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La precariedad marca la carrera profesional femenina

 Las mujeres tienen peores salarios y más dificultades de promoción

ANA REQUENA

El mercado de trabajo sigue siendo territorio hostil para las mujeres. Un estudio del Consejo Económico y Social (CES) constata que, a pesar de la incorporación constante de las mujeres al trabajo fuera del hogar y de sus resultados académicos, sus carreras profesionales siguen marcadas por la precariedad, las dificultades para promocionarse y salarios más bajos que los de los hombres. Es lo que el presidente del CES, Marcos Peña, denominó ayer 'el síndrome de ocupación femenina': 'Las mujeres padecen más temporalidad, más trabajo a tiempo parcial no deseado y ocupan categorías inferiores'.

Por ejemplo, mientras que los hombres ocupados con un contrato a tiempo parcial representan sólo el 5%, en las mujeres este porcentaje supera el 23%. El principal motivo que aducen ellas de este tipo de contratos es que no han encontrado un trabajo a jornada completa, seguido del hecho de que tienen que trabajar menos horas porque están a cargo de niños u otras obligaciones domésticas, algo que apenas sucede en el caso de los hombres. Además, la brecha salarial entre sexos se sitúa en el 16,3%. El CES destaca también que hay más hombres casados en puestos de responsabilidad que mujeres casadas.

Mejores resultados académicos no suponen una mejor trayectoria laboral

Esto a pesar de que las mujeres obtienen mejores resultados en su etapa educativa. 'Pese a que las mujeres tienden a alcanzar rendimientos académicos superiores a los varones, esta ventaja no se ve reflejada en una mejor inserción laboral inicial, ni en mejores trayectorias laborales de las universitarias', señala el informe. Los hombres encuentran su primer trabajo antes que las mujeres en casi todas las titulaciones.

Desde el comienzo de la crisis en 2008, la tasa de actividad femenina (es decir, el número de mujeres en disposición de trabajar) ha aumentado en algo más de tres puntos, mientras que la de los hombres ha bajado. Sin embargo, esta mayor disposición de las mujeres a entrar en el mundo laboral no se ha correspondido con un mejor reparto de las tareas domésticas y de cuidados. Si en 2002, las mujeres dedicaban 4,5 horas al día a labores relacionadas con el hogar y la familia y los hombres tan sólo 2,06, en 2010 esa proporción apenas había variado: las mujeres dedicaban 4,25 horas y los hombres 2,28.

Las trabajadoras ocupan más empleos a tiempo parcial

Peña denunció 'la falsa igualdad' que esconden estos datos y la 'segregación' que persiste en el mercado laboral. 'La igualdad es un imperativo categórico, y la desigualdad es un despilfarro social y económico', afirmó Peña, que señaló las políticas de conciliación, especialmente la universalización de la educación infantil de 0 a 3 años, como una de las claves para cambiar la situación.

La eliminación de las barreras que discriminan las mujeres en el mercado de trabajo podría aumentar la productividad hasta el 25% en algunos países, según un informe sobre igualdad y desarrollo económico del Banco Mundial y que también se presentó ayer. El estudio subraya que las disparidades de género en la educación Primaria se han superado en casi todos los países.

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