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"¿Puedes jugar delante de nosotros al Guitar Hero?"

Pasar un casting o salir de fiesta, requisitos para encontrar piso en Berlín

PATRICIA BAELO

'¿Conoces el Guitar Hero? ¿Puedes jugar delante de nosotros?' No se trata de un diálogo extraído de una comedia americana ni de una novela contemporánea de temática adolescente. Es una situación real, de entre las muchas y variopintas a las que se enfrentan muchos de los jóvenes tanto oriundos como de fuera que buscan habitación en un piso compartido de Berlín.

Y es que la capital alemana, donde cerca del 87% de la población vive de alquiler (por razones culturales y demográficas, precios asequibles 6,27 euros el metro cuadrado, y buenas condiciones de financiación), se perfila como una de las ciudades más complicadas para encontrar una WG (piso compartido).

El 87% de la población de la capital alemana vive de alquiler

El motivo es sencillo: aunque la oferta es enorme en una ciudad aún en construcción, la demanda lo es aún mayor. Según el informe oficial del mercado inmobiliario de 2010, desde el año 2000 se han fundado unos 165.000 nuevos hogares, para los cuales sólo se han construido 40.000 viviendas. Así pues, los expertos prevén que, a partir de 2015, Berlín sufrirá una escasez de pisos en toda regla. Por ello, la popular fórmula de la WG empieza a escasear, sobre todo en determinados barrios de moda. Allí la lucha por hacerse con una habitación se endurece, y el candidato pasa a ser una especie de títere a merced de los inquilinos, que le someten a pruebas de selección intimidatorias.

'A veces lo denominaría casting, pues en ocasiones se busca más a un tipo de persona concreta, que encaje con una serie de requisitos predefinidos, que simplemente alguien agradable con quien convivir'. Quien habla es Miriam Ugarte, de 26 años. Se mudó a Berlín en diciembre de 2008.

Los expertos calculan que, en 2015, Berlín sufrirá una escasez de pisos

En este tiempo, ha vivido en tres pisos distintos, visitado más de 40 y experimentado en sus carnes cerca de 30 situaciones surrealistas. Ha llegado a rellenar un cuestionario, revelando su comida favorita o aficiones musicales, le han propuesto jugar a juegos de mesa con un grupo de desconocidos, o incluso demostrar sus dotes como dibujante. Como si de un concurso televisivo se tratara. Lo que más le impactó fue cuando le pidieron que jugara al célebre videojuego musical, que simula el tocar la guitarra.

'Tú lo haces todo, porque estás desesperado por encontrar una casa y quieres que te elijan', explica esta joven asturiana. A menudo el interrogatorio comienza desde el primer contacto telefónico. Es un filtro, pues el inquilino no quiere perder tiempo.

Segundo paso: el día D, la cita para ver el piso. O uno llega a la casa como único aspirante y se somete a un exhaustivo interrogatorio o es una entrevista colectiva, en la que debe competir en habilidades sociales con una treintena de candidatos.

Si, después de todo, consigue salir elegido entre los finalistas, puede que aún sea necesario quedar a cenar con los inquilinos o salir de fiesta. Todas las pruebas son pocas, con tal de encontrar al compañero de piso perfecto, del que los berlineses esperan una larga y fructífera amistad, más allá del simple pago de la renta mensual.

Pizpireta y extrovertida, Ugarte admite que puede resultar duro psicológicamente, sobre todo para personas que no sean demasiado sociables. Con todo, la nómada traductora considera que este fenómeno, la búsqueda de compañero de piso a la carta, no es exclusivo de Alemania o de Berlín.

Hoy día, el mismo patrón sucede en todas las grandes ciudades europeas, populares, y atractivas para los jóvenes, extranjeros y turistas. 'Tuve experiencias similares en Barcelona, aunque la selección no era tan horrible, sí fue muy complicado encontrar casa, porque tienen a mucha gente donde elegir.', asegura. Es la ley de la oferta y la demanda.

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