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Rajoy logra atraerse en masa al votante de extrema derecha

El CIS registra que el electorado ultra' ha crecido el 70% en cuatro años en España y que está muy movilizado a favor del PP. El líder conservador promete borrar de la Constitución la posibilidad de unir Navarr

PERE RUSIÑOL

Todo indica que tras el 20-N España seguirá como excepción europea, sin presencia ultra en su Parlamento. Pero el macrosondeo preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) registra que España no es ajena al torbellino de la extrema derecha que sacude toda la UE: en los últimos cuatro años, este segmento ha crecido el 70% hasta alcanzar el 3,4% del electorado, un peso superior al que en 2008 obtuvo Izquierda Unida (IU), que se quedó en el 2,9% del censo electoral y el 3,8% de los votos.

Los datos del CIS son también tajantes en otro punto: esta importante bolsa de votos es la más movilizada de todo el electorado el 89,9% tenía decidido que 'iría a votar con toda seguridad' y está entregada a la causa del conservador Mariano Rajoy: el 90,9% de ellos votará al PP. Y no sólo como voto útil, sino incluso con entusiasmo: el candidato conservador recibe en la franja de este electorado notas muy superiores a las que le otorgan los votantes que se definen como de centro-derecha o de centro.

Los duros' otorgan al líder del PP un 7,63; y los centristas le dan un 4,91

La macroencuesta del CIS se presentó el primer día de campaña y dio por ganador a Rajoy por mayoría absoluta, con 17 puntos de ventaja sobre su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y hasta 79 escaños por arriba del PSOE. Aquel día se difundieron sólo los datos globales. Los cruces como los que permiten relacionar la intención de voto con la ideología del elector tardan varios días en estar disponibles, pero ya se han colocado en la base de datos pública del CIS.

Los sondeos no preguntan por la autoubicación en la extrema derecha, pero invitan a los electores a situarse en una escala que va del 1 (el más a la izquierda) al 10 (el más a la derecha). La mayoría de sociólogos consideran que la suma de las posiciones 9 y 10 representan el suelo de la extrema derecha: agrupa sólo a los electores más ideologizados que conscientemente se sitúan en esta posición.

Los macrosondeos preelectorales del CIS son probablemente la fuente más fiable en España para seguir el rastro de los electores de extrema derecha al no haber emergido ningún partido parlamentario tras el hundimiento de Fuerza Nueva, en 1982, año en que perdió el escaño conquistado tres años antes con el 2,11% de los votos.

Rubalcaba acusa a los conservadores de diseñar una 'campaña valium'

Estos sondeos tienen, además, una muestra gigantesca, lo que permite crear luego subgrupos lo suficientemente grandes como para que tengan relevancia demoscópica. En el último sondeo, la muestra superó los 17.000 electores y la submuestra de encuestados que se colocaban ellos mismos en posiciones de extrema derecha llegó a 590 personas, el 3,47% del total, la cifra más alta registrada en un macrosondeo del CIS al menos desde 1996, el último año volcado en la web del organismo público.

Los electores de extrema derecha son los más movilizados su ansia por votar llega al 89,9%, con lo que supera en 10 puntos a los de extrema izquierda, en 12 a los de centro-izquierda, en casi 20 a los de centro y en más de 3 a los de centro-derecha y los que tienen decidido ir a las urnas concentrarán casi todas las papeletas en el PP (el voto más la simpatía alcanza el 90,9%) frente a las múltiples opciones políticas residuales que se presentan como de extrema derecha, que apenas recogen el 2,9% entre todas.

El nivel de concentración del voto no tiene comparación posible con lo que sucede entre los electores que se colocan en la extrema izquierda, donde el 37,6% dice votar el PSOE y el 26,7% a IU. Entre ambos apenas suman pues el 64% y luego hay al menos ocho partidos que logran al menos 1% de este electorado, que también tiene gran propensión al voto en blanco (4% frente al 0,9% en la extrema derecha) y a la abstención.

El macrosondeo incluye también múltiples datos que indican que el respaldo de los electores de la extrema derecha a Rajoy no es sólo de conveniencia. Tanto el PP como el candidato logran siempre sus mejores puntuaciones entre este electorado, que le valora mucho más que los centristas.

Por ejemplo, la extrema derecha puntúa a Rajoy con un 7,63 (notable), mientras que el centro-derecha le otorga un 6,86 y el centro, un 4,91. La única candidata que también supera el aprobado por parte de los electores de la extrema derecha es Rosa Díez (5,72), pero luego de entre ellos sólo el 0,2% de los que tienen previsto ir a votar se decanta por su formación, Unión Progreso y Democracia (UPyD).

Con la confianza en el candidato del PP y en el partido sucede lo mismo: el 73% de los ultras cree que un Gobierno del PP lo habría hecho mejor que el PSOE, mientras que entre los centristas el porcentaje cae al 22%.

Con estas cifras tan rotundas se entiende más aún que Rajoy subraye tanto su perfil moderado en campaña: los electores de extrema derecha están más que movilizados sin necesidad de que les envíe ningún guiño.

Por vez primera, Rajoy ni siquiera tiene previsto protagonizar algún mitin junto al presidente de honor de su partido, José María Aznar, una referencia para los sectores más duros ayer compartió escenario con Esperanza Aguirre en Las Rozas y otros destacados derechistas, como Jaime Mayor Oreja, tienen un papel secundario.

Pese a ello, ayer Rajoy se soltó en Navarra con su compromiso de reformar la Constitución para eliminar la disposición transitoria cuarta y fulminar cualquier posibilidad de unir Navarra y Euskadi dentro de la ley.

El PP siempre ha sido muy rotundo en contra de esta reivindicación histórica del nacionalismo vasco, pero Rajoy fue ayer más allá comprometiéndose a borrar la disposición de la Carta Magna si se abre un proceso de reforma, para lo que necesitaría un apoyo superior a la mayoría absoluta, de 3/5 en el Congreso y el Senado o de 2/3 sólo en la Cámara Baja y absoluta en la Alta.

El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, se quejó ayer amargamente del perfil bajo que está mostrando Rajoy y calificó su despliegue electoral de 'campaña valium'. 'Su campaña es desmovilizar a los nuestros porque ellos saben que sólo ganan si los nuestros se quedan en casa', concluyó.

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