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'El Cuco' se enroca en su inocencia pese a la condena

Un testigo lo sitúa con la víctima, y no con Carcaño, poco antes del crimen

OLIVIA CARBALLAR

La melena lisa, larga y rubia cobriza de Francisco Javier García, el menor apodado el Cuco hoy mayor de edad, fue ayer casi la única novedad del quinto día del juicio por el crimen de Marta del Castillo, al que el joven, ya condenado a tres años por encubrir los hechos, acudió como testigo y obligado, por tanto, a decir la verdad. La otra sorpresa fue la declaración de un testigo, amigo de Marta, que lo situó con ella poco antes del crimen en vez de con Miguel Carcaño, en contra de lo mantenido incluso por el asesino confeso.

A pesar de todo ello, el Cuco se enrocó en su inocencia y tampoco dijo dónde está el cuerpo. 'Usted ya ha pasado el juicio. ¿Quiere hacer el favor de decirle a este tribunal, y para que puedan descansar los padres, algo que nos desvele dónde está Marta?', le suplicó la acusación particular. 'Si yo lo supiera lo habría dicho. Y si lo quiere saber pregúnteselo a él [Carcaño]', respondió. El presidente del tribunal le llamó la atención por ese comentario y su empeño en usar como cortinilla su pelo.

'Si quieren saber dónde está el cuerpo, pregunten a Miguel', espetó

Con camisa a cuadros, pañuelo al cuello y un vocabulario callejero 'estaba durmiendo la mona', llegó a decir, el Cuco insistió en que se autoinculpó, tanto en sede policial como en el juzgado, de haber ayudado a hacer de-saparecer el cuerpo e incluso involucró al hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado, por 'presiones' policiales.

En esas declaraciones afirmó con todo detalle que había ido en el coche de su madre con Samuel Benítez, también acusado de encubrimiento, hasta el piso de Carcaño. Que primero entró Samuel. Que salió blanco, con la cara desencajada y le pidió que entrara. Que pasó y vio un bulto en el suelo que estaba terminando de embalar Carcaño. Que al principio no sabía si el cadáver era de Delgado. Que luego vio al lado, de pie y con los brazos cruzados al hermano de Carcaño y que este lo amenazó. Que metieron el cadáver en el coche. Y que lo tiraron desde el puente al río.

'¿Y no le leyeron sus derechos? ¿Y no estaba su abogado?', preguntó el fiscal, por primera vez en el juicio visiblemente enfadado ante las contradicciones. El Cuco, absolutamente acorralado, mantuvo su discurso: tenía miedo de la Policía. Aseguró, además, que Carcaño le había hecho mucho daño. '¿Tiene rencor hacia él?', le preguntó la defensa de Delgado. 'Lo justo', dijo.

El joven, que ya fue juzgado, fue condenado por encubrimiento

Ayer declararon tres amigos más de Marta. Ángel Jesús R. situó al Cuco con la joven el 24 de enero de 2009 por la tarde en Triana y no con Carcaño. 'Era un chaval morenito, rapado, canijito. Me lo presentó como Cuco', soltó. El tribunal, sorprendido, ordenó a Carcaño ponerse delante del testigo, que mantuvo que no era él. Queda la duda sobre si hubiera reconocido hoy a ese chaval moreno, rapado y canijito viendo al Cuco adulto.

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