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Los críticos del PSOE tienen la llave del referéndum

Izquierda Unida aún no ha contactado con ellos para pedir su apoyo para la consulta. Sólo dos diputados socialistas respaldan públicamente la iniciativa

 

MIGUEL Á. MARFULL

'Es necesario apurar hasta el último día', se excusaba el martes en el Congreso el portavoz parlamentario de IU, Gaspar Llamazares, para explicar la imposibilidad de cerrar una lista definitiva de apoyos al referéndum sobre la reforma constitucional que promueve entre diputados y senadores.

Ayer no había iniciado aún los contactos, pero hay tiempo, tranquiliza IU, porque 'la voluntad es mutante' según aduce el diputado y los 15 días que establece la Constitución para reunir avales en el Parlamento que fuercen una consulta dan para muchos cambios de criterio. En esa fluctuación basa Llamazares su esperanza y el reto de recolectar la firma de un 10% de diputados o senadores para obligar a que el blindaje constitucional del déficit se someta a referéndum.

El plazo para forzar la celebración de un referéndum acaba el 22 de septiembre

El plazo de recogida arrancó ayer, tras la aprobación definitiva de la reforma en el Senado y concluirá el 22 de septiembre. El empeño es difícil, pero no imposible. La votación del Senado reprodujo milimétricamente las posiciones políticas mostradas una semana antes en el Congreso. El referéndum está así en manos de las fisuras abiertas a la discrepancia dentro del Grupo Socialista.

Dos senadores vascos adscritos a su bancada, Imanol Zubero y Roberto Lertxundi, se unieron ayer a esta minoría disidente y se ausentaron de la votación para exteriorizar su rechazo a la reforma. Es lo que hicieron el viernes en la Cámara Baja los dos diputados de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio y José Antonio Pérez Tapias, ambos en la línea del socialismo más ortodoxo, y también Manuel de la Rocha, parlamentario por Madrid que, desde su plena autonomía de esta corriente crítica, mantiene una posición crítica a la reforma situada en la línea de UGT, sindicato al que está muy vinculado.

El PP dice ahora que hace un año habría apoyado una consulta

Sus nombres, unidos al del ex secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez que votó contra la reforma y el diputado por Córdoba Juan Luis Rascón, independiente en las filas del PSOE que votó a favor, forman el núcleo cuya voluntad pretende sumar Llamazares a la causa del referéndum.

De momento, sólo Gutiérrez y Rascón han anunciado su intención de firmar la iniciativa para forzar la consulta. Izquierda Socialista es tan combativa en el debate interno como disciplinada a la hora de acatar la decisión final que concluya la mayoría de su grupo parlamentario.

Con este criterio ha actuado hasta ahora en cuestiones tan espinosas como la última reforma laboral, que también llenó de sal las heridas abiertas en el PSOE por la crisis. De esta forma, aunque Barrio y Pérez Tapias defienden tenazmente la celebración de un referéndum, su apoyo a la solicitud impulsada por IU es cualquier cosa menos segura.

La corriente crítica Izquierda Socialista celebrará este fin de semana una convención en Madrid en la que, entre otras cuestiones, se dirimirá la posición final de sus dos representantes. A la espera, el cortejo de IU en favor del referéndum se abrirá a otros parlamentarios del PSOE que han mostrado en público discrepancias con las formas exhibidas en la negociación de la reforma y han abogado por el referéndum: el coruñés Xavier Carro, el alicantino Carlos González o Fátima Aburto, diputada socialista por Huelva son algunos de estos reservas en el banquillo de descontentos cuya firma pretende conquistar IU.

En el marcador de voluntades aún pierden los impulsores del referéndum. En el Congreso es necesario el aval de 35 diputados y 27 apoyan la causa de la consulta. Pertenecen a CiU (10), PNV (6), ERC (3), IU-ICV (2), BNG (2), CC (2), UPyD (1) y Na Bai (1). Sumarían 32 tres menos de los necesarios si los cinco diputados del PSOE más reacios a la reforma dieran también su firma.

PSOE y PP mantienen firme su rechazo, aunque el portavoz de los conservadores, Esteban González Pons, trató de suavizar sus reservas: 'Si la reforma se hubiera hecho cuando el PP la pidió [hace un año], se habría podido hacer referéndum'.

En el Senado, el recuento de discrepantes eleva a 20 el número de avales en favor de la consulta. Son los representantes de todas las formaciones de la Cámara excepto PSOE, PSC, PP y UPN, si se suma también al representante de Foro Asturias, que no se ha cerrado al apoyo ni lo ha confirmado. Faltaría aún la firma de seis senadores para alcanzar mínimo de respaldos necesarios, 26. Aun si los dos socialistas que se ausentaron ayer del pleno se unieran a esta iniciativa, serían necesarias cuatro firmas más.

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