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Rajoy no va a desautorizar al sector duro del PP

Seguirá la estrategia puesta a prueba en el 22-M. La derecha estudia los pasos que dará si gobierna

MARIA JESUS GÜEMES

El líder del PP, Mariano Rajoy, siempre ha presumido de su independencia y de no dejarse presionar por nadie. Por eso su equipo asegura que ahora seguirá en su línea sin prestar atención a la derecha mediática y al coro de voces que se eleva desde el sector crítico de su partido reclamándole un discurso más duro para abordar el final de ETA.

Los colaboradores del jefe de la oposición sostienen que mantendrá una postura moderada aunque a algunos no les guste. Eso sí, Rajoy no desautorizará a los que desde dentro de su formación se expresan de forma más radical. No lo ha hecho nunca. El último ejemplo: la Convención de Málaga. Allí, el expresidente del Gobierno José María Aznar acusó al Ejecutivo socialista de 'mendigar' gestos a la organización terrorista. Rajoy no aceptó su invitación para seguir por ese camino, pero tampoco lo censuró.

En esta ocasión, su equipo piensa que de aquí al 20 de noviembre, fecha de las generales, su jefe de filas hará lo mismo que en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Entonces, el debate se centró en la legalización de Bildu. Rajoy evitó a toda costa que este tema se convirtiera en el eje de la campaña del 22 de mayo. Sólo habló de ello al día siguiente de que el Tribunal Constitucional diera luz verde a la coalición abertzale y cuando recaló en el País Vasco. No quería darle publicidad y quería centrarse en la economía. Tal como pretende hacer ahora, tal y como demostró ayer desde Tarragona, un día después del comunicado del cese definitivo de la banda.

Hace unos meses, frente a Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja, que criticaron al Gobierno por 'haber permitido que ETA estuviera en las instituciones', Rajoy mantuvo un silencio elocuente. Así se vio cuando compartió escenario con la presidenta de la Comunidad de Madrid en plena caravana electoral. Fue la prueba de que en el PP conviven dos discursos y que a él le interesa mantenerlos. Así, mientras él se viste de hombre de Estado, los demás alimentan con sus palabras al electorado más extremista.

Los que rodean a Rajoy repiten que la postura oficial del PP es la que él defendió durante su comparecencia. Y cuando se les pregunta entonces cómo califican las demás, explican que son 'opiniones' que llevan manteniendo algunos cargos de su formación toda la vida y que sólo a ellos corresponde modificarlas. La dirección nacional del PP medirá sus palabras y no desafinará con Rajoy. 'Seremos muy ortodoxos', reconocen.

En el PP son conscientes de que ya perdieron las elecciones de 2004 por gestionar mal el atentado del 11-M y en esta ocasión andan con pies de plomo. No quieren darle al PSOE artillería para movilizar a los votantes.

No descarta hablar de acercamiento y reinserción de los presos etarras Rajoy se siente muy cómodo con el mensaje del líder del PP en Euskadi, Antonio Basagoiti y, por eso, será él quien pilote en gran parte este asunto en el futuro. 'Hacen un buen tándem', explican. Ayer ya se empezaba a hablar de los pasos que habrá que dar en los próximos meses si el PP llega a la Moncloa. Algunos dirigentes esperan que al igual que se ha alcanzado un pacto con los socialistas vascos, se debería intentar hacerlo a nivel nacional. Recomponer el Pacto Antiterrorista. No lo descartan y ven en la coordinación de Zapatero y Rajoy de los últimos días un buen síntoma.

Por otro lado, la derecha está convencida de que Amaiur tendrá grupo parlamentario propio y que deberá hablar con sus parlamentarios. 'Ahora hay que dar la batalla política', indica un cargo del PP vasco. Para ello, en el Congreso estarán en la próxima legislatura Alfonso Alonso, hombre de confianza de Soraya Sáenz de Santamaría, y Leopoldo Barreda, uno de la de Basagoiti. Y, por supuesto, Federico Trillo, que siempre se ha encargado de la interlocución del PP con el Gobierno en esta materia. Ayer, Basagoiti ya decía que le podía gustar 'más o menos' que el lehendakari, Patxi López, se reúna con Bildu, pero que es 'un partido legal'.

'Una vez que desaparezca ETA, se acabó. No tenemos que darles nada y no pueden exigir nada', comentan desde las filas conservadoras esperando que se concrete la disolución. Además, señalan que no harán nada que esté fuera de la ley. Pero en política penitenciaria existen herramientas para las medidas de reinserción y acercamiento de presos terroristas. 'Si ha caído, se puede plantear', reconocen.

Lo que ya no parecen manejar es la posibilidad de instar la ilegalización de Amaiur. Y de lo que no quieren ni oír hablar es de autodeterminación.

A algunos diputados del PP les preocupa que se empiece a tratar ya todo esto y que algunos lo vean como 'concesiones políticas'. Cuando Rajoy dijo que se había logrado llegar al anuncio del jueves sin ellas, en el PP hubo quien pensó que se equivocaba de lleno porque se está asistiendo a otra 'trampa' de ETA.

En el PP no quieren repetir los errores de gestión cometidos con el 11-M Los que se confiesan alegres por lo sucedido lamentan que, por ello, algunos compañeros los consideren 'traidores'. 'Mayor Oreja está fuera del País Vasco desde los años noventa y los que hablan desde Madrid... ¡Es tan fácil valorar la situación desde fuera!', indica un dirigente vasco asegurando que, si se tuerce la situación, su formación estará de nuevo 'enfrente'.

Hay otros que temen que las víctimas del terrorismo se les echen encima. El próximo 29 de octubre hay una manifestación. Durante la primera legislatura de Zapatero, Rajoy acudió a todas, pero en esta, a ninguna. Ahora la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, ha pedido una reunión con el líder del PP para conocer sus planes. Desde la sede nacional aseguran que si Rajoy gobierna y es el responsable de gestionar el final de la banda, habrá que ir viéndolo con sosiego y certificar lo ocurrido. La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que el PP 'es el garante de que no va a haber precio ni condiciones políticas' con ETA.

En el círculo de Rajoy admiten que lo más difícil puede ser no tener que lidiar con este proceso, sino contra todos los que pongan zancadillas, sobre todo si son de tu 'propia casa'. 'Pero si Rajoy gana va a estar bastante liado con la crisis como para prestarles atención', concluyen. 'Nosotros vamos a seguir trabajando para que no tengan posibilidad de volver atrás. De nosotros depende que sea irreversible', dicen desde Euskadi.

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