Mientras unos tratan de organizar todo el papeleo legal con el que poder rebatir los argumentos de la administración, otros se dedican a jugar con los niños, que ya han aprendido a representar una obra de teatro sobre desalojos.

Ioana, que estudia cuarto de Derecho y Periodismo, explica que desde que supo lo que estaba ocurriendo dejó los asuntos menos urgentes de la asamblea de su barrio para volcarse por entero con la comunidad. 'Estoy ayudando en comunicación y en legal, pero cuando no hay ordenadores o hay un rato libre me pongo a desescombrar'. Pau ha retrasado su vuelta a Barcelona, donde estudia Bellas Artes: 'Las injusticias ocurren aquí y en otros lados, pero mi vida me ha llevado aquí y tengo que centrar mis esfuerzos en esto'.

No es la primera vez que los indignados acampan para evitar el derribo de casas por parte de la administración. El pasado mes de junio, los indignados lograron paralizar la demolición de dos casas en la Cañada Real Galiana.

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