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Rubalcaba acorrala a Rajoy con su "programa oculto"

El candidato socialista coloca al dirigente conservador a la defensiva con una batería de preguntas sobre los planes de gobierno de la derecha. El líder del PP se revuelve acusándole de lanzar 'insidias'

PERE RUSIÑOL

Es difícil que con un solo debate se pueda dar la vuelta a una diferencia en los sondeos tan abismal como la que al menos hasta ayer separaba al conservador Mariano Rajoy del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero tras el cara a cara que se celebró ayer en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid ya no hay duda de que la campaña no acabó anoche, como soñaba el PP y temían muchos socialistas. Habrá pelea de verdad hasta el último segundo. (Consulta el especial de 'Público' sobre el debate)

Rubalcaba llegó al quinto cara a cara de la democracia con 17 puntos de desventaja, que según el sondeo del CIS podrían llegar a traducirse en 79 escaños de diferencia a favor del PP. Y, sin embargo, el dirigente socialista convirtió casi todo el debate -y sobre todo la primera parte, la más importante, la dedicada al empleo en un país con cinco millones de parados- casi en un examen a un opositor nervioso, que ha suspendido ya dos exámenes con anterioridad -en 2004 y 2008- y que se veía obligado a leer sus notas sin lograr romper el terreno de juego que le marcaba un rival al que muchos daban ya por enterrado.

El candidato del PSOE aprovechó las 'ambigüedades' del programa del PP

El dirigente socialista se dedicó desde el primer minuto a escarbar en las 'ambigüedades' del programa del PP para ir traduciendo los supuestos eufemismos que esconderían el 'programa oculto' de la formación de Rajoy. Y le preguntaba una y otra vez si la interpretación era correcta porque 'la redacción es deliberadamente ambigua y peligrosa'.

Este martilleo acabó sacando de quicio al candidato conservador: 'Usted miente y lanza insidias; y conociéndole no me sorprende', se revolvió. Y más tarde: '¡Yo no soy como usted!'. Y finalmente: 'No voy a entrar en más insidias'. Pero el debate siguió el mismo esquema casi hasta el final.

Rajoy nunca entró en el fondo de estas preguntas incómodas. A cada nuevo interrogante, contestaba con un seco 'no' o con la palabra 'insidia'. Y a la mitad del cara a cara incluso admitió que las cosas no estaban marchando como esperaba: 'No le va tan mal el debate, no se ponga nervioso', le espetó a su rival.

Rajoy contraataca vinculando a su rival con el Gobierno de Zapatero

Entre otros puntos, Rubalcaba le preguntó si la reordenación del sistema financiero que incluye el programa del PP significa 'dar dinero público a los especuladores', si va a cambiar el sistema de prestaciones de desempleo en la línea de recortes que sugiere la patronal, si subirá el IVA, si reformará el modelo de negociación de las pequeñas y medianas empresas para excluir a las pymes y si tiene planes para avanzar en una doble red en la sanidad y la educación que privilegie la privada sobre la pública. 'En todo su programa no hay ninguna mención a la financiación de la sanidad pública; eso significa que no les preocupa'.

El contraataque que intentó armar Rajoy se basó en vincular a Rubalcaba con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -le llegó a llamar 'Rodríguez Pérez Rubalcaba' , aunque no quedó claro si era un sarcasmo o un momento de nerviosismo- y prometer que si gobierna no recortará ninguna de las prestaciones sociales esenciales, sino que las mejorará.

El dirigente conservador, que perdió en 2004 y 2008 principalmente porque asustó a una parte del electorado progresista, hizo un gran esfuerzo por presentarse como un moderado. También en el espinoso asunto de ETA, cuyo último comunicado renunciando a la violencia ha sido muy mal acogido por el sector duro de su partido. Ayer, el dirigente conservador se alineó inequívocamente con Rubalcaba en su interpretación del comunicado como un paso histórico que supone una victoria de la democracia.

Rubalcaba avisa de que el programa del PP omite la sanidad pública 

Rajoy fue particularmente explícito en las pensiones públicas, otro de los asuntos sobre los que su rival sembró dudas si gana el PP: 'No voy a congelar las pensiones', recalcó. En cambio, se escabulló sin contestar a la pregunta, reiterada en varias ocasiones, de si piensa retirar el recurso ante el Tribunal Constitucional contra el matrimonio homosexual.

Desde que empezó la campaña en España, hace apenas cuatro días, ha dimitido un primer ministro -Yorgos Papandreu en Grecia, socialista- de la eurozona y otro -Silvio Berlusconi en Italia, conservador- está contra las cuerdas. Pero Rajoy dibujó la crisis en España como si no existiera la mundial ni tampoco la específica de la eurozona: la situación es 'insostenible' porque en España ha habido un Gobierno 'incapaz', subrayó.

El debate fue a ratos una confrontación con perfiles ideológicos muy marcados y perfectamente encuadrados en la pelea que se libra en la UE sobre el alcance de la austeridad. De un lado, Rubalcaba pidió mayor flexibilidad en los planes de ajuste -sugirió aplazar dos años el cumplimiento de los objetivos de reducción del déficit previstos- y una respuesta keynesiana, que reserva un papel central al sector público en la reactivación.

El líder del PP admite que él no es un experto en economía

Rajoy, sin citarla, se alineó con la alemana Angela Merkel en su defensa del camino emprendido en la UE con el impulso de Berlín, que fía la recuperación económica a un ajuste brusco que reduzca en muy poco tiempo el déficit público. Sin embargo, sorprendió con una confesión: 'No soy un experto en economía'.

En 2008, la macroencuesta poselectoral del CIS detectó que hasta un 70% de los españoles había seguido alguno de los dos cara a cara que protagonizaron Zapatero y Rajoy. De ellos, el 7% admitió que los debates le habían animado a ir a votar. Y el 2% reconoció haber cambiado el voto tras el cara a cara.

Lo suficiente como para volver a dar vida a esta campaña.

Un sondeo de Invymark para La Sexta con encuestas a 601 ciudadanos otorgó la victoria a Rajoy con un 48,6% de los votos frente a un 39,9% que prefirió a Rubalcaba. El 11,5% creyó que el debate había acabado en empate.

La encuesta también preguntó por cuál de los dos candidatos tiene 'mejor proyecto de futuro'. El 55,7% prefirió el de Rajoy, frente al 44,3% que optó por el de Rubalcaba. Un 53,6% prefiere a Rajoy como presidente del Gobierno tras el debate, mientras que el 46,4% opta por el socialista.

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