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La medida está más vinculada a la ideología que a la evidencia

Los expertos advierten de los riesgos del 'copago'

A. G.

Los expertos advierten que es 'ilusorio' pensar que el copago va a solucionar de un plumazo los problemas de la sanidad pública, que por lo demás en el caso de España sufre desde hace años una situación de infrafinanciación. De hecho, el gasto sanitario español asciende a 3.067 dólares per cápita al año (unos 2.300 euros), es decir, 156 dólares menos que la media de la OCDE, de 3.223 dólares. Asimismo, creen que, ante la falta de evidencias sobre las bondades del copago, su defensa tiene más que ver con cuestiones ideológicas y políticas.

En cuanto a los supuestos abusos a la hora de usar la sanidad, los expertos creen que sería más acertado incidir en la actuación del médico, ya que es el profesional, y no el paciente, quien toma las principales decisiones de gasto.

Los datos de la OCDE revelan que la sanidad sigue infrafinanciada

'El problema con el copago es que se aplica sin hacer estudios previos; no se miran los efectos secundarios', señala Pascual Solanas, de la Sociedad Española de Familia y Comunitaria (semFYC). A su juicio, es un hecho que la medida 'sirve para disminuir la frecuentación, pero pone en peligro la salud poblacional y puede salir más caro', porque los tratamientos pueden posponerse dando lugar a una mayor tasa de mortalidad y complicaciones. 'Por barato que sea, un ingreso hospitalario es mucho más caro que unas pocas visitas al médico', señala Solanas, que cree que es un error 'presuponerle de inicio la bondad al copago'.

En la misma línea, el jefe del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad, José Manuel Freire, destaca que la demanda de consultas con el médico por los pacientes 'es baratísima' por lo poco que se paga a los facultativos, y añade: 'Lo que puede ser caro es lo que el médico decide'. Eso sí, Freire, que compatibiliza su labor científica con la portavocía del PSM, advierte que el copago sí es claramente eficaz como 'barrera de acceso' para los más desfa-vorecidos. 'Si lo que queremos es obtener más fondos, el esquema es que dé más el que más tiene y reciba más el que más lo necesita'. A su juicio, la medida es 'netamente ideológica' y forma parte de la 'filosofía neoliberal'. Luis Oteo, jefe del Departamento de Desarrollo Directivo y Gestión de Servicios Sanitarios del mismo centro, también relaciona la 'pertinaz insistencia' de los partidarios del copago con la ideología, los discursos interesados o el 'agobio' ante unas cuentas públicas que no cuadran.

Personas con recursos podrían salir beneficiadas por la 'picaresca'

Para Juan Oliva, presidente de la Asociación de Economía de la Salud, el copago es 'una cuestión política y social', si bien hay que tener en cuenta que es 'totalmente ilusorio' que cambios en el actual modelo de copago vayan a resolver los problemas del sistema sanitario. Oliva señala que la ausencia de copagos tampoco evita, por sí sola, la inequidad. En este sentido, Juan José Repullo, jefe de Planificación y Economía de la Salud de la citada Escuela, considera que el copago 'tiende a ser un impuesto a la enfermedad, y sólo los muy bien diseñados consiguen reducir el uso excesivo e inapropiado sin dañar la equidad'. Así, advierte de que si hay picaresca 'las cosas pueden torcerse mucho', como ocurre hoy con las plazas de guardería, donde 'pueden ganar fácilmente todos los que no tienen rentas del trabajo ni tributan a Hacienda', y no necesariamente los más desfavorecidos.

Por último, Marciano Sánchez Bayle, de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, afirma que el copago 'no es capaz de detectar la demanda inadecuada' y supone 'una barrera para los que tienen más necesidad'.

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