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"Tan indignado que me estoy perdiendo el Betis"

Las multitudinarias marchas que han llenado las calles andaluzas demuestran que los ciudadanos siguen teniendo motivos para estar indignados

OLIVIA CARBALLAR / FRAN GRIMALDI

Las multitudinarias marchas que han llenado las calles andaluzas demuestran que los ciudadanos siguen teniendo motivos para estar indignados. Al grito de “Tenemos la solución, los banqueros a prisión”, echaron a andar en Sevilla los manifestantes que acudieron a la convocatoria del 15-O. Como el pasado junio, los sevillanos volvieron a abarrotar las Setas, símbolo del 15-M en la capital andaluza. Miles de personas, la mayoría jóvenes, protestaron de nuevo, pancartas en mano, contra el sistema capitalista, los políticos y los banqueros. “La gente sigue indignada porque no ha visto ningún cambio. Hay motivos de sobra para salir a la calle día a día”, afirmó José Manuel Barrera, un parado de 49 años. “Tan indignado que me estoy perdiendo el Betis”, decía un cartel. Maxi Ordóñez, un universitario de 24 años, lanzaba este mensaje: “Los políticos han estado bailando al son de los tambores de los mercados. No todo vale. Deben pensar en los ciudadanos o aceptar que los vamos a cambiar”.

Los ciudadanos silbaron y cantaron el “No nos representan” durante el recorrido, con parada en la sede del PP andaluz, en la calle San Fernando. En frente, a las puertas de la Universidad, gritaron: “Queremos más becas y menos hipotecas”. Con el lema común “Toma la calle, rompe su bolsa, gobierna tu vida”, los manifestantes, entre lo que había numerosos dirigentes de Izquierda Unida, gritaron contra los recortes –“En Andalucía también se recorta”, advertía una pancarta referida a educación–, pero también contra los ataques de algunos políticos a la comunidad: “Chorizos, corruptos, ladrones. Duran i Lleida. ¿Se entiende?”, decía otra pancarta en referencia a las críticas del dirigente de CiU a los jornaleros andaluces.

En la marcha había banderas blancas y verdes, aunque ganaban por goleada los símbolos republicanos y la imagen del Che. “El sistema es como un pañal, cuando no puede con más mierda, se cambia por otro”, rezaba el cartel de una mujer que empujaba el cochecito con su bebé. Sabe de lo que habla.

Durante la manifestación, se recogieron firmas de apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular, promovida por el 15-M de Málaga, para facilitar las consultas populares en Andalucía. La marcha también sirvió para colar reivindicaciones de organizaciones y grupos concretos. El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), por ejemplo, repartió folletos para protestar contra la “represión” contra sus militantes. El Movimiento Ciudadano por el Voto en Blanco aprovechó también para recoger avales de cara al 20-N. Un hombre portaba un cartel que incluía en sus críticas al sindicato UGT: “PSOE y UGT contra la educación”.

Después de Sevilla, las concentraciones más numerosas en Andalucía fueron las de Málaga, Granada y Córdoba. La manifestación en esta última ciudad partió a las seis de la tarde de la plaza de las Tres Culturas y desembocó en la plaza de la Corredera pasadas las ocho. Con el lema “Contra la tiranía de los mercados, ciudadanos organizados”, la marcha recorrió el centro comercial de una ciudad especialmente castigada por el desempleo. Según la última Encuesta de Población Activa, un 33% de los cordobeses está en el paro.

La manifestación discurrió de forma pacífica. Las pitadas y los abucheos se sucedían cada vez que los manifestantes pasaban junto a un banco o El Corte Inglés. Los indignados animaban también al público que los veía pasar. “A ti que estás mirando, también te están robando”, cantaban, informa Alfonso Alba.

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