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Los partidos echan a ETA de la campaña electoral

La organización terrorista lanza guiños a Rajoy en una larga entrevista difundida ayer que no logra alterar la rutina. Los candidatos evitan el choque sobre política antiterrorista y ningunean la irrupción de la banda

PERE RUSIÑOL

No hace ni tres meses que el portavoz del Partido Popular (PP), Esteban González Pons, advirtió de que 'ETA está mejor que nunca' y tachó de 'ingenuo' decir que la banda estaba 'en las últimas' tras el éxito electoral de Bildu, 'su continuación'.

Pero, ayer, portavoces de ETA se explayaron con una larguísima entrevista en Gara en plena campaña de unas elecciones en las que Amaiur, la coalición impulsada por Bildu, aspira a todo, y nadie en el PP se rasgó las vestiduras. Y eso que los encapuchados incluso elogiaron al líder del PP, Mariano Rajoy, por haber roto con su 'discurso negativo y sin sentido' y entender que 'debe actuar con responsabilidad'.

El candidato conservador a la presidencia del Gobierno, que ayer visitó Vitoria en su único acto electoral en Euskadi, no se revolvió ante estos elogios y estas actas de ETA. Se limitó a decir que no tenía 'nada que comentar' para no hacerle la campaña a los terroristas.

'Lo único que importa es el anuncio de su disolución irreversible', recalcó en Vitoria. Y por la noche, en su mitin de Burgos, ni una palabra.

Rubalcaba: 'Es la primera campaña en democracia sin violencia'

Entre las advertencias recientes del portavoz del PP y el silencio de su líder ayer, hay, naturalmente, el comunicado de la organización terrorista del 20 de octubre anunciando su renuncia a la violencia, que el sector duro del PP con José María Aznar al frente consideró mera palabrería. Pero ayer se hizo tan evidente que el comunicado ha abierto un escenario nuevo sin violencia que los duros del PP callaron y el resto, salvo UPyD atrincherada en la posición de que ETA ha conseguido contrapartidas políticas porque el 20-N habrá en los colegios electorales la papeleta de Amaiur, logró algo inédito desde la recuperación de la democracia: echar completamente a ETA de la campaña.

Los partidos no sólo despojaron a la banda de la condición de sujeto electoral relevante ya sea directamente o a través de sus supuestas pantallas, sino que también renunciaron a la batalla política durante la campaña a cuenta de ETA.

'Lo único importante es que es la primera campaña electoral en democracia sin violencia', subrayó el candidato socialista y exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante una entrevista a través de Twitter. En la misma dirección se expresó el portavoz del Gobierno, José Blanco: 'Estas son las primeras elecciones sin presencia de ETA con actos de violencia terrorista y eso es importante resaltarlo'.

La presencia de ETA en las campañas no se limitaba a los actos de violencia todavía en los comicios de 2008, la campaña se suspendió antes de hora porque la banda asesinó al socialista Isaías Carrasco, sino que acaparaba una parte sustancial de la pugna política: en las recientes elecciones municipales y autonómicas el 22-M, no hace ni siquiera seis meses, el PP llegó a acusar a los socialistas de legalizar a ETA por no evitar que Bildu, que integra a la izquierda abertzale, pudiera presentarse tras obtener luz verde del Tribunal Constitucional.

Entonces, Rajoy evitó entraren la refriega para subrayar su perfil moderado, pero dio carta blanca a sus escuderos para que acusaran a los socialistas de facilitar la supuesta presencia de ETA en las instituciones, vía Bildu.

Rajoy evita comentar la entrevista para no darle publicidad

Los sectores más duros fueron más allá en su denuncia, advirtiendo siempre de la supuesta rendición del Estado de derecho en beneficio de los terroristas y del PSOE, un hilo que, en realidad, tenía su origen en el proceso de paz impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en su primera legislatura.

Rajoy nunca ha desautorizado a estos sectores, pero cortó públicamente con razonamientos de este tipo el día del comunicado de ETA, el 20 de octubre, a las puertas ya de la campaña que, según todos los sondeos, le llevará a la Moncloa, desde donde deberá lidiar, si se confirma, con el fin de la organización.

Aquel día, toda la derecha mediática clamó contra el comunicado-trampa, pero Rajoy reconoció su trascendencia histórica y asumió además un principio que causó estupor en el sector duro de su partido y sus medios afines: el comunicado de ETA renunciando a la violencia, subrayó Rajoy, se difundió sin ninguna contrapartida política.

Y ayer, enfundado ya con el traje de presidente in péctore, no sólo evitó hablar de ETA y de Amaiur, sino que su partido no subió el volumen de los dirigentes más radicales, cuyas admoniciones no se escucharon en la campaña.

El día del comunicado, Rajoy y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hablaron por teléfono para coordinar sus respectivas comparecencias. Desde entonces, el PP ha ido retirando de la esfera pública las sospechas que había alimentado. Y el PSOE ha evitado la tentación de plantear la campaña en términos que pudieran parecer un intento de recoger los beneficios de la paz tras un laborioso sembrado en el que el ahora candidato socialista desempeñó un papel relevante.

Ello no impide a los socialistas reivindicar su política todos los teloneros de Rubalcaba lo hacen en sus actos y contraponerla a la seguida por el PP, pero con palabras tan comedidas como las que ayer empleó el lehendakari, Patxi López: 'No es lo mismo Rubalcaba que Rajoy; no es lo mismo unir que sembrar enfrentamiento. Rubalcaba siempre tiende la mano y eso es lo que hay que hacer', afirmó López, en referencia a la nueva fase que se abre en Euskadi.

La campaña ha vivido algún momento tenso entre socialistas y conservadores por ETA, sobre todo cuando Felipe González y Alfonso Guerra insinuaron que el PP trató de retrasar el histórico comunicado de la banda por razones electoralistas, opiniones que el PP calificó de 'asquerosas' y 'repugnantes'.

Pero, a diferencia del 22-M, la pugna sobre ETA ha sido residual y ayer, en la respuesta a la entrevista en Gara, la mayoría de partidos se conjuró contra lo que se interpretó como un intento de 'irrumpir' en el debate. E influir en favor de las expectativas de Amaiur, añadió la mayoría de los partidos.

No sólo fueron Rajoy y Rubalcaba los que evitaron comentar la entrevista para no dar publicidad a ETA, la misma reacción tuvo Cayo Lara, candidato de Izquierda Unida (IU): 'Debe disolverse y punto', afirmó.

El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Iñigo Urkullu, dijo que el propósito de ETA es influir con 'capucha blanca', lo que consideró una 'aberración', mientras que el candidato de Convergència i Unió (CiU), Josep Antoni Duran i Lleida, se mostró partidario de 'hablar muy poco públicamente de ETA' y abordar su desmantelamiento desde la unidad.

Ni siquiera Amaiur dio gran relevancia a la entrevista a los dos encapuchados: 'Casi siempre ha habido actuaciones así por parte de ETA. No es nada anormal'.

Lo anormal es un nuevo consenso: nadie considera ya que la banda 'está mejor que nunca'.

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