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Todos los acusados por encubrir el crimen de Marta niegan los hechos

El padre de la víctima pide un careo

OLIVIA CARBALLAR

'¿Hacía frío?', preguntó el fiscal. 'Depende, yo soy caluroso', respondió Samuel Benítez, que iba sin abrigo cuando se incorporó a la búsqueda de Marta del Castillo, esa misma madrugada, un 24 de enero. Día soleado, 30 grados, el que era amigo de Miguel Carcaño, asesino confeso de la joven, acudió con bufanda a los juzgados de Sevilla. 'Al tribunal no le importará que se la quite', le sugirió con retranca el abogado de Marta.

La anécdota resume gráficamente la tercera sesión del juicio por el caso Marta, una jornada de declaraciones contradictorias en la que todos los acusados por el encubrimiento del crimen Benítez, el hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado, y su novia, María García, negaron su relación con los hechos y ninguno admitió saber dónde está el cadáver. 'No le preguntó a nadie dónde está el cuerpo porque es usted el que lo sabe', espetó la acusación a Benítez.

Este a quien un día antes Carcaño había vuelto a involucrar en los hechos insistió en que fue hasta golpeado por la Policía en sus primeras declaraciones, en las que se autoinculpó de haber ayudado a Carcaño a deshacerse del cadáver e incluso señaló el punto del río Guadalquivir donde supuestamente lo tiraron. 'La Policía me iba indicando, dibujó con un boli Bic azul una especie de croquis y yo sólo tenía que asentir', dijo Benítez. No obstante, admitió que contó con letrado. El acusado, que en ocasiones usó un tono desafiante, se desinfló cuando, tras oír varias conversaciones telefónicas, la acusación le preguntó: '¿A qué se refiere cuando dice que a Miguel lo descubrieron?'. Tras un '¿cómo?' y un titubeo, Benítez respondió: 'El significado depende de la frase, no se puede sacar de contexto'. Pocos detalles recordaba, entre ellos un 'sándwich de pollo con lechuga y mayonesa' que se comió en Montequinto, donde asegura estuvo ese día y siempre acompañado.

Francisco Javier Delgado no movió ni un ápice la versión que siempre ha mantenido: se fue del piso de León XIII, donde sucedieron los hechos, antes de ese momento y llegó sobre las cuatro de la madrugada. Le abrió su novia, que dijo que no vio nada raro cuando llegó al piso.

Tanto la Fiscalía como la acusación insistieron en que sus testimonios se contradecían con los de un vecino y que no llamaron a nadie para contrastar lo que les dijo en un primer momento Carcaño, que era inocente. 'No tenía que hablar con nadie, para eso hay un equipo de investigación (...) No tenía que dudar de mi hermano', repitió Delgado, quien pidió tranquilidad a Carcaño en una conversación porque no podían encontrar nada.

'¿Cómo explica que no hay nada que encontrar cuando un país está buscando a una niña?', dijo indignada la acusación. El padre de Marta, Antonio del Castillo, pide un careo.

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